China y Japón viven su particular carrera espacial con el Maglev

Buenos Aires-(Nomyc)-El mes próximo se cumplirán 17 años de los Juegos Olímpicos de Pekín, que le sirvieron al país para venderse al resto del mundo, aunque también le permitió modernizar sus infraestructuras y proyectar la imagen de que se asistía al lanzamiento definitivo de una nueva superpotencia.

Una de esas señas de identidad era el lanzamiento de la primera línea de alta velocidad en el país, cuando China inauguraba su primera línea ferroviaria de alta velocidad, de 120 kilómetros entre Pekín y Taijin, lo que en ese momento, en España por ejemplo, había este tipo de trenes desde hacía 16 años y Japón, hacía lo propio desde 1964 cuando los Juegos Olímpicos de Tokyo también impulsaron la red de alta velocidad.

Ahora, a 17 años de esos primeros 120 kilómetros, China es el país del mundo con más kilómetros de vías de alta velocidad, a quien le siguen España y Japón, ya que un Maglev a 650 km/h: mientras que China amplía sus vías, el próximo gran hito esperado está en la altísima velocidad que pueden conseguir con sus trenes y las pruebas dicen que van por el buen camino o, al menos, que empiezan a tener la tecnología suficiente para posicionarse a un nivel poco menos que inalcanzable.

Hace solo unos días, en las pruebas con su Maglev más avanzado consiguieron alcanzar 650 km/h en siete segundos en su laboratorio, aunque hay más curiosidades y desde China aseguran que para alcanzar esta velocidad apenas necesitaron 600 metros, por lo que la capacidad de aceleración y detención del tren es brutal porque el túnel de las pruebas apenas mide 1.000 metros, lo que a su vez, es  una distancia ridícula con las pruebas habituales que se realizan en la alta velocidad, con vías que se extienden durante decenas de kilómetros, aunque la promesa es alcanzar los 800 km/h como velocidad máxima.

Para llegar hasta este punto, China quiere ser también la reina indiscutible de los Maglev, trenes que funcionan mediante levitación magnética, viaja justo por encima de la vía, al aprovechar un sistema de imanes que lo mantiene sobre la vía férrea pero que le permite moverse sin generar fricción sobre la misma, lo que a su vez, le permite a los Maglev, alcanzar velocidades tan altas.

Hasta ahora, el Maglev más rápido del mundo alcanza 431 km/h y está funciona  en la vía férrea que une Pekín y Shanghai, la misma que consiguió poner en jaque a las aerolíneas porque su viaje de 1.300 kilómetros apenas dura cuatro horas.

Desde hace años, China y Japón viven su particular carrera espacial, ya que Japón consiguió superar los 600 km/h en pruebas experiementales pero China sigue estando por delante.

El gran reto ahora es hacer útil trenes que puedan moverse a esta velocidad, conseguir buscar una viabilidad comercial a los mismos y sobre todo, darles una infraestructura necesaria, como por ejemplo, en los túneles que presentan un problema para viajar a velocidades tan altas porque dentro de los mismos el propio tren crea unas presiones tan altas que pueden ser molestas para los pasajeros y sobre todo, comprometer la seguridad de los trenes.

Este problema, China puede estar dispuesta a salvar si se trata de mostrar músculo financiero y capacidad de trabajo y el Gran Puente de Danyang-Kunshan, por donde circula la línea de alta velocidad entre Pekín y Shanghai, es un buen ejemplo de ello con sus más de 160 kilómetros de longitud.

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