La enfermedad puede tener buen pronostico cuando se detecta a tiempo aunque la mitad se detecta en estado metastásico
Buenos Aires-(Nomyc)-El uso de la droga Encorafenib, en combinación con Cetuximab y quimioterapia, fue aprobado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) para el tratamiento en primera línea de pacientes adultos con Cáncer Colorrectal Metastásico (CCRM), con una mutación genética específica denominada BRAF V600E.
Esta aprobación permite tener el primer y único régimen combinado con terapia dirigida que de acuerdo a un informe recientemente publicado por The New England Journal of Medicine, mejora de manera significativa los resultados de supervivencia en pacientes sin tratamiento previo con este subtipo específico del CCRM.
El Cáncer Colorrectal (CCR) es el segundo tipo de cáncer con mayor incidencia en la Argentina con unos 16.000 nuevos casos por año de los que entre el 20 y el 25 por ciento se detecta en estado avanzado y es el segundo que provoca mayor mortalidad en el país, después del de Pulmón, por lo que llega a cerca del 12 por ciento de las muertes por cáncer a nivel nacional, afecta a hombres y a mujeres por igual y puede tener buen pronóstico si se detecta de manera temprana, aunque más del 50 por ciento de los casos se diagnostican en estadío metastásico.
El tratamiento con Encorafenib es una terapia dirigida que, en combinación con Cetuximab y quimioterapia, demostró beneficios significativos en la primera línea de tratamiento del CCR, con mutación BRAF V600E en estadio metastásico.
Según datos recientes que se presentaron en la Reunión Anual 2025 de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO®) y simultáneamente en el New England Journal of Medicine, el ensayo de fase 3 BREAKWATER mostró que esta terapia logra una reducción del 51 por ciento en el riesgo de muerte en comparación con el tratamiento estándar.
También se demostró una reducción del 47 por ciento en el riesgo de progresión de la enfermedad o muerte frente al tratamiento estándar, cumpliendo con el criterio principal doble del ensayo de supervivencia libre de progresión.
“Los pacientes diagnosticados con CCRM que presentan la mutación BRAF V600E se enfrentan a un tumor agresivo que a menudo no responde bien a la quimioterapia estándar” explicó doctor Juan Manuel O´Connor, jefe del área de tumores gastrointestinales del Instituto “Alexander Fleming” (M.N 102.684).
“Los resultados del estudio BREAKWATER son los primeros resultados prometedores de supervivencia reportados para el CCRM con mutación BRAF en el contexto de primera línea, lo que representa un avance revolucionario para esos pacientes” agregó el especialista.
Modo de acción: Encorafenib inhibe la acción de una vía (denominada MAPK), responsable de estimular el crecimiento y la proliferación de células tumorales, ya que administrado en combinación con Cetuximab, un anticuerpo monoclonal que ataca al receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR), una proteína que se encuentra alterada en las células malignas, favoreciendo su crecimiento y multiplicación, por lo que inhiben el crecimiento de las celulas tumorales.
Sobre la patología: el CCR comienza con una proliferación de células que se forman en el intestino grueso, que son conocidas como Pólipos y si bien suelen ser benignos, pueden evolucionar de manera gradual si no se identifican y eliminan de manera oportuna.
Muchas personas con esta patología, no presentan síntomas al comienzo de la enfermedad, aunque los mismos pueden variar: desde cambios en los hábitos intestinales (como diarrea o estreñimiento frecuentes), sangrado rectal, sangre en las heces y molestias en la zona abdominal (como calambres, gases o dolor), hasta debilidad y cansancio, pérdida de peso involuntaria, entre otros.
De manera habitual, estos indicios también pueden ser asociados a otras afecciones, pero cuando la causa de los síntomas son producto de CCR, su manifestación suele hacerse visible cuando el cáncer ya se ha propagado.
Hoy se estima que un 4 por ciento de la población mundial tendrá la enfermedad en algún momento de su vida, por lo que en este contexto, Mariano Dioca, oncólogo del departamento de tumores digestivos del Instituto Ángel Roffo (M.N 110.175) explica “si bien la mayoría de los diagnósticos se presentan en adultos de 50 años o más, se observa un incremento progresivo de casos en adultos cada vez más jóvenes”.
“Aunque la edad es uno de los principales factores de riesgo, la enfermedad puede aparecer a cualquier edad y, por ende, no debemos ignorar aspectos como el consumo de tabaco, el sedentarismo, tener antecedentes personales y familiares, tener enfermedades inflamatorias intestinales (como colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn) o llevar una dieta con alto contenido en grasas y baja en fibra” continúa el oncólogo del Instituto “Roffo”.
“Asimismo, existen muchos prejuicios o limitaciones sobre los estudios de rutina – como la colonoscopia o las pruebas en heces fecales – lo cual dificulta la detección temprana del CCR y hace que, aún hoy, su índice de mortalidad sea alto” agrega Dioca.
Acerca de la mutación BRAF y su detección: el CCR es una enfermedad de comportamiento heterogéneo y su origen puede estar asociado a distintas mutaciones genéticas y la mutación BRAF, es una de las más comunes en los casos de CCRM: representa entre el 8 y 10 por ciento de los casos y es considerada una de las más agresivas.
Las pruebas de testeo molecular – que pueden llevarse a cabo con una muestra de tejido tumoral y/o una muestra de sangre – son una forma de identificar este tipo de mutaciones, ya que los biomarcadores como genes, proteínas y otras sustancias que suelen producir las células en respuesta al cáncer, ofrecen información específica sobre la enfermedad en ese individuo en particular, así como también su capacidad de respuesta ante diferentes tratamientos.
“La identificación temprana de biomarcadores específicos demostró ser fundamental en la toma de decisiones clínicas, al permitir optimizar los resultados terapéuticos de nuestros pacientes” explica O´Connor.
“En este sentido, el avance de la Medicina de Precisión nos ha llevado de enfoques tardíos a estrategias más tempranas en la evolución de la enfermedad” concluyó el especialista.
Por último, Mariano Dioca, oncólogo del departamento de tumores digestivos del Instituto “Roffo” (M.N 110.175) sostuvo “más allá de que la prevención siempre es la mejor medicina, si el diagnóstico ya está presente, la detección de biomarcadores puede mostrar al equipo médico cómo puede progresar el cáncer con el tiempo y qué medidas son más acertadas para ayudar a los pacientes a revertir el impacto de la enfermedad”.
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