Vehículos futuristas para viajar más rápido y más lejos

“¿Hay alguien a quien le guste pasar 12 horas metido en un avión?”. A Dirk Ahlborn los viajes largos le parecen una pérdida de tiempo y por eso, este emprendedor de origen alemán que vive en California, Estados Unidos, pretende desarrollar un nuevo sistema de transporte que, según sostiene, unirá ciudades en un abrir y cerrar de ojos al alcanzar velocidades de unos mil kilómetros por hora, aunque asegura que podría llegar a los 1.200 km por hora

Buenos Aires-(Nomyc)-El sistema se llama “Hyperloop” y de manera básica, se trata de cápsulas presurizadas que levitan dentro de un tubo gigante al que se le ha hecho vacío.Ahlborn explica los detalles de su proyecto durante South Summit, la conferencia organizada por María Benjumea, presidenta de Spain Startup, que durante tres días ha reunido en Madrid a cientos de emprendedores del Mediterráneo y América del Sur.

Sin embargo, según sostiene Ahlborn durante una entrevista que lo más importante de su proyecto “no es la tecnología ni la velocidad” de vértigo que alcanzaría este tren futurista, que igualaría a la de los aviones comerciales que en la fase de crucero vuelan a unos 800-1.000 km/hora, sino “todo el concepto” que envuelve a Hyperloop Transportation Technologies (HTT), la empresa que dirige y que fue fundada en noviembre de 2013.

Desde el desarrollo colaborativo del proyecto a través de una convocatoria abierta o crowdsourcing, a las energías limpias que propulsarían este sistema de transporte, el bajo costo operacional y su forma de financiación.

Ante la consulta sobre el costo de este método de transporte su creador sostiene que “estimamos que 20 millones de dólares por cada milla, es decir, por cada 1,6 km  pero lo importante es que se pueden recuperar ya que, por ejemplo, la inversión que haríamos para la ruta Los Ángeles-San Francisco la podríamos recuperar en ocho años”.

Para ese tramo en concreto, HTT calcula que harán falta entre 7 mil y 16 mil millones de dólares, un precio “inferior a los 68 mil millones de dólares que costará el tren de alta velocidad de California que EEUU está poniendo en marcha, con pasajes que costarán entre 80 y 90 dólares” comenta Ahlborn.

El precio del billete de “Hyperloop” tendrá un valor próximo a los 30 dólares por trayecto, pero el boleto sería sólo una de sus fuentes de ingresos. 

“Hay otros modelos de negocio ya que vamos a tener a una persona con nosotros durante 40 minutos. Podemos saber quién es, dónde va, qué quiere hacer… Cuando yo era pequeño, se pagaba por los vídeojuegos. Ahora no y las empresas hacen más dinero que antes.

“Por ejemplo, Google o Facebook ofrecen una infraestructura y ganan muchísimo”, explica hablando en un correcto castellano en el que intercala palabras en italiano que aprendió durante los 15 años que vivió en el país transalpino.

En la actualidad, detalla, hay 450 profesionales de 21 países trabajando en Hyperloop, entre ellos, una treintena en España, la compañía Next Limit Technologies trabaja con ellos.

Proceden de empresas y centros de investigación como la NASA, Boeing, SpaceX, Airbus, Google, Harvard o el MIT. Pero en lugar de cobrar un sueldo, a cambio de las horas semanales que dedican a HTT recibirán stock options de la compañía: ”así nos ahorramos 11 millones de dólares”.

No habrá que esperar mucho para comprobar si se trata de un proyecto realista o imposible de llevar a cabo, como le reprochan sus críticos.

“Esperamos hacer el primer viaje con pasajeros en 2018 o 2019 en un tramo de ocho kilómetros en Quay Valley».

Se trata de una localidad californiana situada entre Los Ángeles y San Francisco que cuenta con varios resorts y que él define como “una miniLas Vegas, pero totalmente nueva y con las tecnologías más avanzadas”.

En esa línea inaugural de ocho kilómetros, la velocidad no será importante y se centrarán en optimizar el manejo de las cápsulas en las que viajarán los pasajeros y el embarque en la estaciones.

Hyperloop utilizará energía solar combinada con otras fuentes: “estamos estudiando todas las posibilidades, como la eólica, la geotermal… Podemos aprovechar la energía cinética de diversas maneras, por ejemplo, durante el frenado, cuando podemos recuperar gran parte de la energía”, sostiene Ahlbornm, que lleva explorando el campo de las energías alternativas desde los años 90 cuando fundó varias empresas en Europa.

Sobre los materiales que usarán para el tubo y las cápsulas, sólo adelanta que están probando varios, como la fibra de carbono o cementos de altas prestaciones, como el Ultra-High Performance Concrete.

“Al mismo tiempo que hagamos la línea de Quay Valley empezaremos la primera de larga distancia”, adelanta Ahlborn, que asegura que hay una veintena de ciudades en todo el mundo interesadas en acogerla.

“Va a ser muy difícil hacerla en EEUU o Europa porque somos muy burocráticos y tardaríamos unos 30 años.Probablemente la haremos en Asia, donde, al igual que en África o en Oriente Próximo, será mucho más rápido porque lo necesitan más”.

Y es que, argumenta, en ciudades como Beijing, con 50 millones de habitantes, no pueden andarse con muchas contemplaciones “necesitan soluciones ya porque el tráfico es un problema enorme. No pueden esperar”.

“Nuestra intención es superar el récord de 500 kilómetros por hora. Pero no nos importa tanto la velocidad como el confort del pasajero», dice. En Japón circulan habitualmente los llamados trenes bala, que se desplazan a 320km/h. Los nipones están probando un tren super rápido de levitación magnética, el Maglev, que en  abril pasado alcanzó los 603 km/hora en una vía de pruebas de 43 kilómetros, batiendo su propio récord mundial.

Cuando lleve pasajeros, a mediados de la próxima década, circulará a 500 km/hora y como comparación, en España, el AVE que en dos horas y media recorre los 621 kilómetros que separan Madrid y Barcelona circula a una velocidad máxima de 310 kilómetros por hora.

Críticas al proyecto                                                                                                                                                                                                     Esta idea ha sido criticado por otros profesionales del sector. Algunos cuestionan que Hyperloop sea técnicamente viable, mientras que otros auguran una catástrofe, creen que el viaje sería muy brusco y dudan que pueda compararse ala comodidad de una cabina de un avión.

“Hay mucha gente que dice que no se puede hacer, y no entiendo por qué lo dicen. Lo que vamos a hacer, en realidad, es fácil y la tecnología ya existe”, argumenta.

“Los trenes rápidos actuales limitan su velocidad a los 500 km./hora porque al viajar muy rápido, el aire ofrece mucha resistencia, como si fuera agua, y por lo tanto, necesitas mucha energía y se producen vibraciones. Pero si succionas ese aire, en el caso de Hyperloop, del tubo por el que viajan las cápsulas de pasajeros, puedes ir muy rápido con muy poca energía”.

Otras ventajas de este sistema, según la compañía, es que no sería vulnerable al clima y la programación de las operaciones bajo supervisión de una persona reduciría el Fluoxetine online riesgo de un fallo humano, la principal causa de accidentes. Los tubos de Hyperloop se situarían sobre pilones fijos que, según la empresa, reducen el coste de adquisición de terreno para construir la línea.

Aunque no está involucrado en el proyecto de Ahlborn, fue Elon Musk el que tuvo la idea de Hyperloop. En agosto de 2013, el fundador de Tesla Motors, SpaceX y Paypal presentó un documento con las líneas generales de este nuevo sistema de transporte, animando a empresarios, ingenieros y científicos a desarrollarlo. Según dijo entonces, él no tenía tiempo.

Musk está centrado en lograr hace realidad un objetivo más ambicioso. Pretende nada menos que poner en marcha la ruta entre la Tierra y Marte a bordo de una nave que logre reducir al máximo el viaje al Planeta Rojo de los ocho meses actuales a unos tres meses.

Gwynne Shotwell, presidenta y directora de operaciones de SpaceX, fue otra de las invitadas a la conferencia South Summit, donde esbozó su plan para abaratar el espacio y hacer asequible emular a un astronauta. El precio del billete a Marte, según ha declarado en algunas ocasiones Musk, podría rondar el medio millón de dólares.

“Queremos llevar gente a Marte cada dos años y traerlos de vuelta, así que necesitamos cohetes más potentes”, señaló Shotwell, considerada por la revista “Forbes” una de las mujeres más poderosas del planeta. El cohete “Falcon Heavy” que construirán en 2016 será el primer paso en esa dirección.El que propulse la nave que vaya a Marte podría ser tres o cuatro veces más grande.   

“Queremos mandar la primera misión tripulada a Marte dentro de 10 o 15 años”, dice Shotwell.

Durante estos 13 años se han ganado la confianza de la NASA, que ha subcontratado a la empresa para enviar suministros con cargueros no tripulados a la Estación Espacial Internacional (ISS) y construir una nave que transporte a los astronautas. Hasta ahora han mandado con éxito a la ISS seis cargueros “Dragon” con suministros y ha perdido otro en un accidente.

A finales de junio, el cohete “Falcon9” de SpaceX hizo explosión poco después del despegue, un contratiempo que demuestra que el espacio sigue siendo un negocio muy Asacol without prescription arriesgado.

“¿Qué más necesitamos para ir a Marte ? Tienes que asegurarte de que tus cohetes son reutilizables. Ahora se desechan después de cada misión. Imaginen que después de cada vuelo entre Madrid y Order Kamagra Nueva York el avión se destruyera. El precio del billete sería muy caro y casi nadie lo usaría”, compara.

Por esto, SpaceX está trabajando para conseguir que la primera fase de los lanzadores sea recuperada y vuelva a usarse.

No será fácil reutilizar un cohete, de hecho, ninguna agencia espacial lo ha conseguido. Ni siquiera resulta sencillo volver a usar una nave espacial compleja. Los míticos transbordadores de la NASA, un prodigio de la ingeniería, eran reutilizables pero tardaban meses en volver a ponerlos a punto y resultaba un proceso muy caro.

Según la NASA, el coste medio de cada lanzamiento del shuttleera de 450 millones de dólares por misión.

Pero SpaceX ha dado varios pasos que sugieren que podría lograrlo pronto. Durante este año ha hecho varios intentos para lograr que la primera parte del cohete“ Falcon 9” lanzado al espacio regrese a la Tierra una vez que ha puesto en órbita el carguero Dragon que transporta y se pose de forma controlada en una plataforma en el océano.

En enero, el cohete llegó a la plataforma de forma brusca y cayó al mar, por lo que no pudo recuperarse. En abril SpaceX lo volvió a intentar y estuvo más cerca de conseguirlo, aunque finalmente también cayó e hizo explosión. Aunque no se logró estabilizar el “Falcon 9”, Shotwell reivindica “el gran éxito de aquel intento: «Nadie había logrado aterrizar un cohete tras una misión. No conseguimos fijarlo a la plataforma, pero lo aterrizamos en medio del océano y aprendimos mucho”, relató Shotwell, tras proyectar el vídeo que registró el intento.

“En EEUU fue visto como una gran victoria. Los medios decían ‘casi lo lograron’. Sin embargo, en Europa se consideró un fracaso”, rememora.

“Por supuesto, no queremos fallos en una misión real pero durante un programa de desarrollo quieres cometer fallos para saber cuáles son tus get Cialis Professional límites”.

Una vez que logren recuperar la primera fase del cohete, se pondrán manos a la obra para reutilizar también la segunda fase, con lo que conseguirían reducir drásticamente el coste de una misión.

 “Ahora tenemos que aprender a fabricar vehículos espaciales para ir a Marte”, dice Shotwell, que antes de unirse a SpaceX trabajó más de 10 años en Aerospace Corporation.

La ISS será su escuela, pues empezarán construyendo naves para llevar personas a la órbita baja.

La distancia al Planeta Rojo varía según la órbita de los dos planetas por lo que hay que esperar al momento propicio buy Premarin para el lanzamiento. Se trata de mandar las naves cuando la distancia entre ambos es mínima, de unos 60 millones de kilómetros.

 “Todavía no hay un mercado para ir a Marte pero vamos a ir creándolo poco a poco”, señaló Shotwell, que poco antes había preguntado al público que asistió a su charla en South Summit cuántos estarían dispuestos a ir a Marte, algunas manos se levantaron.

“Cuando hacemos esa pregunta en SpaceX, todo el mundo levanta la mano”, para terminar sosteniendo que  “con el tiempo, a mí también me gustaría ir”.                                     buy Professional Viagra                                                                                                                                                                   Nomyc-28-10-15

 

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