Violencia en el ejercicio de la medicina

De a poco los hospitales se transforman en fortificaciones para evitar el ingreso de grupos organizados agresivos y aunque es un problema internacional los niveles de violencia que se presentan en la Argentina llaman la atención y exigen la toma inmediata de medidas para prevenirla

Buenos Aires-(Nomyc)- Algunas de las inversiones que reciben los hospitales y centros asistenciales no están focalizadas en nuevos equipamientos, mayor tecnología, insumos o en capacitación de sus médicos y personal auxiliar sino que son cada vez más los recursos económicos que se destinan a medidas de seguridad, en el enrejado de los predios, la colocación de un sinnúmero de cámaras de seguridad, contratación de guardia privada y disponibilidad de botones antipánico, entre otras medidas para mantener a sus planteles protegidos de la violencia que padecen en el ejercicio de sus funciones.

El tema formó parte del 41º Congreso Argentino de Cardiología, organizado por la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) y considerado como el más convocante del mundo hispanoparlante, que se realizó en Buenos Aires la semana pasada con la participación de cerca de 10 mil especialistas.

La conferencia, titulada “La violencia en el ejercicio de la medicina”, estuvo a cargo de Marcelo Struminger, Jefe de la Unidad Coronaria del Hospital Santojanni quién sostuvo que “cuando hablamos de violencia nos referimos a todo tipo de agresión: la verbal, la psicológica, la física, la individual, la colectiva, las amenazas”.

“Muchas veces, la violencia se manifiesta con distintos niveles de peligrosidad, pero siempre es violencia y atenta contra el normal desempeño del acto médico”, agregó el especialista.

En una encuesta, realizada por Intramed en el año 2005, sobre más de 30.100 médicos de Latinoamérica, el 54,6 por ciento de los profesionales refirió haber recibido algún tipo de agresión durante el ejercicio de su profesión.

El sondeo mostró un 20 por ciento de mayor riesgo de recibir agresiones en representantes de la Argentina que en el de los otros países que participaron, entre los que se encontraban México, Uruguay, Perú y Colombia y dentro del grupo que manifestó mas posibilidades de ser agredido se destacó el de los médicos dedicados a la atención de Where to buy Strattera las emergencias.

Otro relevamiento nacional llevado, realizado en 2011 sobre más de mil pediatras por la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) en conjunto con UNICEF, mostró que uno de cada dos, es decir un 47 por ciento, no se sentía seguro en su ámbito de trabajo y más de la mitad de los profesionales encuestados, había vivido situaciones de maltrato verbal durante la consulta en el último mes.

Estas cifras son similares a registros hechos en el Reino Unido, Australia, Sudáfrica, Tailandia buy Topamax y Brasil, lo que representa que es un problema universal, aunque la diferencia que se da entre los países tiene que ver en la magnitud con que se manifiesta esa violencia.

Los hospitales de la Ciudad y de la Provincia de Buenos Aires han debido enfrentar en los últimos tiempos situaciones en las que grupos organizados ingresan al establecimiento portando objetos contundentes, bombos, aerosoles, y hasta armas.

La consecuencia de esto es la destrucción de las instalaciones, el pintado de las paredes, agresión al cuerpo médico y a las enfermeras e interrupción del funcionamiento del hospital, perjudicando a todos los pacientes que requieren atención médica.

“En el hospital `Santojanni´, luego de los ataques que tomaron conocimiento público, se logró controlar la situación mediante el enrejado del misoprostol online predio, la colocación de 35 cámaras de seguridad, la contratación de 18 personas de guardia por turno, más cuatro agentes de la policía metropolitana, conexión directa con el centro de monitoreo del Ministerio de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, y la presencia permanente de un móvil de la Policía Metropolitana”, explicó Struminger, quien también es miembro del Comité Ejecutivo de la Asociación de Médicos Municipales de la Ciudad de Buenos Aires.

Para Guillermo Fábregues, presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología, “el médico que sufre un episodio de agresión nunca vuelve a ser el mismo médico y se pregunta  ¿cómo vamos a exigirle luego a ese profesional que ante la presión de los pacientes no genere un mayor número de recetas o solicite estudios innecesarios?

“En definitiva, se desvirtúa su desempeño y se afecta el sistema de salud todo. Por todo esto, y dada la magnitud y la importancia de este tema en la actualidad, es que el Comité Científico del 41° Congreso Argentino de Cardiología decidió incorporarlo en su programa” reflexiona el especialista.

De manera llamativa, los ataques ocurren en los hospitales más desprotegidos, mientras que aquellos que se han fortificado y están preparados para enfrentar la violencia, son mucho más seguros que los que no lo han hecho y por eso Struminger recuerda que “no debemos olvidar que los hospitales son uno de los pocos lugares que permanecen durante toda la noche con la puerta abierta”.

Entre los distintos motivos por lo que se genera la violencia hospitalaria se destacan los familiares de un paciente grave que presionan por su curación, la solicitud de certificados, robo de medicación que suele ser de psicotrópicos y la solicitud Dapoxetine no prescription de recetas ilícitas.

Muchos de los casos están a cargo de gente que se encuentra bajo efecto de las drogas o el alcohol y también como consecuencia de enfrentamientos entre grupos de barras bravas y los médicos más expuestos son los más order Clonidine jóvenes, los residentes y las mujeres.

“Una vez comenzado un incidente de violencia en las instalaciones del hospital, buy Cytotec se hace muy difícil diferenciar al agresor de la víctima. No nos olvidemos que solemos estar en el medio de una guardia, con mucha gente y con un ambiente en el que todo es confusión, de ahí la importancia de adoptar todas las medidas necesarias para efectuar un control adecuado de los ingresos”, describió Struminger.

“Estos episodios hacen que queden pacientes sin atender, guardias que dejan de funcionar, en definitiva se crea un problema de salud pública”, completó  Fábregues, quien también es el presidente del Comité Organizador del 41º Congreso Argentino de Cardiología.

Entre las medidas recomendadas por los especialistas para combatir la violencia hospitalaria, está la fortificación del hospital, con enrejado, cámaras de seguridad, personal de custodia y presencia policial.

Pero también destacaron la necesidad de profesionalizar los Centros, brindando mayores y mejores servicios y sobre esto Struminger explica que “debe haber oficina de informes, libro de quejas, superiores que escuchen a los pacientes, áreas físicas de espera y de atención adecuadas, y recursos humanos y técnicos para realizar los estudios y tratamientos que sean necesarios. En la medida en que la gente se sienta bien atendida habrá menos chances también de que se pongan violentos”.                                                                                                   Nomyc-22-10-15

 

 

 

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