Prepara Doudna su nueva superorcomputadora nacional para 2026 que será más de diez veces más potente que la actual y usará la plataforma Rubin de NVIDIA
Buenos Aires-(Nomyc)-La supercomputación nunca fue solo cuestión de ciencia, ya que desde sus orígenes, estos sistemas colosales han representado poder nacional, reflejando las capacidades tecnológicas, científicas y hasta militares de los países que los desarrollan.
Ahora, Estados Unidos presentó su próxima gran apuesta en este terreno: Doudna, una supercomputadora que debería ver la luz en 2026 y que promete ser más de diez veces más potente que Perlmutter, el actual buque insignia del Lawrence Berkeley National Laboratory y el nuevo sistema fue bautizado en honor a Jennifer Doudna, profesora de bioquímica de Berkeley y una de las científicas que impulsaron la tecnología CRISPR, reconocida con el Nobel de Química en 2020.
El homenaje no es un gesto menor, ya que la elección del nombre simboliza la fusión entre investigación biomédica, inteligencia artificial (IA) y potencia computacional, tres ejes que, juntos, apuntan a definir los avances científicos de las próximas décadas.
Qué es Doudna y qué hará: será el próximo superordenador del National Energy Research Scientific Computing Center (NERSC), un centro del Departamento de Energía de Estados Unidos ubicado en Berkeley, cuyo diseño está a cargo de Dell Technologies y utilizará la nueva plataforma Vera Rubin de NVIDIA, que integrará procesadores ARM de propósito general.
A nivel técnico, está diseñado para ejecutar cargas de trabajo híbridas a gran escala: simulaciones científicas de alta fidelidad, entrenamiento de modelos de inteligencia artificial, análisis de datos en tiempo real y algoritmos cuánticos.
La computadora no se limitará a ejecutar tareas más rápido: sino que se integrará en flujos de trabajo científicos donde los datos provienen de telescopios y laboratorios, para transformar el modo en que se hace ciencia, permitiendo ajustar experimentos casi al instante y acelerar procesos que antes tardaban semanas o meses.
Un proyecto que quiere marcar la diferencia: los responsables del proyecto son explícitos: Doudna se presenta como una pieza clave en la estrategia estadounidense para liderar el desarrollo de la IA. Chris Wright, secretario de Energía, llegó a compararla con el Proyecto Manhattan, asegurando que este superordenador será fundamental para ganar la carrera global de la IA y los campos de aplicación que se preparan son ambiciosos.
NERSC ya identificó más de veinte equipos científicos que están adaptando sus flujos de trabajo para este sistema con las herramientas clave ya están sobre la mesa: desde frameworks como PyTorch, TensorFlow y CUDA-Q hasta el kit de desarrollo Holoscan, todo optimizado para la arquitectura coherente de Rubin y la interconexión NVLink.
Sobre la importancia del equipo: en un contexto de creciente competencia tecnológica, sobre todo con China, este tipo de sistemas representan algo más que un recurso científico y son infraestructuras estratégicas.
Japón, con su Fugaku; China, con su más reciente Sunway Oceanlite y ahora Estados Unidos, que ya tenía a Frontier, entre otros, está refuerza su músculo en este ámbito con Doudna.
La elección de Dell frente a HPE también rompe con la dinámica habitual de los grandes contratos del Departamento de Energía, que hasta ahora habían favorecido a esta última en sus tres sistemas exaescala más recientes.
Un salto en eficiencia energética: junto a la potencia bruta, uno de los grandes logros de Doudna será su eficiencia, ya que según NVIDIA, el sistema ofrecerá entre tres y cinco veces más rendimiento por vatio respecto a Perlmutter, gracias a mejoras en el diseño de chips, balanceo dinámico de carga y nuevas optimizaciones a nivel de sistema.
Cuándo llegará y qué se sabe del despliegue: la puesta en marcha de Doudna está prevista para 2026, se sabe que se construirá con servidores PowerEdge y tecnologías de refrigeración líquida avanzada de Dell, además de conectividad de alta velocidad a través de la red NVIDIA Quantum-X800 InfiniBand y estará ubicado en las instalaciones del Berkeley Lab y conectado directamente con el resto de centros del Departamento de Energía mediante la red científica ESnet.
Lo que no se ha revelado, por ahora, es el presupuesto oficial, pero a diferencia del superordenador El Capitan, que costó 600 millones de dólares, el Departamento de Energía no adelantó ninguna cifra sobre la inversión total en Doudna, ni tampoco se precisó cuántos nodos o cuánta memoria exacta tendrá el sistema en su configuración final, aunque sí quedó claro que está pensado para escalar y adaptarse con el tiempo.
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