Se completó la integración del Satélite SAOCOM 1

Profesionales de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), y de las empresas VENG, INVAP y CEATSA/ARSAT finalizaron en Bariloche las verificaciones eléctricas y la integración mecánica del SAOCOM 1A, el nuevo satélite de observación argentino desarrollado por la CONAE junto a organismos y empresas nacionales

Buenos Aires-(Nomyc)-“El `cuerpo´ del satélite, es decir la plataforma de servicios y los “ojos” con los que observará la Tierra, la antena radar, están comunicados, con todas las interfases conectadas en forma correcta, en buen estado y seguras” dicen en en el laboratorio donde lo armaron luego de concluida la integración eléctrica y verificada la comunicación de la plataforma con cada uno de los siete paneles de la antena radar, se completó la integración mecánica del SAOCOM 1A. Continúa esta semana el primer ensayo de despliegue de la antena Radar de Apertura Sintética (SAR), iniciando la etapa de pruebas finales del satélite.

Ensayos ambientales                                                                                                                                                                                                 El satélite de observación de la Tierra con radar de microondas SAOCOM 1A, desarrollado por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) en conjunto con empresas y organismos nacionales, inicia la campaña de ensayos ambientales en el Centro de Ensayos de Alta Tecnología (CEATSA), en Bariloche.

El primer ensayo, con el cual se inaugura la campaña, es el de termo-vacío, que reproduce las condiciones de temperatura y de vacío existentes en el espacio.

Con la plataforma de servicios del satélite ya completada, con un panel representativo térmicamente del panel central de la antena SAR y con las mantas térmicas que lo recubren en su exterior, se trasladó desde la Sala de Integración Satelital de INVAP hacia CEATSA en Bariloche, para realizar el ensayo ambiental en la Cámara de Termovacío.

Durante este ensayo la plataforma y el panel serán expuestos a las condiciones de vacío y de temperatura representativas de las que tendrá el satélite en su órbita, a 620 kilómetros de distancia de nuestro planeta, desde donde observará diariamente la superficie terrestre.

Los preparativos de este ensayo incluyeron la instalación de  466 termocuplas, es decir los sensores de temperatura en la plataforma de servicios y 249 termocuplas en el panel representativo de la antena SAR, la disposición de los equipamientos auxiliares específicos y el correspondiente cableado, para interconexión con los equipos que controlarán la evolución del ensayo, durante las próximas tres semanas.

La Cámara de Termovacío de CEATSA es un recipiente estanco de 5,2 metros de diámetro y 6 metros de largo, donde se introduce el satélite para exponerlo a condiciones de presión, es decir vacío y ciclado térmico, calentando el entorno hasta los 20°C y enfriándolo hasta los 150°C bajo cero, con el objetivo de comprobar su correcto desempeño en esas condiciones, y validar los modelos matemáticos que ayudarán a predecir su comportamiento en órbita.

La vida en el espacio no es fácil, el SAOCOM 1A tiene que funcionar expuesto a temperaturas que llegan en algunas de sus partes a los 100°C, cuando está iluminado por el sol.

Además, tres meses al año, de noviembre a principios de febrero, se enfriará pudiendo alcanzar en alguna de sus partes los 100°C bajo cero, en las secciones de las órbitas en las que esté “en sombra” (en eclipse), al pasar por detrás de la Tierra.

Esta variación de temperatura es la que tendrá que afrontar el satélite SAOCOM 1A a lo largo de los 10 años de vida útil estimada, durante las 14 vueltas por día que dará a la Tierra.

Desarrollo espacial complejo                                                                                                                                                                                      El nuevo satélite argentino de observación de la Tierra SAOCOM 1A, desarrollado por la CONAE con empresas y organismos nacionales ya tiene el cuerpo listo, en configuración de vuelo.

La plataforma de servicios del SAOCOM 1A y la electrónica central del radar SAR fueron desarrollados y fabricados por la empresa INVAP S.E., contratista principal de la Misión SAOCOM.

En el Laboratorio de Integración y Ensayos (LIE) del Centro Espacial Teófilo Tabanera de la CONAE en Córdoba se realizó la integración y ensayos de la enorme antena SAR de 35 metros cuadrados y 1.500 kilogramos de peso, compuesta por 7 paneles de 1,5 x 3,5 metros cada uno, los cuales se montaron sobre una estructura plegable fabricada por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).

El desarrollo de los paneles solares del satélite, necesarios para convertir la luz del sol en energía eléctrica para el funcionamiento del SAOCOM 1A, fue un trabajo conjunto entre INVAP, a cargo del diseño y fabricación de la estructura y mecanismos de despliegue, y la CNEA, que realizó el diseño e integración de las celdas solares y el sistema de interconexión de los tres paneles solares.

En poco tiempo la antena SAR del SAOCOM 1A viajará desde el Centro Espacial de CONAE a la sede de INVAP en Bariloche, para su integración a la plataforma de servicios y continuar en CEATSA con la campaña de ensayos.

Sobre la Misión                                                                                                                                                                                                   Formada por dos constelaciones de satélites, SAOCOM 1 y SAOCOM 2 y a su vez cada constelación integrada por dos satélites, SAOCOM 1A y SAOCOM 1B, y SAOCOM 2A y SAOCOM 2B.

Esta misión llevará al espacio una compleja tecnología de observación de la Tierra mediante radar de apertura sintética (SAR) en banda L, especialmente diseñado para detectar la humedad del suelo.

Esta información será utilizada en agricultura para elaborar mapas de riesgo de enfermedades de los cultivos (como el hongo fusarium, perjudicial para el trigo), para crear sistemas de aplicación eficiente de fertilizantes y desarrollar modelos hidrológicos de alerta temprana de inundaciones, especialmente sobre la región pampeana.

Los satélites SAOCOM funcionarán en conjunto con cuatro satélites italianos en el Sistema Italo Argentino de Satélites para la Gestión de Emergencias (SIASGE), creado por la CONAE y la agencia espacial italiana ASI, para contribuir a la gestión de emergencias y el desarrollo económico mediante información de origen espacial.

Podrá analizar la superficie terrestre aún en días nublados y de noche, e incluso penetrar en el subsuelo terrestre hasta un metro con sus emisiones de microonda.

Será un instrumento clave para el análisis de la humedad del suelo con una precisión de 100 metros. Es decir que se podrán conocer las variaciones de humedad en porciones de hasta una manzana. Se trata de un detalle poco frecuente en tecnología espacial.

El Saocom 1A es desarrollado por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) e integra una constelación de satélites de cuatro instrumentos italianos, ya desplegados en el espacio, y dos argentinos: Saocom 1A y 1B, este último a lanzarse en 2019.

Los satélites Arsat, lanzados en 2014 y 2015, pero mientras que aquellos tienen funciones de telecomunicaciones, los Saocom serán de uso científico y técnico.

Además, los Arsat están en una órbita geoestacionaria a 35 mil kilómetros, mientras que los Saocom tendrán un recorrido polar a 659 kilómetros de altura.

Las misiones espaciales                                                                                                                                                                                          Este año será el “Saocom 1A”, de tres toneladas de peso y con una antena de 10 metros de largo, construida íntegramente en Córdoba que permitirá medir la humedad del suelo, detectar plagas y para otros usos agrícolas y ambientales, todo con una precisión de 100 metros.

El A1, también podrá analizar la superficie terrestre aún en días nublados y de noche, e incluso penetrar en el subsuelo terrestre hasta un metro con sus emisiones de microonda.

El Saocom 1A fue desarrollado por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) e integra una constelación de satélites de cuatro instrumentos italianos, ya desplegados en el espacio, y dos argentinos: Saocom 1A y 1B, este último a lanzarse en 2019.

Los satélites Arsat, lanzados en 2014 y 2015. Mientras que aquellos tienen funciones de telecomunicaciones, los Saocom serán de uso científico y técnico.

Además, los Arsat están en una órbita geoestacionaria a 35 mil kilómetros, mientras que los Saocom tendrán un recorrido polar a 659 kilómetros de altura.

El último satélite científico argentino fue el SAC-D Aquarius, lanzado en 2011, una misión en conjunto con la Nasa que tuvo como objetivo medir la salinidad de los océanos.

“Los Saocom van a tener un impacto económico importante en la agricultura argentina porque permitirán ahorrar en la aplicación de fertilizantes y plaguicidas. También servirán para estimar los rendimientos de los cultivos en base a la humedad de suelo y a la predicción de plagas”, explica Laura Frulla, investigadora principal de la misión.

Por ejemplo, se podrán hacer mapas de riesgo de enfermedades de los cultivos, como el hongo fusarium, perjudicial para el trigo, para crear sistemas de aplicación eficiente de fertilizantes.

“También se van a poder detectar sitios de acumulación de agua y nieve que van a facilitar el diseño de los sistemas de acceso al agua y también evitar la radicación de viviendas en zonas inundables con recurrencia de agua”, agrega Frulla.

La mayoría de los satélites de observación de la Tierra tienen instrumentos ópticos que no pueden estudiarla en días nublados ni de noche, pero pocos trabajan en el rango de las microondas activas como los Saocom.

El satélite es capaz de enviar una señal, la cual rebota en la superficie y luego es captada de nuevo por el satélite y otra ventaja es poder combinar la información de los satélites italianos y argentinos que trabajan en bandas diferentes.

“Los europeos son más sensibles a blancos más chicos por lo que tienen mejor resolución, pero no pueden penetrar en bosques o selva, donde si puede ingresar la banda L de los Saocom”, dice Josefina Peres, responsable del radar.

Pruebas finales                                                                                                                                                                                                     Hace unos días, la gigantesca antena realizada en Córdoba se integró al cuerpo del satélite en las instalaciones de la empresa Invap, en Bariloche.

Previo a esta unión, cada segmento pasó por diferentes pruebas que simulan el rigor del lanzamiento como vibraciones y poderosos sonidos y del ambiente espacial como el vacío y las temperaturas extremas.

“En enero comenzamos a controlar si el radar funciona y luego vendrá una campaña de ensayos en la cámara de termovacío o shaker, que produce vibraciones similares al lanzamiento y otras pruebas más extremas que lo que padecerá en el espacio y luego de eso, volvemos a probar si el satélite sigue funcionando”, explica Peres.

El lanzamiento se hará en agosto desde la base Vandenberg, en Estados Unidos, y en un cohete Falcon 9 de la empresa SpaceX.

Este es un vector de 70 metros de altura que tiene la capacidad de volver a la Tierra y según  su página web el costo del lanzamiento es de 60 millones de dólares y una vez en su órbita, el satélite deberá encenderse y controlar que funciona correctamente.

“El primer contacto se realizará por una antena Tahití, pero la información se recibirá en Falda del Carmen. Es un momento de mucha tensión, pero cuando recibimos los primeros datos, saltamos todos de alegría”, reconoce Mauricio Lange, responsable de Operaciones del Centro de Control de la misión en el Centro Espacial Teófilo Tabanera, de Córdoba.

Luego habrá que calibrar la antena, proceso que llevará seis meses. Cuando esté operativo, recibirá 225 adquisiciones, o imágenes, por día para satisfacer 20 mil pedidos por mes.

“Son unos 30 gigabytes de datos por cada contacto que realiza con alguna antena, no sólo la de Córdoba. Esto es, unos 223 gigabytes por día y cinco petabytes en cinco años”, detalla Lange.

Las próximas misiones argentinas:                                                                                                                                                                             El objetivo final es tener el lanzador satelital propio, pero mientras se llega a eso y luego del lanzamiento del Saocom 1A, la Conae espera enviar su gemelo, Saocom 1B, en 2019.

Con Brasil: en 2020, espera lanzar la misión SABIA-Mar, una constelación de dos satélites argentinos y brasileños para obtener información del mar.

Segmentada; Para el mediano plazo la agencia espacial argentina desarrolla su plan de arquitectura segmentada. Se trata de colocar pequeños satélites al espacio que estén comunicados entre sí.

Lanzador: Estos pequeños satélites podrían ser colocados en órbita por el lanzador nacional Tronador 2, aún en etapa de desarrollo.                   Nomyc-15-1-17

 

 

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