Según el nuevo director del CONICET en el área de Ciencias sociales y humanidades la gestión del ministro fracasó
El doctor en Ciencia Política, que fue recientemente designado en el organismo, advirtió que el sistema científico “está en peligro”
Buenos Aires-(Nomyc)-Luego del “llamado de atención” que generó la presentación e una destacada científica en el programa de televisión para recaudar fondos que le permitieran continuar con sus investigaciones y el reclamo a las autoridades nacionales por el nombramiento de un titular para el cargo de Director del CONICET que había quedado vacante, el presidente Mauricio Macri firmó la semana pasada el DNU 371/19, que designa en el directorio del Conicet a Mario Pecheny por el área de Ciencias Sociales y Humanidades y a Alberto Kornblihtt por Ciencias Biológicas y de la Salud.
Reconocidos expertos en su campo, habían sido votados en elecciones directas por sus pares científicos en el año 2018, pero sus nombramientos, en medio de los conflictos presupuestarios con el Gobierno, estaban demorados hacía un año.
“Lo paradójico es que tengo un proyecto de investigación en la UBA sobre el esperar y hacer esperar como una prerrogativa de poder y lo viví en carne propia”, ironizó Pecheny, quien es doctor en Ciencia Política por la Universidad París III y se especializa en temas de salud, sexualidad y derechos humanos durante un reportaje a Infobae.
El investigador asume en un momento convulsionado en la comunidad científica y Junto a otros doce miembros del directorio del Conicet, será uno de los interlocutores de los miles de investigadores y becarios que vienen protestando contra el ajuste en el área.
El 22 de mayo estuvo del otro lado del mostrador: fue uno de los tantos científicos en todo el país que participaron del “Cabildo Abierto en defensa de la ciencia”, donde se volvió a reclamar por aumento salarial, más ingresos en la planta y suba de la inversión en Ciencia y Técnica, en una iniciativa que tuvo menos repercusión que la aparición televisiva de la bióloga Marina Simian en el programa “¿Quién quiere ser millonario?”.
“Está en riesgo la propia supervivencia del sistema científico y uso la imagen de la cadena de frío, porque cuando uno hace las compras y pone las cosas en la heladera, y se corta la luz una semana, hay que tirar todo a la basura y en este caso por la falta de recursos esto pasa a veces, literalmente, con las ratitas de laboratorio”, define el politólogo.
Sobre si cree que hubo una intención política en la demora de su designación en investigador sostiene que “en la Ciencia Política decimos que ´las no decisiones´ son también una decisión y acá hubo una no decisión durante casi un año, estuvo ´frizado´ el expediente hasta que lo destrabó la presión de la comunidad científica y de la opinión pública”.
Sobre el motivo de esto agrega que “cuando iban diez meses de demora, Marcos Peña dijo en el Congreso que se estaban cumpliendo los tiempos normales y hacer ese decreto era bastante simple, no había impugnaciones ni nada raro”.
“Mi impresión es que hay un desinterés y poca consideración hacia la institucionalidad y después habrá discusiones palaciegas que no conozco de primera mano y que son rencillas entre científicos y es una muestra de que no solo hay un problema presupuestario, que es grave, sino de política científica”.
“Me votaron investigadores e investigadoras de todo el país de toda las disciplinas que formamos la gran área de las Ciencias Sociales y Humanidades. No sé cuáles son las razones, pero hay tres características y una es que pienso un Conicet integrado de manera sinérgica con las universidades” continúa Pecheny.
“Como suele decir un compañero, el semillero de los científicos sale de la universidad pública y el segundo punto es un tema generacional. La mayoría de la planta de investigadores e investigadoras del Conicet somos menores de 50 años y un poco represento esa generación que se crió en el sistema científico y que apuesta a que eso se mantenga y crezca” continúa.
“En tercer lugar hablo desde el oficio: soy un trabajador de la ciencia, o un intelectual, o un profesor. Soy alguien que vive de esto y hablo desde la práctica. Por último, mi campaña en el Conicet, que fue hace dos años, coincidió con la campaña por el derecho al aborto seguro y gratuito y hubo una sinergia entre las movilizaciones por los derechos de las mujeres, que es algo que investigo y milito, las de defensa de la ciencia y no hay una relación directa, pero sí muestra un poco que los científicos y científicas no vivimos en un tupper y los problemas que afectan a la vida política de este país nos interpelan” agrega el investigador.
Sobre el aumento del presupuesto decretado por el Gobierno, de $1 mil millones comenta que “si es una reasignación de presupuesto o una transferencia de lo que ya estaba comprometido, en cualquier caso es un parche, un paliativo. Un parche es mejor que nada, pero no veo una respuesta”.
“Por eso el conjunto de los directores y directoras de institutos de investigación estamos pidiendo una ley de financiamiento para la Ciencia y la Tecnología, que garantice un piso presupuestable que permita prever y planificar nuestros proyectos, que duran entre cuatro o cinco años” agrega sobre el tema.
Sobre qué sintió al saber del encuentro que tuvo Marina Simian, la científica que estuvo en ¿Quién quiere ser millonario? con el titular del Poder Ejecutivo, luego de haber estado en el programa y fuera designado además de haber logrado el aumento del presupuesto que reclamaba explica que “yo me enteré porque alguien lo puso en Facebook y lo ´repostié´ porque me pareció un gesto original de esta científica y esto no se dio en el vacío: sus becarios y becarias más jóvenes eran los que estaban en la peor situación y no podían solventar el día a día en su laboratorio”.
“Ella mostró al gran público, incluso al Presidente, que la situación no daba para más y Dora Barrancos (Nota del redactor: su predecesora en el Conicet) había renunciado hace dos meses en el directorio y mostró que su mandato vencido era un problema institucional grave y ético” continúa.
“Algunos miembros de la comunidad criticaron a la colega por haber ido con el Presidente cuando ya hay representantes elegidos. Podían haber convocado al directorio, a los gremios y a las asociaciones científicas. Pero la culpa no es del chancho… A todas luces, lo que muestra es que a las autoridades le preocupaba más la imagen que resolver la cuestión” agrega.
Una de las consignas del “Cabildo Abierto en defensa de la ciencia” apuntó a que el sistema “está en riesgo” y que “hay que salvarlo” y sobre qué cerca se está de ese diagnóstico Pecheny comenta que “está en peligro por varias razones, porque para cocinar hacen falta los utensilios y los ingredientes, y quienes hacen ciencia experimental no tienen siquiera lo mínimo para hacer su trabajo”.
“Como muchos argentinos y argentinas, nuestros salarios y los estipendios de las becas están muy degradados y además hay una suerte de desperdicio de recursos de la sociedad argentina que ha venido formando doctores e investigadores jóvenes con el apoyo del Estado para que luego se incorporen al sistema científico”.
“Todo esto se ha cortado: no es solo una reducción en el número de ingresos y vacantes, se cortó un círculo virtuoso porque alguien que empieza la escuela secundaria o la universidad, y decide dedicarse a la carrera científica, se le cierran las puertas cuando está en su ´punto caramelo´, después de haber estudiado por años y eso no sólo perjudica a los jóvenes, sino a los que coordinamos equipos de investigación, porque uno trabaja de manera colectiva; si no hay esa especie de piramide, se resiente las investigaciones en curso”.
Sobre las similitudes hay entre esta situación con la crisis del área en los años noventa explica que “me enteré que entraba al Conicet el 11 de septiembre de 2001, el día de las Torres Gemelas, aunque se hizo público en diciembre, que fue el corolario de la crisis”.
“Ahí entramos muy poquitos y la diferencia hoy es que existe una gran cantidad de personas que han sido formadas entre los años 2000 y 2015; en mi época no había una masa crítica de doctores que están esperando, porque la carrera científica no era lo que supo ser después y dan mucha bronca estos gobiernos que se llenan la boca de la eficiencia, de previsibilidad y meritocracia, y el Conicet es todo eso” continúa el investigador.
“Los vaivenes presupuestarios siempre existieron, pero antes las personas podían pautar sus estudios, sus becas, sus tesis y en definitiva, su vida, pero esto se rompió, ni las fechas se respetan y antes ingresar al Conicet era una opción cierta, ahora es volver para atrás: cuando están por entrar, les sacamos la alfombra y se caen para abajo” continúa el investigador.
Sobre si ¿hay un “resto” para recomponer el Conicet a futuro comenta que “soy optimista, los recursos humanos existen. Uno de los efectos paradójicos del ajuste y de esta hostilidad manifiesta a la investigación, con discursos descalificadores, hizo que nos reconociéramos como trabajadoras y trabajadores”.
“Ciertos individualismos se amalgamaron para empezar a pensar de manera colectiva y las discusiones están atravesando generaciones, disciplinas, partidos políticos y hasta modos de hacer investigación; estamos todos del mismo lado y supongo que cuando se estabilicen las aguas nos empezaremos a pelear de vuelta por los matices, pero ´La Base Está´, como se dice en el fútbol”.
Al ser consultado sobre ¿cuál es el tema más urgente que debería resolver un futuro gobierno con respecto a la Ciencia y la Técnica? Pecheny explica que “el más urgente es el presupuestario, porque hay que enviar los fondos que ya estaban comprometidos para algunas áreas como las ciencias experimentales, reducir los costos de la importación de insumos y algunas exenciones impositivas y reglamentarias”.
“Mucho financiamiento de la Ciencia y Técnica viene de fondos externos en dólares que se pesifican y que, cuando te la dan después de tres años, lo que te alcanzaba para comprar un vaso termina siendo un tercio y también se puede hacer algo que no cuesta dinero, como volver más racional, ecuánime y democrática la vida institucional del Conicet. El directorio tiene que tomar las riendas y decir cuáles son los problemas y las prioridades de manera abierta, no de una forma cerrada y tecnocrática” agrega sobre el tema
Sobre ¿cuál cree que debe ser el rol de la ciencia en el país? El investigador comenta que “es una pregunta muy amplia y yo soy muy confiado en que cada uno haga lo suyo y contribuya desde su lugar, y esto puede ser de manera directa o indirecta”.
“Por ejemplo, en mi caso, trabajo temas de salud y de derechos humanos y a veces en nuestro equipo nos hacemos preguntas muy concretas como ´¿Por qué las mujeres y las chicas fallan en el uso o no acceden a los dispositivos intrauterinos?´ y ahí trabajamos con el Ministerio de Salud para ver qué es lo que está fallando y esa es, por ejemplo, una investigación con aplicación directa a las políticas públicas” explica el investigador.
“En otro trabajo sobre la espera en el amor, encontramos que cuando un novio o novia no contesta inmediatamente por Whatsapp a su pareja, eso produce situaciones de tensión que puede desembocar en hechos de violencia de género y uno nunca sabe cómo una investigación puede tener una aplicación muy concreta y cuáles van a ser sus impactos en el corto, mediano o largo plazo, pero por eso, creo que la política científica tiene que apoyar lo que hacemos los científicos” continúa para agregar que “si vamos a tratar solo lo que esta de moda o va a impactar inmediatamente, le estamos errando”.
Sobre si es posible que la ciencia se desarrolle sin problemas cuando, al parecer, se quebró la confianza entre la comunidad científica y el secretario de Ciencia y Técnica Lino Barañao, es el principal interlocutor del sector el recién nombrado director del CONICET explica que “da la sensación que al secretario de Ciencia y Técnica le falta una brujúla”.
“La comunidad científica no lo está tomando como interlocutor y por dar un ejemplo, la colega de la televisión pidió directamente reunirse con el Presidente porque hay una sensación de que no hay interés por parte de la autoridad para defender a su sector y los trabajadores en el Estado saben que un ministro o un secretario va y patalea por recursos y reconocimiento para su área especifica, pero en Ciencia y Técnica no ha sido el caso y sea quien sea el que venga después de octubre, aún si se queda este gobierno, es muy muy poco probable que sigan estas autoridades, porque el fracaso fue rotundo” concluye Mario Pecheny nombrado director del CONICET en el área de Ciencias Sociales y Humanidades. Nomyc-7-6-19