Se estima que 1 de cada 20 recién nacidos es alérgico a la proteína de la leche de vaca aunque su diagnóstico no siempre es rápido

Esta dificultad provoca problemas gastrointestinales dermatológicos respiratorios y hasta irritabilidad.Se necesita acordar tratamientos y tiempos de diagnóstico según se desprende de una Jornada realizada en el Hospital “Dr. Pedro de Elizalde”

Buenos Aires-(Nomyc)- Una gota de leche, es decir 160 mililitros, podría causar una reacción grave, sin tener en cuenta la cantidad total ingerida y  la Alergia a la Proteína de la Leche de Vaca (APLV) afecta a 1 de cada 20 recién nacidos, provocándoles síntomas gastrointestinales, en un 60 por ciento de los casos, dermatológicos a la mitad de los afectados o respiratorios a un 30 por ciento, que se pueden presentar en forma inmediata, además de otros signos no menores como el llanto y la irritabilidad.

La APLV es una de las alergias alimentarias más frecuentes en los primeros meses de vida aunque la demora en el diagnóstico puede llegar a retardarse hasta 8 meses.

Por este motivo, los especialistas, reunidos durante la Jornada de Alergia a la Proteína de Leche de Vaca efectuada en el Hospital de Niños “Dr. Pedro de Elizalde” CASA CUNA, señalaron la necesidad de difundir la patología y su correcto tratamiento, para evitar eventos graves como el shock anafiláctico, además de retrasos en el crecimiento de los más pequeños.

Según sostuvo Alberto Jorge Lavrut, Jefe de la Unidad de Alergia del Hospital de Niños “Dr. Pedro de Elizalde” Casa Cuna, “1 de cada 20 recién nacidos sufre APLV pero aun así, es una patología sub reconocida, sub tratada y pobremente comprendida”.

“Por un lado –continuó el especialista– un alto porcentaje de pacientes que derivados por sospecha de APLV no son alérgicos a la proteína de la leche de vaca, con lo cual hay diagnósticos diferenciales insuficientes, y, por otra parte, existe un alto porcentaje que tiene un reemplazo inadecuado de la leche”.

“Además se observa una baja o nula interconsulta con el área de Nutrición lo que origina que no haya diagnóstico de certeza” aclara el Jefe de la Unidad de Alergia de la Casa Cuna.

Según lo indicado por Lavrut, en el país, al igual que a nivel mundial, el promedio de tiempo diagnóstico es de 7 a 8 meses, lo que implica un padecimiento para el niño y su familia, además de impactar en su crecimiento.

“Se estima que un 21 por ciento de los pacientes al momento del diagnóstico presenta bajo peso y que el 14 por ciento tiene baja talla”, agregó Lavrut.

La mayoría de los bebés con APLV sufre síntomas como llanto, erupción cutánea, diarrea, cólicos, sibilancias, vómitos o sueño inquieto, de un momento a otro.

En lo inmediato, puede aparecer desde picazón o prurito ligera, edema y hormigueo en labios, lengua, paladar o garganta, hasta hinchazón de los labios y la boca, Purchase Retin-A without prescription incluso llegar a edema de la mucosa faríngea.

El solo contacto de la leche sobre la piel puede producir enrojecimiento, existiendo casos en los que se presenta urticaria, rinitis, conjuntivitis, asma o anafilaxia, especialmente si continúan con la ingesta de la proteína de leche de vaca.

Una vez diagnosticada la APLV, el pilar fundamental del tratamiento es la eliminación de la proteína de la leche de vaca.

En menores de 2 años y en chicos no amamantados, el reemplazo de la leche se realiza  a través de fórmulas hipoalergénicas, aunque se harán periódicos desafíos para no prolongar innecesariamente una dieta.

Entre las medidas de prevención de la APLV, se recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad, para los chicos con riesgo elevado cuando hay en la familia un hermano con la afección, se sugiere complementar con formulas hidrolizadas o extendidas durante ese periodo.

Además, según los especialistas, para los chicos sin riesgo, los alimentos alergénicos deben introducirse Lasix no prescription de manera gradual y en los que sí tienen riesgo aumentado debe ser más lento, de un solo alimento a la vez y en pequeñas cantidades.

La APLV en cifras                                                                                                                                                                                                       Pablo Slullitel, médico especialista en Alergia e Inmunología del Hospital de Niños Dr. Pedro de Elizalde CASA CUNA, explicó que “se calcula que cerca del 45 por ciento de los casos revierte, de manera espontánea luego del año de vida, aunque en los últimos tiempos se observan niños de mayor edad que siguen teniendo síntomas relacionados con la APLV”.

“La inmadurez del aparato gastrointestinal es la causa que más afecta a los chicos, aunque también puede haber una predisposición genética”, sostuvo.

En esta línea, señaló que “entre un 10 y 15 por ciento de los casos no tiene antecedentes genéticos, pero con un padre que tenga la predisposición genética para el desarrollo de alergia, es decir un padre atópico, la posibilidad de que un chico sea atópico es del 30 al 50 por ciento”

“Si los dos padres atópicos, aumenta a entre un 60 y 80 por ciento de posibilidades de que el niño lo sea, no necesariamente a la leche de vaca pero sí a cualquier otro alérgeno” agregó el especialista.

Reacciones alérgicas a la proteína de la leche de vaca                                                                                                                                             “La proteína más abundante en la leche de vaca, denominada ‘beta lactoglobulina’, no se encuentra en la leche humana, con lo cual si la madre no tiene contacto con los lácteos ni con la proteína de la leche de vaca, no contendría en su leche el alergeno”, explicó Slullitel.

Existen distintos tipos de reacciones alérgicas, entre ellas las de Tipo 1, que se presenta provocando hipersensibilidad inmediata, por ejemplo con anafilaxia, broncoespasmos, urticaria y/o diarrea.

“Ésta es la única reacción que se puede medir, ya sea en sangre o cuando se hace la prueba cutánea. La reacción es inmediata y se da entre el minuto y la hora de tomar contacto con el antígeno”, get methotrexate explicó el especialista.

Diagnóstico de la APLV                                                                                                                                                                                             Según aclaran los especialistas la dificultad para manejar la enfermedad en la familia, sumada al tiempo que demora el diagnóstico, dan como resultado un círculo vicioso.

“Los síntomas en el niño son molestos, hay cólicos, eczema e irritabilidad. Además, cuando aparece sangre en la materia fecal, los padres se desesperan” comenta María Cristina Díaz, médica de planta de la Unidad de Alergia del Hospital de Niños Dr. “Pedro de Elizalde” Casa Cuna.

Por otra parte, a veces hay rechazo al alimento y esto produce retraso en el crecimiento; genera un gran impacto emocional en la madre primero y luego en toda la familia”, asegura Díaz.

El proceso diagnóstico para la APLV es engorroso e implica numerosas visitas al pediatra.

“Debe comenzar con la sospecha clínica y finalizar con el desafío oral protegido y controlado bajo supervisión del especialista en un ámbito seguro. En niños pequeños, el desafío abierto es suficiente para el diagnóstico, si se demuestran síntomas objetivos, es decir, cuando ‘tomó la leche y se brotó’. Si los síntomas son subjetivos -llanto, irritabilidad- es necesario efectuar otro tipo de procedimiento”, explicó la integrante de la Unidad de Alergia de la ex Casa Cuna.

A veces, una simple gota de leche provoca un gran edema, una urticaria o una rinoconjuntivitis y otras veces se precisa de una gran cantidad de leche para empezar a tener síntomas.

“Es muy importante prevenir la inhalación y el contacto de la leche de vaca con la piel, ya que se puede producir un shock anafiláctico por inhalación”, remarcó la especialista.

 Proteínas ocultas y falta de información                                                                                                                                                                    La APLV no sólo se produce cuando se ingiere la leche de manera directa, sino que puede ser causada por la ingesta de aromatizantes, caldos deshidratado, grasa animal, caseína, aditivos espesantes como los caseinatos, lactoalbúmina, fosfato de lactoalbúmina, lactoglobulina, lactosa, crema, suero lácteo, turrón y otros.

Otros productos que pueden contener de manera “oculta” PLV son purés y sopas, fiambres, embutidos, frituras y tortillas no elaboradas en casa, postres, picadillos y patés, productos de panadería, cereales enriquecidos, margarinas, aderezos de ensaladas, mayonesas, pastas, galletitas, golosinas, entre otros.

“Hay numerosos productos que contienen la proteína, inclusive detergentes cremosos, medicamentos y hasta crayones escolares y tizas que entran en contacto con los chicos” explica Sandra Del Hoyo, madre de niños con APLV y presidente de RED INMUNOS, Asociación Argentina de Alergia a Alimentos.

“Desde la RED order Indocin INMUNOS elaboramos listas de productos consultando directamente y por escrito con los responsables de calidad de cada empresa porque hay mucha falta de información, incluso entre los profesionales”, explicó Del Hoyo.

Sobre el Foro                                                                                                                                                                                                               El foro de alergias nació en 2006, cuando vimos que con voluntades individuales no se alcanzaban objetivos concretos para todos los niños con alergia, se planteó la asociación y se constituyó, de manera formal, en 2010.

RED INMUNOS elabora y brinda material informativo para socios y no socios, que reparten en los colegios y hospitales, además de participar en la Plataforma de Alérgenos desde su conformación en 2009, para lograr, entre otras cuestiones, el etiquetado detallado de los alimentos.

“En 1997, me enteré de las alergias alimentarias, por mis hijos. Ellos pasaron por muchos especialistas hasta 2005, que descubrí la dieta libre de alergenos y de trazas. Mi hija nació en 1997 con síndrome de alergia oral y otros síntomas y el médico me indicó que le diera leche de cabra, hoy sé que sólo tiene efectividad en un 5 por ciento” rememora Del Hoyo.

“Recuerdo –continúa– que ella ensució la cuchara con flan porque estaba entusiasmada con su order Indocin primer comida y apenas con la cuchara sucia de flan hecho con leche de cabra estuvimos al borde de la anafilaxia”.

“Yo amamanté a todos mis hijos, 2 de ellos tienen alergia a alimentos, a uno de ellos ni siquiera lo expuse a la proteína, porque ya teníamos el antecedente de su hermana, pero se la transmití yo a través de la teta. De esto me enteré a sus 3 años, cuando ya hacía un año que estaba destetado” explica la presidente de la RED INMUNOS.

Luego de consultas y largos tratamientos con hematólogos, dermatólogos, infecciones reiteradas, anemias, internaciones por apneas, diagnósticos equivocados de trastorno de deglución, etc., esta mamá que vive en Córdoba descubrió en 2005, cuando llegó Internet a su pueblo, que en Foros de Asociaciones de España se utilizaba la dieta libre de alérgenos y de trazas.

“A partir de allí, mis hijos no tuvieron más síntomas y hasta ahora siguen con la dieta aunque no revirtieron su condición” explica Del Hoyo.

“Es importante –recalca la presidente de la RED INMUNOS– que los profesionales estén informados, muchas mamás nos dicen que sus médicos no les creen, que no creen en las alergias. Nosotras no tenemos ‘papers’ científicos, pero vemos evidencias en nuestros hijos día a día y buy Kamagra online necesitamos que nos crean”.                                                                                                                                                                                     Nomyc-3-9-15

 

 

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