Mientras en el país enfrentan condiciones inimaginables para trabajar, fueron distinguidos como algunos de los talentos más brillantes en su área de investigación
Buenos Aires-(Nomyc)-El argumento de que muchos científicos de Argentina realizan estudios poco relevantes queda descartado ya que varios de ellos fueron reconocidos en 2025 como líderes en su especialidad con algunas de las distinciones más prestigiosas en el escenario internacional en áreas como sociología o la física de partículas.
El “Nobel” del Medio Ambiente: Sandra Díaz, mencionada de manera repetida como una de las mentes más influyentes del mundo en el área que estudia cómo se entrelazan la sociedad humana y la trama de la vida que la sustenta, la ecóloga cordobesa Sandra Díaz, investigadora superior del Conicet, fue la elegida de este año para recibir el Premio Tyler, administrado por la Universidad del Sur de California. Considerado como el “Nobel” del ambiente, está dotado de 250.000 dólares.
Nacida en Bell Ville, Córdoba, Díaz se considera “un producto de la educación pública”, ya que se formó en la Universidad Nacional de esa provincia e hizo un posdoctorado en la de Sheffield, Gran Bretaña, gracias a una beca del Conicet. La investigadora desarrolló las primeras herramientas formales y consistentes para dilucidar la contribución de la naturaleza para las personas, coordinó el Informe Global sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos de las Naciones Unidas, el primero que analizó el estado de los ecosistemas y cómo se relacionan con la actividad humana en todo el planeta, un estudio intergubernamental e interdisciplinario que tuvo gran repercusión.
Su trabajo permite entender cómo la biodiversidad influye en el funcionamiento de los ecosistemas y cómo la crisis climática afecta estos procesos esenciales para la vida humana y Antes de este premio, compartido con el brasileño-estadounidense Eduardo Brondízio, lo que los convirtió en los primeros sudamericanos en obtenerlo, Díaz había recibido el premio de la Fundación Princesa de Asturias y el Bunge y Born (en 2019), el Premio Konex de Brillante (2023), la Medalla Internacional New (2020), la Medalla de la Sociedad Linneana de Londres (2023), la distinción de la Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento (en 2021) y en 2019 también fue incluida en Nature’s10, la lista de la prestigiosa revista científica que incluye a las diez personas más influyentes de la ciencia de ese año.
Además, la premiada fue electa miembro de la Royal Society de Gran Bretaña, de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos y de la Academia Francesa de Ciencias.
“Hakomori Award” a Gabriel Rabinovich, uno de los dos premios más importantes en el área de las glicociencias, es decir, el estudio de la estructura, la biosíntesis y la biología de los glicanos, es decir carbohidratos o azúcares complejos, y su interacción con otros sistemas biológicos.
Otorgado por la International Glycoconjugate Organization, se suma a la larga lista de distinciones que viene recibiendo el investigador del Conicet y director del Laboratorio de Glicomedicina del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME, CONICET-Fundación Ibyme) a lo largo de su carrera y en 2022, ya había ganado el Karl Meyer Lectureship Award, que entrega la Society for Glicobiology, la otra gran organización que integra a los glicobiólogos del planeta.
“El Premio Hakomori se entrega a investigadores que transformaron el campo de las glicociencias y muestran prometedores avances continuos”, afirma el comunicado.
Las Glicociencias abarcan el estudio de macromoléculas (los glicanos) con información clave que puede ser decodificada por un grupo de proteínas llamadas “lectinas” y se las puede abordar desde el punto de vista de su estructura química, de su impacto en la inmunología (glico-inmunología) o de sus posibles aplicaciones médicas (glicomedicina).
Desde principios de los años ’90, Rabinovich se dedica al estudio de las interacciones entre un grupo de lectinas conocidas como galectinas, y azúcares o glicanos que se encuentran generalmente en la superficie celular.
“Hoy se sabe que la conformación que adquieren estos azúcares es variable y contiene información biológica fundamental que puede ser decodificada por proteínas. Esta lectura que hacen proteínas como las galectinas de los glicanos que se encuentran en la superficie celular les permite a las células ‘tomar decisiones’, como morirse, diferenciarse, proliferar o dividirse”, explica Rabinovich en una comunicación del Conicet.
María Teresa Dova, Premio L’Oréal-Unesco “Por las Mujeres en la Ciencia” 2025: es el más prestigioso del mundo para mujeres científicas y se concede anualmente a una por cada continente y Argentina es el país de la región con más galardonadas con esta distinción internacional, once en total (ocho laureadas y tres “rising talents”).
Dova, es investigadora del Conicet en el Instituto de Física de La Plata fue reconocida por sus contribuciones a la física de altas energías, que incluyen haber liderado la participación de uno de los dos grupos locales que tuvieron participación directa en el descubrimiento y caracterización del bosón de Higgs, el último integrante del zoológico subatómico que faltaba hallar para confirmar el modelo estándar de la materia, que se hizo popularmente conocido como “la partícula de Dios”.
En los considerandos del premio, otorgado por un jurado internacional del máximo nivel, se mencionan “sus contribuciones claves a la física de altas energías, incluido el descubrimiento y la caracterización del bosón de Higgs, la búsqueda de nueva física y su notable trabajo en el estudio de la física de los rayos cósmicos y su liderazgo en este campo y su excepcional dedicación como mentora de jóvenes científicos que inspiraron a una nueva generación, llevaron a la Argentina a desempeñar un papel fundamental en la física experimental mundial”.
Nacida en Alberti, pequeña localidad de la provincia de Buenos Aires, fue una de los cuatro hijos de un papá telegrafista que hubiera deseado dedicarse al arte y una mamá ama de casa.
“No había mujeres en el túnel del tiempo, los que viajaban eran varones y la que se quedaba en la computadora era la mujer –contó en ocasión de conocerse la noticia–. Tenía una amiga en la infancia que me decía ‘Vamos a jugar a la mamá’, y yo quería armar un instrumento que nos llevara al futuro. Me fascinaba todo eso. Los científicos eran los que podían resolver problemas, los creativos que desarrollaban teorías que no existían. Eso era lo que yo quería hacer, pero para mí era un sueño que estaba en el mundo de la ficción” expresó la galardonada.
“La partícula de Higgs tiene todavía mucho para decirnos. Podría considerarse como un portal entre lo que son las partículas del modelo estándar y aquellas de la materia oscura. Todo eso también lo estamos estudiando y es nuestra motivación para seguir adelante”, dijo cuando se anunció esta distinción.
En la actualidad, Dova centra sus esfuerzos en uno de los mayores misterios sin resolver de la física actual: la naturaleza de la materia oscura y su investigación, no sólo empuja los límites de la comprensión teórica, sino que hace posibles innovaciones con el potencial de impactar en múltiples sectores, ya que las grandes revoluciones tecnológicas surgieron siempre de los desarrollos ligados a la búsqueda del conocimiento.
“Prueba de ello es que en nuestro camino por entender la estructura de la materia del universo, con la comunidad de física de altas energías hemos contribuido a la sociedad con el desarrollo de la radioterapia (y la hoy novedosa terapia hadrónica), la invención del world wide web (WWW), la pantalla táctil y por supuesto, los incontables aportes al desarrollo de la IA”, concluye.
Milagros Miceli, elegida entre las 100 figuras influyentes en IA de la revista TIME, figura junto a referentes globales como Sam Altman (creador de ChatGPT) y Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, en la lista de la revista TIME AI2025 como una de las cien personas más influyentes del mundo en inteligencia artificial, Micelli es Investigadora en el Instituto Alemán de Internet, Milagros Miceli, de 41 años, lidera el proyecto Data Workers’ Inquiry, que estudia el trabajo humano detrás de la tecnología que hoy acapara el interés y las inversiones de los países más poderosos.
Tras iniciar su formación en sociología en la Universidad de Buenos Aires, en 2001 decidió emigrar a Alemania, donde completó su formación y obtuvo un doctorado en informática en la Universidad Técnica de Berlín. En la actualidad, se desempeña como directora de la unidad de investigación “Data, Algorithmic Systems and Ethics” del Weizenbaum-Institut (Instituto Alemán de Internet), reconocido por realizar investigación independiente de las grandes empresas tecnológicas. En sus trabajos, analiza el aporte de los trabajadores de datos en el funcionamiento de las plataformas digitales, unos 400 millones de personas que catalogan el contenido y les “enseñan” a los sistemas de aprendizaje automático.
“Son las que producen los datos usados para entrenar la IA. Después, la tarea sigue en la moderación y control para que el sistema funcione como se espera, evitando respuestas racistas o sexistas. A diferencia de lo que podría creerse, lo hacen en condiciones muy precarias, por pagos bajísimos y con tareas que incluso pueden llegar a dañar su salud mental” explicó la galardonada.
Su proyecto “Data Workers’ Inquiry” es un espacio donde los propios trabajadores de la IA participan activamente en la investigación académica, dándoles voz y autoridad epistémica sobre su labor.
El trabajo se centra en lo que ella denomina las “infraestructuras humanas de la IA” y sus estudios muestran cómo se crea la “verdad” que los modelos de IA aprenden y cómo los sesgos a menudo provienen de las instrucciones contradictorias o precarias que reciben los etiquetadores de datos y en informes ante el Parlamento Europeo, subrayó que una IA ética es imposible si se basa en trabajo oculto y mal remunerado.
Juan Pablo Paz, uno de los cien líderes mundiales de la ciencia cuántica: el físico y profesor de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires fue distinguido por la UNESCO como uno de los cien líderes mundiales en ciencia cuántica, una iniciativa promovida en honor del legado de Raymond Laflamme, que fundó el Instituto para la Computación Cuántica y fue uno de los primeros docentes del Perimeter Institute de Física Teórica, de Canadá.
“Paz fue una figura clave en la consolidación del ecosistema cuántico argentino. Impulsó la creación del Laboratorio de Iones y Átomos Fríos (LIAF), hoy encabezado por Christian Schmiegelow, al que se reincorporó luego de pasar cuatro años como viceministro de Ciencia y Tecnología entre 2019 y 2023”, indica un comunicado del Departamento de Física de la UBA.
La contribución de sus investigaciones para el avance de tecnologías cuánticas confiables, la caracterización de la “decoherencia”, es decir el proceso por el cual un sistema cuántico pierde sus propiedades únicas, como la superposición de estar en múltiples estados a la vez, debido a la interacción con su entorno, es esencial para entender la transición entre el mundo cuántico y el clásico, y el hecho de haber participado en el descubrimiento del primer “código perfecto de corrección de errores cuánticos de cinco qubits [unidad fundamental de información]”.
La distinción se le otorgó en el marco de las actividades por el año internacional de la ciencia y la tecnología cuánticas, declarado por las Naciones Unidas para 2025, que dio lugar a varias actividades en el mundo, entre conferencias y charlas. Una de ellas fue la selección de cien personas de trayectoria destacada en el campo, incluyendo no solo a científicos, sino también empresas, fundaciones y personas que trabajan en divulgación.
“Resultó que sus aspectos más antiintuitivos son los que se usan para desarrollar tecnologías como las computadoras cuánticas, que no podrían existir si no se aprovecharan estos ingredientes tan extraños de la física cuántica”, dijo Paz.
Hoy en el LIAF se hacen experimentos con iones atrapados y manipulados por láseres, y trabajan en circuitos cuánticos superconductores y desde 2011, junto con Schmiegelow y Ariel Bendersky, de la UBA, y Miguel Larotonda, del Ceilap-Conicet, Paz había desarrollado un nuevo método para caracterizar eficientemente la evolución, es decir conocer el estado, de cualquier sistema cuántico, un paso crucial para obtener métodos de encriptación y transmisión de datos completamente inviolables.
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