¿Se cayó el Mundo?

Hasta hace algunos años o incluso décadas la actividad económica a nivel planetario estaba definida por la presencialidad y las comunicaciones que muchas veces tenían dificultades pero la caída de Facebook y WhatsApp de ayer mostró que en estos tiempos mucha de la economía también se mueve de manera digital  

Buenos Aires-(Nomyc)- Luego del mediodía de ayer y por unas seis horas fueimposible conectarse a Whatsapp, Facebook, Messenger e Instagram, cuatro de las cinco apps más presentes en los celulares de todo el mundo y el impacto fue feroz porque estas aplicaciones se usan para vender cualquier tipo de productos, enviar mercaderías o insumos, actividades laborales, familiares, recreativas o sacar turnos.

Con esta caída y acostumbrados en el último año y tres cuartos a navegar cotidianamente en el mundo digital, la caída de esos servicios empujó a los usuarios a regresar al mundo analógico, con los llamados telefónicos, los SMS o apps de mensajería alternativas.

No es solo en Argentina: Facebook tiene cerca de 2.895 millones de usuarios mensuales,más de un tercio de la población global, mientras que Whatsapp cuenta con 2 mil millones, Messenger 1.300 e Instagram otros 1.000 millones, todos pertenecen a Facebook.

La concentración no para de crecer pese a algunos intentos de controlarla y cuando Facebook compró Whatsapp en 2014, por 19 mil millones de dólares, prometió a los organismos reguladores europeos que no cruzaría los datos obtenidos por ese sistema de mensajería con los de Facebook y lo hizo igual y en 2018 fue multado por cifras muy inferiores al dinero que el cruce de datos le permitía obtener.

La caída de los servicios en simultáneo demuestra la simbiosis entre estas aplicaciones puestas al servicio del gigante de las redes sociales, que obtiene sus ingresos de la publicidad, que es Facebook, que es de donde obtiene del 98 por ciento de sus ingresos.

Además, como en un cuello de botella, la necesidad de todos por comunicarse aumentó repentina el tráfico en plataformas alternativas que cayeron en dominó por varios minutos, como le ocurrió a Telegram o Signal.

Hasta la noche del lunes, Facebook no dio explicaciones concretas sobre las causas del problema y es imposible saber qué ocurre en el interior de sus programas, es que pese al lugar clave que tienen sus servicios en el planeta, solo ellos tienen acceso a los servidores donde están las explicaciones.

Además, el desperfecto se suma a la denuncia más reciente en contra de la empresa que hizo una ex gerenta de producto, Frances Haugen que hizo caer la cotización de las acciones un 5% en pocas horas, pero todo indica que, como ocurrió en el pasado, el desprestigio tendrá patas cortas.

La caída vuelve a traer la atención sobre la deriva de internet de las últimas décadas en un proceso que transformó una red de redes pensada, justamente, para ser indestructible, hasta su actualidad de concentración y gestionada por un puñado de empresas.

Guerra de empresas: internet nació como un proyecto militar en tiempos de Guerra Fría y amenaza nuclear por lo que mantener una red distribuida era la mejor forma de garantizar que ninguna bomba puntual paralizara las comunicaciones, lo que permitiría hacer circular los mensajes por caminos alternativos.

Este proyecto luego fue tomado por varias universidades que utilizaron los cables telefónicos para conectar a las computadoras, hasta que en los años 90 llegó la web y comenzó el vértigo que la caracteriza hasta nuestros días.

En sus primeros años, Internet en general, pero sobre todo la web, parecía un espacio democratizador en el que todos podrían hablar en condiciones de igualdad en una especia de ágora virtual de arquitectura indestructible e incontrolable para cualquier poder.

El tiempo demostró que no sería tan así, ya que a finesde los ’90 laconcentración de internet seaceleró a todavelocidad gracias a los capitales de riesgo que buscaron la forma de hacer negocios en elciberespacio y con la explosión de la burbuja «puntocom» a comienzos del siglo XXI solo algunas pocas sobrevivieron pero en el camino encontraron el santo grial: los datos.

La tendencia natural de las plataformas de internet es ir hacia la concentración, en unproceso que suele llamarse «efecto de red»: la gente va a las redes sociales donde están sus amigos, los pasajeros a las plataformas con más choferes porque no quieren esperar, usan los buscadores que están más entrenados por más gente y así se los entrena más.

El proceso se refuerza a sí mismo en un círculo virtuoso, de lo que viene el incentivo por arriesgar mucho dinero para picar en punta y quedarse con un mercado completo, por lo que poco queda de la red distribuida en un ciberespacio ahora copado por un puñado de empresas y cuando cae una, arrastra actividades en medio planeta.

Para aprender: como tantas veces cuando surge algo inesperado a nivel mundial o nacional surge el interrogante de ¿si debería haber infraestructuras nacionales o al menos regionales que permitan cierta autonomía de infraestructuras claves para el funcionamiento del país? Pero aunque la pregunta parece urgente, es muy probable que se olvide ya que Facebook volvió a funcionar.

Es en los momentos de crisis cuando se reaviva la discusión acerca de la necesidad de no depender tanto de infraestructuras que no se controlan y habrá que ver si esta vez alguien logra recordarlo.

Nomyc-5-10-21

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