Ya se sabe de dónde saca los microplásticos la lechuga que te comes en la ensalada: del aire

Buenos Aires-(Nomyc)-A estas alturas de 2025, la idea de que todo, absolutamente todo, está repleto de microplásticos está desarrollada e incluso las plantas, no son una excepción, lo que incluye a las verduras que consumimos, pero el asunto es que, durante mucho tiempo, “se asumió que esos compuestos entraban en ellas a través de las raíces, de suelo y del agua”.

No es así: hace unos días un grupo de investigación chino publicó en la revista 'Nature' las primeras evidencias sólidas que respaldan la idea de que una de las principales rutas para esos microplásticos “es el aire”.

Esto se da en un montón de ambientes: los científicos de Tianjin recolectaron todo tipo de hojas, hierbas y vegetales de entornos urbanos y rurales y en todas, encontraron partículas de plástico en el tejido foliar y en los sitios más contaminados, concentraciones de hasta 10.000 nanogramos por gramo de peso seco y los plásticos eran, sobre todo, Tereftalato de polietileno (PET) y Poliestireno (PS).

Ingreso: aunque se debe confirmar, todo parece apuntar a los estomas, es decir unas pequeñas aberturas formadas por células y la cutítula, una membrana recubierta por ceras insolubles, son "ideales para absorber microplásticos".

Una vez dentro, los compuestos se mueven dentro de las plantas usando el haz vascular, se distribuyen por distintos tejidos y se acumulan en unas estructuras pilosas llamadas “tricomas”, una suerte de 'sumideros' fitológicos.

Un gran problema... el estudio chino demuestra que la absorción y acumulación acumuladas de microplásticos atmosféricos es generalizada, aunque hay claves que ayudan entender mejor la circulación de estos compuestos: por ejemplo, que las plantas cultivadas al aire libre, tenían entre 10 y 100 veces más PET que las cultivadas en invernadero.

Eso se da, aunque la eficiencia de la absorción de las hojas es muy baja, con cerca del 0,05 por ciento, que es por lo que esta vía se ha descartado repetidas veces. 

Sin embargo, ante la escasa evidencia que tenemos sobre cómo entran los microplásticos por el suelo y el agua, esta vía empieza a tomar cuerpo, ya que, guste o no, ahora mismo es muy difícil de controlar.

Por último, aunque no se sepa qué hacen en nuestro cuerpo… datos como estos plantean muchas dudas sobre qué pasa si descubrimos que, como se intuye, es un problema serio, ya que nuestra capacidad de control es muy limitada.

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