Se hicieron 50 cirugías para Bajar de Peso en la Salud Pública de la provincia de Buenos Aires y hay más de 200 personas en lista de espera

El Hospital Bocalandro de Tres de Febrero realizó esta cantidad de intervenciones que modifican la vida de quienes son intervenidos 

Buenos Aires-(Nomyc)-La operación es el último paso de un conjunto de controles rigurosos que se les realiza a quienes ingresan en el Programa de Tratamiento de la Obesidad y Cirugía Metabólica (PROTOCIM) del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, que está a cargo de Alberto Ferreres.

 

En este momento, tiene 250 buy isotretinoin online pacientes en tratamiento y lleva realizadas 50 cirugías bariátricas. Para este año prevén hacer un promedio de 10 operaciones por mes. A la mayoría se les hace un by pass gástrico o una gastrectomía de manga.

 

Según señala Alejandro Colla, ministro de Salud de la Provincia, “tenemos un equipo de primer nivel que ya hizo 50 cirugías de este tipo en forma gratuita aunque la intervención no es el fin del problema”.

 

“El objetivo –continua Colla– es cambiarle la calidad de vida, cambiar enfermedad por salud y por eso para cada paciente hay un tratamiento específico que define todo un equipo”.

 

El equipo que trabaja con estas personas está integrado por nutricionistas, psicoterapeutas, médicos clínicos, cirujanos, endocrinólogos y deportólogos.

 

Los primeros jueves de cada mes, el equipo del Bocalandro Order Disulfiram se reúne con los pacientes en el auditorio del hospital para responder dudas y hablar del tratamiento. Van personas de todo el Conurbano e inclusive del interior bonaerense. En el último encuentro, el jueves pasado, fueron varios de los ya operados para mostrar su “antes y después”.

 

Claudia tiene 34 años, es de Zárate y pesa 125 kilos. Para ella es un verdadero logro: llegó buy Cytotec cheap a pesar más de 160. Hace 40 días le hicieron un by pass gástrico en el  Bocalandro y bajó 25. Esta mañana contó su historia a más de 50 obesos mórbidos en tratamiento.

 

Sollozando expresó “hasta el verano pasado yo no quería ir a la pileta con mi hijo, me daba vergüenza de lo gorda que estaba”. Les dice a los demás que ahora tiene ganas de vivir, no como antes, que ni se quería levantar de la cama. Pero eso sí, “ahora no me quedo quieta y le pongo garra todos los días para no recaer”, asegura.

 

Los obesos no paran de comer ni de sufrir por lo que acciones simples como levantarse de la cama pasan a ser un esfuerzo insoportable: “Yo siento que llevo otra mujer sobre mi cuerpo y me la quiero sacar de encima, no aguanto más”, cuenta Adriana Barreto, de 49 años.

 

Esta mujer que vive en San Martín hoy pesa 114 kilos, hace un año soportaba 130. Su cuerpo comenzó a cambiar hace 15 años después de dar a luz a su segundo hijo. En ese momento, hacia fines de los 90, le diagnosticaron una enfermedad que debilita los músculos, perdió su trabajo en una empresa textil y cayó en una profunda depresión. Su peso se disparó.

 

Cuando un obeso avanza en el tratamiento lo primero que se nota es la reducción de su volumen corporal. Sin embargo, según Sandra Spatafora, nutricionista del Protocim, explica que “lo que más importa no es de orden estético y ni siquiera se ve”.

 

“Son –-continua Spatafora– a los valores de hipertensión arterial, glucemia y colesterol que enferman a casi todos los obesos”.

 

Para los médicos una persona es obesa cuando tiene un índice de Masa Corporal (ICM) superior a 30. El número se obtiene de dividir el peso sobre la altura al cuadrado. Los que llegan o superan este nivel tienen mucho más riesgo de morir jóvenes, de sufrir insuficiencia respiratoria, várices, cáncer, infertilidad y afecciones cardiovasculares.

 

En el país hay 7.200.000 obesos, según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo. Cerca de la mitad vive en la provincia de Buenos Aires.

 

Natalia Beitone, psicóloga del Hospital  Bocalandro, les dice a sus pacientes que obesidad y ansiedad van de la mano, que no pretendan cambiar su estado de la noche a la mañana.

 

“Cuando ustedes ven las fotos del antes y el después de los que ya se operaron tienen que pensar que el tiempo que hubo entre esas dos fotos fue un camino ondulante, con progresos y dificultades, lleno de esfuerzos, recaídas y frustraciones” señala la profesional.

 

Beitone concluye afirmando que lo más importante “es no abandonar el tratamiento”.

 

Junto al Hospital Bocalandro, también se realizan operaciones de este tipo en los Hospitales «Gutiérrez»  y «San Martín» de La Plata y «El Cruce» de Florencio Varela.

Nomyc-8-3-13

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