Reconocen a científico del CONCIET que desarrolló producto biotecnológico contra enfermedades crónicas complejas

Trabaja en el Instituto Tecnológico de Chascomús y descubrió una nueva proteína de potencial impacto para el tratamiento de fibrosis hepática y esclerodermia, entre otras graves afecciones

Buenos Airees-(Nomyc)-En 2007, un año después de su repatriación en el marco del Programa Raíces, el investigador independiente del CONICET Ricardo Dewey descubrió una nueva proteína en células humanas, a la que denominó “TβRII” endógeno soluble o “TβRII-SE” que durante años, luego de que  junto a su equipo del Laboratorio de Terapia Génica y Células Madre del Instituto Tecnológico de Chascomús (INTECH, CONICET-UNSAM) investigara la caracterización de esa proteína, convencido de que podía tener efectos benéficos para el tratamiento de distintas enfermedades crónicas complejas.

Casi 14 años después, el experto se encuentra dedicado al desarrollo de un producto biotecnológico basado en TβRII-SE, trabajo por el cual acaba de ser reconocido con el Premio “César Milstein” a la investigación en biotecnología con impacto en la salud, cuya primera edición se lleva adelante en 2021 por ser el año del homenaje al argentino ganador del Premio Nobel de Medicina en 1984.

“Desde el comienzo, a partir de las primeras pruebas de laboratorio, mi objetivo fue ampliar el conocimiento sobre esta nueva proteína y convertir ese descubrimiento en un producto biotecnológico terapéutico trasladable y útil para la comunidad”, cuenta Dewey.

Según relata el investigador, su grupo pudo descubrir que esa proteína “es capaz de neutralizar la acción de una molécula o factor de crecimiento denominado TGF-β, que es el “regulador maestro de la fibrosis”, una enfermedad que genera la producción en exceso de tejido conectivo fibroso en lugar del tejido natural de un órgano durante un proceso reparativo y puede producirse en cualquier órgano del cuerpo luego de una lesión o daño crónico o repetido.

“Alrededor del 45 por ciento de las muertes en el mundo desarrollado se debe a fibrosis severas”, alerta el investigador, aunque se entusiasma ya que “este regulador está presente en todos los órganos, pero exacerbado en aquellos tejidos fibróticos, por lo tanto, si logramos inhibirlo se frena su acción y se revierte la enfermedad”.

A partir de ese descubrimiento, este platense de 59 años decidió “seguir un camino poco transitado por los investigadores e investigadoras del sistema científico nacional: priorizar el desarrollo de un producto y su protección intelectual por sobre la publicación de resultados”.

En ese recorrido, en 2018 participó de la fundación de RadBio S.A.S., una Empresa de Base Tecnológica (EBT) o startup, de la que participa como accionista y responsable científico ad honorem, y cuyo objetivo es “avanzar en ese desarrollo hacia una madurez tecnológica tal que sea capaz de interesar a las grandes farmacéuticas”.

Con la comprobación del efecto que la proteína TβRII-SE tiene sobre el regulador TGF-β exacerbado en los tejidos fibróticos, RadBio se concentró en encontrar una estrategia que permitiera darle estabilidad y aumentar su durabilidad en el organismo, para así poder evaluar su potencial terapéutico.

“Desarrollamos una tecnología consistente en una proteína recombinante de fusión, a la que denominamos Brecept, compuesta por TβRII-SE y un fragmento de un anticuerpo humano, y la probamos en un modelo animal de fibrosis de hígado. Inicialmente, lo que hicimos fue modificar genéticamente el hígado para que ese órgano genere la proteína de fusión, y pudimos comprobar que previene significativamente el desarrollo de la fibrosis, configurándose como un potencial agente –el ‘mejor en su clase’– para el tratamiento de enfermedades fibróticas y cáncer”, explica y en la actualidad, Radbio generan esa nueva proteína recombinante a escala piloto.

“En comparación con otros inhibidores biológicos de TGF-β, en desarrollo,  muestra un tamaño más pequeño y una selectividad y afinidad únicas del objetivo, incluida la capacidad de neutralizar a TGF-β2, un jugador clave en varias patologías y en etapas fibróticas avanzadas y además, la evaluación no clínica de Brecept demostró actividad antifibrótica en modelos animales de fibrosis hepática, cutánea y pulmonar”, agrega Dewey.

“El objetivo primario de RadBioen esta etapa es combatir la esclerodermia, una enfermedad autoinmune poco frecuente que afecta mayormente a las mujeres entre los 30 y 50 años y consiste, entre otras cosas, en el endurecimiento de la piel” explica el investigador.

“Es una afección rara, muy compleja y grave que está catalogada como ‘enfermedad huérfana’, es decir que se la considera una necesidad médica insatisfecha. El sistema inmune la ataca y termina dañando los tejidos, lo que puede provocar fibrosis de casi todos los órganos, incluyendo la piel, los pulmones y el corazón. Puede derivar en la muerte del paciente, no tiene cura, y solo hay paliativos que retrasan su progreso y por eso, en el inicio inicio, estamos enfocados en continuar desarrollando esta tecnología para brindar soluciones terapéuticas a los pacientes que la padecen”, agrega quien descubrió la proteína.

El proyecto que le valió el galardón se denomina “Caracterización molecular y funcional de TßRII-SE, una nueva variante de splicing del receptor de Tipo 2 de TGF-ß, y desarrollo de un biofarmacéutico derivado” y se hizo acreedor de un subsidio de un millón y medio de pesos, una suma que contribuirá a continuar las investigaciones en la dirección trazada.

Algo que destacan los investigadores, es que Breceptcuenta con ocho patentes de invención otorgadas en Estados Unidos y varios países de Europa a nombre del CONICET y la Fundación Articular, y la licencia para su uso y comercialización es exclusiva de RadBio.

“Además de las regalías, cuando el producto se comercialice, cada hito clínico conseguido generará ingresos para estas instituciones que aportaron el recurso humano y económico inicial y también está asegurado un tratamiento preferencial para el Estado argentino en la venta de los productos desarrollados a partir de nuestra tecnología” explica Dewey.

El descubridor, por ultimo y luego de agradecer al CONICET, la UNSAM y otros organismos y empresas, detaló sobre el futuro de su proyecto que “el próximo objetivo de la EBT es completar los requerimientos regulatorios que nos permitan plantear la evaluación del efecto de Brecept en estudios clínicos en seres humanos, y para ello estamos buscando inversiones que nos quieran acompañar en este desafío”.

Nomyc-17-11-21

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