Ojos fosilizados de mosca muestran un pigmento clave en la visión compuesta
El hallazgo de fósiles de ojos de mosca de 54 millones de años de antigüedad ha revelado que un pigmento, al que han denominado eumelanina, está implicado en la visión de los ojos compuestos típica de los artrópodos y esto supone que se deberá reevaluar lo que se conocía hasta ahora sobre la visión de los extintos trilobites, lo primeros con esta estructura compuesta
Buenos Aires-(Nomyc)-Los ojos compuestos se encuentran en artrópodos, como insectos y crustáceos, y constituyen el órgano visual más común del reino animal. Este tipo de visión es muy eficaz para captar el movimiento y su historia evolutiva se remonta hasta hace 520 millones de años y ahora, una investigación liderada por la Universidad de Lund, Suecia, halló el primer registro de un pigmento clave para este tipo de órgano, la eumelanina y lo han descubierto en ojos compuestos fosilizados de moscas grulla, de la familia “Tipulidae” de hace 54 millones de años procedentes de Dinamarca.
“La eumelanina es un pigmento oscuro que se utiliza para proteger a las células fotorreceptoras de la luz que entra desde fuera del campo visual”, declara Johan Lindgren, investigador de la Universidad de Lund y autor principal del trabajo.
El científico señala que “hasta ahora se creía que todos los insectos, arácnidos, miriápodos y crustáceos utilizaban para este fin otro tipo de pigmentos, los omócromos”.
Durante el trabajo, el equipo estudió la composición y la anatomía de estos ojos fosilizados mediante microscopía electrónica y espectrometría de masas, entre otras técnicas y sobre los hallazgos el autor de la investigación explica que “descubrimos que la razón por la que estos ojos se conservan en el registro fósil es precisamente porque contienen eumelanina”.
Calcificación del cristalino: los trilobites son unos de los primeros organismos con ojos compuestos y es necesario comprender su funcionamiento para estudiar la evolución de los artrópodos
Además, se observó que los ojos fosilizados mostraban signos de “calcificación” en el cristalino y durante este proceso la cutícula de cada lente es reemplazada por un único cristal de carbonato de calcio” según señala Lindgren.
En estudios anteriores se había propuesto que esta calcificación podía ocurrir en vida, pero el equipo investigador cree que esto afectaría a la visión y que por el contrario, estaría implicado en la preservación del fósil sobre lo que el investigador explica que “esto parece ser idéntico a lo que pasa en los trilobites, un grupo muy conocido de artrópodos marinos extintos y de manera contraria a lo que se creía, ellos también tenían lentes hechas de materiales biológicos en lugar de calcita”.
De esta forma, el estudio demuestra que es necesario reevaluar lo que se conoce sobre los ojos compuestos de los trilobites.
“Estos seres vivos son unos de los primeros organismos con ojos compuestos y es necesario comprender su funcionamiento para estudiar la evolución de los artrópodos”, concluye el investigador.
Los detalles se publican en el último número de Nature.
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