Señalan que un grupo de pacientes con Esclerosis Múltiple no alcanzan los resultados que se esperan de los tratamientos

En la mayoría de los casos son aquellos que padecen formas progresivas de la enfermedad para los que en muchos casos todavía no hay fármacos disponibles que permitan modificar su curso según se señaló durante un encuentro científico internacional llevado a cabo en Buenos Aires. Además hay casos en los que presentan muchos brotes y remisiones quienes tampoco tienen una terapia efectiva
Buenos Aires-(Nomyc)-“Mas allá de contar con variadas alternativas terapéuticas para tratar a la Esclerosis Múltiple (EM), un importante grupo de pacientes no logra alcanzar los resultados que se esperan de los tratamientos actuales y de manera particular existen necesidades insatisfechas en aquellos que presentan un tipo de afección caracterizada por constantes brotes y remisiones y para los que padecen formas progresivas de la enfermedad, que como su nombre lo indica, son tipos de EM en un estadio muy agresivo y avanzado” sostuvo Jorge Correale Coordinador General del Simposio Internacional ‘EM MENTE’, un encuentro científico organizado por el laboratorio Merck que reunió a los principales referentes de nuestra región.
“Aún existen necesidades de los pacientes que deben cubrirse, ya sea porque deben mejorarse las opciones terapéuticas disponibles o directamente porque no existen alternativas de tratamiento para las formas progresivas de la esclerosis múltiple” agrega el especialista.
Sobre la enfermedad La EM es una enfermedad neurológica, inmunológica, crónica y potencialmente discapacitante, de probable causa autoinmune, por auto-agresión del organismo, que afecta al sistema nervioso central (SNC), se diagnostica fundamentalmente en mujeres jóvenes, entre los 18 y los 40 años, está considerada como una enfermedad poco frecuente (EPoF) y se estima que en la Argentina afecta a cerca de 15 mil personas.
Debido a su base inmunológica, el propio sistema inmune no reconoce como propia a la capa protectora que protege las fibras nerviosas del SNC que incluye al cerebro, la médula espinal y los nervios ópticos, llamada Mielina y la ataca por lo que se afecta la función de los nervios de conducir impulsos eléctricos desde y hacia el cerebro, lo que produce la aparición de síntomas como fatiga, pérdida de visión de un ojo, debilidad muscular, pérdida de coordinación, alteraciones en la sensibilidad tales como cosquilleo o entumecimiento, torpeza en una de las extremidades, sensibilidad al calor, vértigos, mareos y dolor facial, entre otros.
Los episodios más agresivos pueden ocasionan trastornos motores, en la movilidad y daño neurológico severo.
Tratamiento Los especialistas coinciden en afirmar que, entre otros parámetros, debería esperarse que disminuyan o detengan la progresión de la discapacidad, aunque hasta el presente no hay medicamentos disponibles en el mercado que logren con eficacia y seguridad este objetivo.
Uno de los objetivos ideales que deberían resolver las medicaciones, tanto para las formas progresivas como las de a brotes y remisiones, es el de promover la reparación de la discapacidad con un progreso sostenido.
También deberían lograr que no se registre actividad de la enfermedad, que haya mayores opciones de dosis, nuevas vías de administración, administración de dosis con menor frecuencia y que provean una eficacia superior y un beneficio favorable con relación a los tratamientos existentes.
Correale, quién también es Jefe de la Sección de Neuroinmunología y Enfermedades Desmielinizantes del Instituto de Investigaciones Neurológicas “Dr. Raúl Carrea” dentro de la Fundación de Enfermedades Neurológicas de la Infancia (FLENI), manifestó que “en el caso de la formas progresivas, el problema se origina básicamente porque no existe aún un conocimiento total de los mecanismos que la producen, no existen modelos animales universalmente aceptados que permitan investigar nuevas drogas y el diagnóstico en ocasiones es complejo y retrospectivo”.
“Mientras que para las formas a brotes y remisiones, si bien contamos con drogas que pueden tener alta efectividad, requieren un monitoreo muy cercano por los potenciales efectos colaterales que pueden presentar, lo que hace que a veces el paciente no adhiera al tratamiento de manera adecuada” continúa el especialista.
“No obstante estos efectos colaterales deben siempre balancearse con la gravedad de la enfermedad ya que para formas clínicas severas de EM siempre es necesario correr riesgos porque o se corre el riesgo de potenciales efectos colaterales de la medicación, o se corre el riesgo de discapacidad severa del paciente en el corto y mediano plazo como consecuencia de la evolución de la enfermedad, por lo que para estos pacientes no existe riesgo cero”, completó el especialista.
Muchos de los tratamientos suprimen de manera continua el sistema inmune del paciente, lo que implica un constante monitoreo sobre el estado del paciente y de manera posible, un tratamiento que reduzca los riesgos de la inmunosupresión continua, permitiría aliviar la carga del monitoreo y mejorar la adherencia de los pacientes al tratamiento.
Sin embargo, pese a que se encuentran en desarrollo alternativas terapéuticas de esas características, que además mejoran la vía de administración y disminuyen de manera contundente la cantidad de dosis requeridas, los especialistas destacaron que “la educación del paciente desde el inicio del tratamiento sigue siendo la clave para mejorar la adherencia, tanto a la administración de la medicación como a la realización de todos los controles que acompañan el abordaje de la esclerosis múltiple”. Nomyc-6-9-17