Se busca concientizar sobre la necesidad de prevenir y controlar estas patologías para garantizar la salud de la madre y el bebé
Buenos Aires-(Nomyc)-El tránsito por el embarazo es un período fisiológico asociado a cambios hemodinámicos, hormonales y metabólicos en el cuerpo de la mujer, que pueden desencadenar o agravar afecciones cardiovasculares subyacentes y poner en riesgo la salud de la madre y del bebé y pese a su relevancia, la salud cardiovascular materna todavía es una dimensión no siempre explorada en la salud pública, por lo que el 8 de agosto se llevó adelante, en América, la campaña de concientización #CorazónDeMamá, una iniciativa impulsada por la American Heart Association y replicada en Argentina por la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) y la Fundación Cardiológica Argentina (FCA), desde el Área Corazón y Mujer “Dra. Liliana Grinfeld”.
El objetivo de esta fecha es claro: visibilizar la importancia del cuidado cardiovascular antes, durante y después del embarazo, generar conciencia en la comunidad médica y en la población general y promover prácticas preventivas en mujeres en edad fértil.
Según el Consenso sobre enfermedad cardiovascular y embarazo de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC)1, “La presencia de una cardiopatía puede generar situaciones clínicas inesperadas y desafortunadas, tanto para la madre como para el feto. El conocimiento sobre su existencia, el manejo adecuado y el tratamiento correcto de estas patologías hacen posible disminuir y, muchas veces, eliminar las posibles complicaciones maternas y fetales”.
“Según datos internacionales, las enfermedades cardiovasculares representan entre el 10 y el 15 por ciento de las muertes maternas en países de ingresos medios y altos. En Argentina, aunque los registros sobre esta causa específica aún son fragmentarios, los reportes de comités de vigilancia materna avanzan en identificar la hipertensión gestacional, las cardiopatías previas no diagnosticadas y la insuficiencia cardíaca periparto como factores de riesgo críticos”, afirmó Lucía Kazelian, cardióloga y Directora del Área Corazón y Mujer ·Dra. Liliana Grinfeld· de la SAC.
Durante el embarazo, el sistema cardiovascular materno debe adaptarse a un aumento del volumen sanguíneo de hasta un 50 por ciento, con mayor gasto cardíaco y frecuencia cardíaca, lo cual puede desenmascarar patologías previas o desencadenar nuevas condiciones”, destacó por su parte Verónica Lía Crosa , investigadora principal del Registro Argentino de Cardiopatías en Embarazo y Postparto (RACEP) y exdirectora del Área Corazón y Mujer ‘Dra. Liliana Grinfeld’ de la SAC.
Las enfermedades más frecuentes en esta etapa incluyen:
● Hipertensión gestacional y preeclampsia: afectan a entre el 5 y el 10 por ciento de los embarazos. Se caracterizan por presión arterial elevada y daño en órganos como hígado o riñones. La preeclampsia puede derivar en eclampsia y desencadenar emergencias obstétricas graves.
● Cardiopatías congénitas o adquiridas previas no diagnosticadas: muchas mujeres llegan al embarazo desconociendo que presentan enfermedades como estenosis valvular o miocardiopatías. El esfuerzo hemodinámico del embarazo puede hacerlas sintomáticas o descompensarlas.
● Miocardiopatía periparto: una forma de insuficiencia cardíaca que ocurre en el último mes del embarazo o hasta cinco meses después del parto, sin otra causa identificable. Su incidencia es baja, pero con alta morbilidad si no se diagnostica a tiempo.
● Arritmias: algunas mujeres desarrollan palpitaciones, taquicardias o fibrilación auricular durante el embarazo, lo cual requiere evaluación cuidadosa para diferenciar síntomas benignos de situaciones de riesgo.
“La salud cardiovascular de la mujer no puede comenzar a observarse recién durante el embarazo. Es imprescindible evaluarla desde la etapa previa. Una mujer que planifica un embarazo debe realizar una consulta preconcepcional que incluya la evaluación del riesgo cardiovascular: presión arterial, glucemia, perfil lipídico y peso corporal”, explicó Kazelian.
“Muchas veces llegamos tarde al diagnóstico, cuando ya hay una complicación instalada. La medicina preventiva tiene que ser parte del proyecto reproductivo de toda mujer para transitar un embarazo saludable”, agregó.
Los controles prenatales regulares, son fundamentales para detectar alteraciones en la presión arterial, síntomas de insuficiencia cardíaca incipiente o alteraciones del ritmo cardíaco, por lo que la realización de estudios complementarios como ecocardiogramas, electrocardiogramas y análisis de laboratorio, permite detectar patologías silenciosas o en evolución.
Además, el seguimiento debe mantenerse durante el puerperio, ya que muchas enfermedades cardiovasculares pueden manifestarse semanas después del parto, cuando la atención médica suele disminuir.
“Existe una falsa sensación de ‘alta médica’ luego del parto, cuando en realidad el corazón de la mujer todavía está sometido a un proceso de adaptación. Las primeras semanas del posparto son críticas, sobre todo en mujeres que tuvieron hipertensión o signos de disfunción ventricular. En ese período, deben mantenerse los controles y continuar con el cuidado cardiovascular”, sostuvo Crosa.
Por otra parte, las estadísticas vitales publicadas por el Ministerio de Salud, sostienen el incremento en la mortalidad materna de causa indirecta, donde la mortalidad cardiovascular ha mostrado un aumento en los últimos años, por lo que desde la SAC están impulsando el Registro Argentino de Cardiopatías en Embarazo y Postparto (RACEP) con el objetivo de establecer un diagnóstico de situación que permita mejorar la salud cardiovascular materna.
“Por eso, en esta fecha dedicada al cuidado del corazón materno, insistimos con que el #CorazónDeMamá no se apaga con el parto. Al contrario, sigue latiendo por dos y merece atención médica sostenida”, agregó Crosa.
El abordaje preventivo de las enfermedades cardiovasculares en el embarazo incluye estrategias claras y sostenibles:
● Consulta preconcepcional: evaluar antecedentes personales y familiares, identificar factores de riesgo como hipertensión, diabetes, obesidad o tabaquismo.
● Controles prenatales regulares: detectar hipertensión, signos de insuficiencia cardíaca o preeclampsia precozmente.
● Estilo de vida saludable: promover una dieta equilibrada, actividad física segura durante el embarazo y control del aumento de peso.
● Tratamiento farmacológico adecuado: ajustar la medicación antihipertensiva o anticoagulante a fármacos compatibles con el embarazo.
● Coordinación multidisciplinaria: contar con equipos integrados por obstetras, cardiólogos y especialistas en medicina materno-fetal.
● Educación sanitaria: empoderar a las mujeres para reconocer síntomas de alerta como disnea, edema, cefaleas intensas o palpitaciones persistentes.
El #CorazónDeMamá también interpela al sistema de salud y desde la SAC y la FCA proponen avanzar hacia un modelo asistencial que incluya la evaluación cardiovascular de la mujer desde la adolescencia, en todas las consultas ginecológicas y en la atención primaria y la inclusión del riesgo cardiovascular, en los programas de salud reproductiva, es una deuda pendiente que podría cambiar el destino de miles de embarazos.
En los últimos años, organismos internacionales como la American Heart Association (AHA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han publicado guías para integrar la salud cardiovascular al cuidado perinatal. En Argentina, este esfuerzo está empezando a reflejarse en campañas como #CorazónDeMamá, que no solo promueven hábitos saludables, sino que posicionan la maternidad como una oportunidad clave para cuidar el corazón femenino.
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