Se descongela una capa de la tierra que tiene bacterias y virus milenarios

El Permafrost cubre el 25 por ciento de la superficie terrestre y al descongelarse larga gases calientes y nuevas amenazas de virus

Buenos Aires-(Nomyc)-Al derretirse, los suelos fríos del Permafrost amenazan con dejar escapar virus olvidados y miles de millones de toneladas de gases de efecto invernadero que encierran desde hace miles de años, lo que podría acelerar el cambio climático si se tiene en cuenta que el Permafrost, es decir los suelos que están congelados todo el año y que cubren el 25 por ciento de la superficie terrestre del Hemisferio Norte, sobre todo en Rusia, en Canadá y en Alaska, pueden estar compuestos de pequeñísimos fragmentos de hielo o de grandes masas y su espesor puede ser de unos metros a varios cientos.

Además, encierran alrededor de 1,7 billones de toneladas de carbono, es decir, cerca del doble del dióxido de carbono (CO2) presente en la atmósfera y con el aumento de las temperaturas, se calienta y empieza a derretirse, libera de manera progresiva los gases que tenía neutralizados y la situación podría empeorar si, como sostienen los científicos, esta liberación debería acelerarse.

En un problema                                                                                                                                                                                                El deshielo del Permafrost ya pone en un brete el objetivo, anunciado por el Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a menos de +1,5 ºC respecto a la era preindustrial, según un estudio publicado en setiembre.

Los científicos describían un círculo viciosolos gases emitidos por el permafrost aceleran el calentamiento, que acelera el derretimiento del permafrost.

“Para 2100, este último podría, según el escenario menos malo, disminuir un 30% y liberar hasta 160.000 millones de toneladas de gases con efecto invernadero”, alertó en 2015 la investigadora Susan Natali, del Woods Hole Research Center.

Además de sus efectos climáticos, el deshielo del Permafrost, que alberga bacterias y virus a veces olvidados, representa también una amenaza sanitaria.

En el verano de 2016, un niño murió en Siberia de Carbunco o Ántrax, desaparecida desde hacía 75 años en esa región.

Para los científicos, la causa se remontaba de manera muy probable a la descongelación de un cadáver de reno que había muerto de Ántrax décadas antes, por lo que, liberada, la bacteria mortal, que se conserva en el Permafrost durante más de un siglo, infectó a numerosas manadas de renos.

Virus                                                                                                                                                                                                              La amenaza no se limita al Ántrax, ya que investigadores descubrieron que en los últimos años, dos tipos de virus gigantes, uno de 30 mil años de antigüedad, estaban conservados en el Permafrost.

En esas regiones árticas, que el deshielo del Permafrost hizo más accesibles para la industria minera y petrolera, los científicos vaticinan que algunos de esos virus podrían despertarse un día si los hombres remueven demasiado el subsuelo.

Por último, el deshielo del Permafrost provoca, también, costosos daños materiales: edificios que se derrumban, corrimientos de tierras, carreteras y pistas de aeropuerto inestables.

Según un informe de Greenpeace de 2009, las compañías rusas gastaban en aquel momento hasta 1.300 millones de euros anuales en reparar las tuberías, los edificios y los puentes deformados por los efectos del calentamiento global y de la fundición de tierras congelada                      Nomyc-16-1-19

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