buy Valtrex Un grupo de científicos del CONICET estudian las corrientes marinas profundas para predecir el clima a largo plazo

Buenos Aires – (Nomyc) – La cuantificación de la circulación meridional de las aguas profundas del Océano Atlántico para saber cómo será la variación del clima a través del tiempo, es uno de los principales trabajos que realizó el Buque Oceanográfico “Puerto Deseado” en su última campaña.

“Las grandes masas de agua pueden amplificar o amortiguar los cambios de clima propiciados por la acción  del hombre y por eso la idea final de esta campaña es `tener elementos que permitan predecir cómo responderán las masas oceánicas a la acción del hombre en el clima a largo plazo´” comenta Alberto Piola, investigador principal el CONICET y coordinador científico de esta campaña.

“Por debajo de la capa de hielo – continúa el especialista- del borde oeste del Atlántico Sur hay masas de agua únicas”. “Quisimos observarlas para ver los flujos de estas ramas de la circulación oceánica, que son complejas porque son corrientes muy variables”.

Para estas observaciones se relevaron datos de temperatura y salinidad en algunos puntos del océano donde se encuentran instaladas siete ecosondas invertidas. Además se estudiaron cómo influyen las corrientes de viento en los cambios de temperatura del agua en la plataforma Sur de Brasil.

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Sobre el uso de las ecosondas Piola comenta que “aunque son un poco difíciles de usar porque demoran varias horas obtener los datos que dan, la información que proveen es muy útil”.

Tardaron cerca de 6 horas en extraer los datos de cada ecosonda acumulados en los últimos 21 meses, que se registraron desde el 2012 y se utilizaron, además, otros instrumentos para medir distintos registros como la presión, un correntómetro acústico, botellas para toma de muestras de agua, de clorofila e instrumentos sumergidos a 5 mil metros para medir el oxígeno disuelto.

En las próximas semanas se procesarán los datos obtenidos y los datos finales estarán disponibles dentro de un año y medio. “La información in situ – destacó el coordinador científico- es muy importante y luego se cruza con los datos que nos proveen los satélites como es SAC/DAquarius, que miden diversas variables en las aguas superficiales y nos sirven como complemento. Así la idea es tener el total de los datos del agua, es decir, la información sobre la columna de agua del océano superficial y profundo” aclara el especialista.

Para obtener estos datos se extraen muestras de agua a las que se les realizan análisis químicos de carbono disuelto y de alcanilidad. Esos indicadores permitirán ver las alteraciones de la  química del océano, entre las que se incluyen las relacionadas con la actividad el hombre.

Además, un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de La Plata tomó muestras de aire para analizar la concentración de contaminantes en lugares remotos, alejados de los centros de emisión continentales. Otro grupo realizó avistaje de mamíferos.

Segunda parte 

En otro segmento de la campaña SAM-10 se realizó en las aguas de la plataforma marina de Brasil y se trató de determinar si los cambios en la temperatura del agua responden a los cambios en el viento, lo que redunda en la productividad biológica.

La hipótesis que guió este trabajo es que esta región es un conducto para que el agua de la plataforma continental se transfiera  al océano profundo, un camino que no tiene vía de retorno. En consecuencia, siempre según esta hipótesis, las especies que son arrastradas hacia allí como larvas, huevos de peces, microorganismos que sirven de alimento para los peces, no vuelven a la plataforma continental.

Lo que se pretende corroborar con las observaciones y las muestras es la conexión entre las corrientes y la abundancia de organismos marinos, con la idea de retener especies requeridas por los organismos para alimentarse y crecer.

Según advirtió el coordinador científico “el viento redistribuye a las especies y al agua y la exportación, entonces, también se modifica por el viento”.

Aunque el clima durante la campaña, no fue el ideal sobre todo durante los cinco primeros días, en los que el mal tiempo obligó a los investigadores a reducir la velocidad de desplazamiento del buque, los científicos pudieron completar la mayor parte del las observaciones que habían planeado.

El “Puerto Deseado” en números: esta embarcación tiene una eslora  o largo de 76, 80 metros; una manga o ancho de 13,20 metros; un calado o profundidad a la que llega el agua mientras navega de 4,8 metros y una velocidad cercana a los 20 kilómetros por hora y desplaza 2400 toneladas y una autonomía de más de 31 mil kilómetros, sin necesidad de cargar combustible  aunque para realizar determinadas maniobras posee dos motores eléctricos.

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Para más información sobre el “Puerto Deseado” ingresar a https://www.nomyc.com.ar/?p=3549 o a https://www.nomyc.com.ar/?p=3588 o a https://www.nomyc.com.ar/?p=3484 .

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