Proponen expresarnos con propiedad al referirnos a personas con problemas de salud mental

Un grupo de especialistas liderado por representantes de la Asociación Argentina de Psiquiatras elaboró un documento denominado “Las Palabras Importan”, en el que brindan cifras que dimensionan el alcance y severidad de los problemas de salud mental y acercan una serie de recomendaciones para mejorar la forma de expresarnos evitando el uso de etiquetas o de términos peyorativos

Buenos Aires–(Nomyc)-En el ámbito de la salud mental, los especialistas son imperativos al solicitar se evite el uso de palabras o “etiquetas” que generan un impacto descalificatorio y peyorativo, con términos como “enfermo mental, trastornado, loco o demente”, entre otros, que deben ser reemplazados por “persona con problemas de salud mental”, ya que rotular a un individuo como “esquizofrénico”, “bipolar” o “psicótico” en lugar de referirnos a él como una persona con esquizofrenia, trastorno bipolar o trastorno de ansiedad, nos impide incluir o reconocer otras facetas y capacidades propias de cada persona.

Así lo destacaron, entre muchas otras recomendaciones, los creadores del documento “Las Palabras Importan”, una guía con consejos para no discriminar ni estigmatizar al expresarnos sobre temas o personas que enfrentan un problema de salud mental, tanto en aquellos que están transitando una situación de este tipo como respecto de su propio entorno familiar y social.

El trabajo, compartido con los medios de prensa hace unos días, fue liderado por los Dres. Ricardo Marcelo Corral y Pedro Rafael Gargoloff, representantes de la Asociación Argentina de Psiquiatras (AAP) y contó con el respaldo de numerosos colegas de toda la Región latinoamericana. Participaron en su elaboración destacados especialistas de Chile, Colombia, Ecuador y Guatemala y puede ser consultado en el sitio web www.aap.org.ar.

“De manera histórica, los problemas de salud mental estuvieron asociados a un estigma por parte de la sociedad, pero poco a poco, los psiquiatras  buscamos cambiar la mirada para que todos veamos a los pacientes como lo que son: personas que tienen una enfermedad como cualquier otra y que, en muchos casos, necesitan de un tratamiento médico y en este sentido, las palabras que usamos para referirnos a la salud mental son cruciales para definir cómo nos posicionamos frente a esta temática”, expresó Ricardo Marcelo Corral,médico psiquiatra, Presidente de la Asociación Argentina de Psiquiatras (AAP).

“No hace falta buscar muy lejos para hallar personas con trastornos de salud mental: solemos encontrar alguna entre nuestros familiares, amigos o compañeros de trabajo. En ocasiones, sienten vergüenza de comunicárselo a sus seres más queridos por el estigma que aún persiste. Otras veces, no están diagnosticados, por lo que no se encuentran bajo ningún tratamiento y así su situación continúa empeorando”, describió Pedro Rafael Gargoloff, psiquiatra, colaborador profesional de la Asociación de Ayuda de Familiares de Personas que padecen Esquizofrenia, grupo de ayuda mutua de La Plata.

“El trastorno o enfermedad mental no es culpa de la propia persona ni de sus familiares; al igual que otros problemas, es producto de un conjunto de factores, en este caso incluye tanto biológicos, como psicológicos y sociales. Respecto de ello, es importante mencionar que debe tenerse un especial cuidado en la información de salud mental de niños/as y adolescentes, siendo vitales el rigor y las palabras e imágenes empleadas en el contenido informativo para no herir susceptibilidades de los más jóvenes”, refiere el documento que, también hace hincapié en la importancia de definir un enfoque desde donde mirar la salud mental, enfoque que puede determinar ‘una marcada diferencia entre la inclusión y la estigmatización’.

En cuanto a la actitud que suele estar presente frente a la situación de mujeres con algún tipo de problema de salud mental, el trabajo destaca que generalmente se las considera “desde la compasión y desde una postura paternalista, dejando implícita la imposibilidad de cumplir roles como el de profesional, madre, compañera o amiga” y recalca que “es importante no caer en estereotipos de género, es decir, no aplicar la perspectiva degénero en el ámbito de la salud mental, dado que es radical al momento de dar voz y protagonismo a quienes viven con esta enfermedad, a fin de no recaer en los tradicionales prejuicios tales como la ‘debilidad de carácter’ o la ‘culpa’, prejuicios que, como es sabido, aplican con mayor intensidad a las mujeres y a las personas mayores”.

Por otro lado, el documento subraya que “la estigmatización y la discriminación se pueden traducir en una falta de acceso a los servicios socio-sanitarios y dificultad de acceder al mercado laboral. Además, hay un riesgo elevado de que no se respeten los derechos humanos de las personas afectadas”.

Otro de los puntos que se busca derribar en “Las Palabras Importan” es el de la percepción de las personas con problemas de salud mental como más violentas sobre lo que se señala “Hay numerosas evidencias que permiten aseverar a la peligrosidad como errónea y, en todo caso, es multicausal en tanto son diversas las razones que pueden llevar a un sujeto a comportarse de forma agresiva y no es posible reducir esta problemática a la mencionada y errónea vinculación causal entre trastorno mental y violencia. La realidad muestra que no es así; de hecho, son más frecuentemente víctimas de violencia”.

Entre otros argumentos, también se cuestiona la utilización de términos como “sufrir de…” o “padecer…”, ya que sitúa a los pacientes en una ubicación pasiva frente a su salud, cuando en realidad pueden llevar una vida plena con el tratamiento y entorno adecuados.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud mental como el estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad[4].

Según cifras de la OMS, 1 de cada 4 personas presentará algún trastorno de salud mental en algún momento de la vida1, lo que demuestra la frecuencia de estas enfermedades en la población y la necesidad de hablar más sobre el tema de manera adecuada.

En la Argentina, según una investigación denominada Estudio epidemiológico de salud mental en población general de la RepúblicaArgentinapublicado en Revista Vertex en 2019, la prevalencia de un trastorno de salud mental fue de 29,1 por ciento, siendo los más frecuentes el trastorno depresivo mayor, es decir un 8,7 por ciento y el trastorno por abuso de alcohol, es decir un 8,1 por ciento y 2872 personas murieron por suicidio durante 2020.

La propia OMS calcula que para 2030 los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad en el mundo2, lo que repercute directamente en múltiples aspectos: afecta las relaciones familiares e impacta en la economía familiar y general.

Se calcula que el 12,5 por ciento de todos los problemas de salud corresponde a los trastornos mentales, superando a las enfermedades cardiovasculares y al cáncer.

Además, son condiciones de temprano inicio: 1 de cada 2 casos que se presentan en personas adultas comienza antes de los 15 años de edad y 3 de cada 4, antes de los 183, aunque sin embargo, entre el 35 y el 50 por cienito de los pacientes no reciben ningún tratamiento o el que reciben no es el apropiado para su condición.

Para Martín Martínez Lozano, Gerente General de Upjohn para el Cono Sur y Región Andina, empresa que aportó el marco para la presentación oficial del trabajo ante la prensa, “desde Upjohn, día a día trabajamos para que las personas que atraviesan un problema de salud mental cuenten con una mejor calidad de vida”.

“Todos los actores que componemos el sistema de salud debemos aunar esfuerzos con la mirada puesta en los pacientes y sus familiares. Sin ninguna duda, ‘Las Palabras Importan’ representa una contribución de alta significancia y confiamos en que ayudará a que todos mejoremos nuestra manera de abordar y expresarnos frente a esta problemática”.

Nomyc-13-9-22

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