Retrasar la aparición de la ceguera

Favorecer la eliminación de proteínas dañadas mejora la supervivencia de las células de la retina lo que podría ayudar a tratar enfermedades hereditarias degenerativas como la retinosis pigmentaria

Buenos Aires-(Nomyc)-Más de 2 millones de personas, en todo el mundo, padecen enfermedades hereditarias de la retina que conducen a la degeneración de las células fotorreceptoras, conocidas como conos y bastones y por eso, desarrollar un tratamiento no es tarea fácil, ya que alrededor de 4500 mutaciones en más de 250 génes favorecen la aparición de estas patologías por lo que ir más allá de la genética podría ser clave para hallar la mejor estrategia terapéutica.

Según Vadim Y. Arshavsky y su equipo, de la Universidad de Duke en Durham, gran parte de las alteraciones genéticas observadas en los trastornos de retina se relacionan con el plegamiento anómalo, y posterior acumulación, de proteínas.

Ahora, en colaboración con investigadores del Instituto de Tecnología de California, han demostrado que la activación del proceso celular implicado en la eliminación de estos agregados proteicos tóxicos mejora la supervivencia de los fotorreceptores, es decir, retarda la aparición de la ceguera.

El estudio, publicado por la revista Nature Communications, se realizó en ratones que fueron modificados de manera genética para sobreexpresar distintos componentes del proteasoma de las células de la retina cuya función proncipal de este conjunto de proteínas es degradar aquellas moléculas peptídicas dañadas o innecesarias.

En concreto, se activaron las unidades reguladoras PA28-alfa y PSMD11, capaces de incrementar la función del complejo proteico mediante la unión a su núcleo.

Los experimentos mostraron que, luego de aumentar la expresión de PA28-alfa, la eliminación de proteínas se incrementó un 40 por ciento y resultados más modestos se obtuvieron en el caso de PSMD11, ya que la actividad del proteasoma solo mejoró un 18 por ciento.

Además, ambas moléculas redujeron la degeneración de las células de la retina en un modelo animal de retinosis pigmentaria.

Entre los norteamericanos afectados por esta enfermedad abunda la mutación P23H en el gen de la rodopsina, un tipo de receptor de luz y ratones con este cambio en el ADN presentan una marcada disminución del número células fotosensibles a los 3 meses de edad y la casi completa desaparición de estas a los 6 meses.

Sin embargo, la sobrexpresión de PSMD11, y sobre todo de PA28-alfa, incrementó de forma notable la supervivencia de los fotorreceptores y asimismo, PA28-alfa, mejoró la capacidad visual de los animales, incluso en condiciones de poca luz.

Para los científicos, su hallazgo no representa una cura definitiva para este tipo de patologías degenerativas, pero destacan el gran avance que supone retener una elevada cantidad de células de la retina funcionales, y por lo tanto, retrasar la aparición de la ceguera.                    Nomyc-11-5-18

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