Nuevos satélites argentinos: para el estudio del mar y las costas

La agencia espacial nacional también trabaja en el diseño y desarrollo del satélite SABIA-Mar, cuyo lanzamiento está previsto para el año 2024

Buenos Aires(Nomyc)-Con la incorporación de distintas cámaras y sensores estará al servicio del campo científico y del productivo, el SABIA-Mar proveerá información sobre pesca ilegal y manejo de los recursos pesqueros y para el estudio de ecosistemas marinos, cambio climático, y calidad del agua en costas y estuarios.

“Está diseñado para dar soporte e información en todo lo que tenga que ver de manera principal con el Mar Argentino, pero como también observa de manera global, por lo que podrá generar información sobre el mar y los océanos en cualquier parte del mundo”, el integrante el Director Ejecutivo y Técnico de la CONAE Raúl Kulichevsky

El director de la CONAE informó que “trabajamos en la ingeniería de detalles y este año programamos empezar con la fabricación de los distintos tipos de cámaras y en los subsistemas de las plataformas de servicios, por lo que este año el SABIA-Mar ya va a empezar a tomar forma física real con la fabricación de las distintas partes que nos van a servir para ir haciendo distintas pruebas en tierra”.

En 2021 se hicieron los paneles solares del satélite y los ensayos de despliegue sobre los mecanismos y la estructura y una vez probados, fueron enviados a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) que está trabajando en la integración de las celdas solares en la estructura.

Por otra parte, y en relación a lo que comentaba Kulichevsky sobre las nuevas oportunidades que habilitan estos proyectos, la CNEA está próxima a firmar un contrato con la empresa privada Innova Space para la integración de los paneles solares de cinco picosatélites, que el 13 de enero se lanzó el primero de este tipo y además ya entregó a INVAP los sensores solares que serán exportados a Italia.

Según el director de CONAE, el proyecto SABIA-Mar tiene una inversión de alrededor de 20 millones de dólares que está parcialmente financiada por la Corporación Andina de Fomento (CAF) y el costo total del proyecto es de alrededor de 120 millones de dólares, satélite en el que también participan INVAP, VENG, CNEA, la Universidad Nacional de La Plata y Ascentio.

Además, la CONAE planea darle continuidad a la misión SAOCOM de satélites de observación de microondas que cuentan con antena radar que les permite medir la humedad del suelo para brindar servicios al sector agropecuario como así también identificar zonas en riesgo de inundación, detectar suelos muy secos con peligro de incendio, elaborar mapas de desplazamiento del terreno y de glaciares; advertir sobre derrames de petróleo y hacer seguimiento, mitigar y evaluar catástrofes. 

En la actualidad, hay dos satélites argentinos de este tipo puestos en órbita a los que en el futuro se les sumaría una segunda constelación.

Los futuros satélites también tendrán como instrumento principal la antena radar que permite poder tener información de la Tierra más allá de los factores climáticos y que sea de noche “pero queremos incorporar una serie de avances tecnológicos que se van dando con los años. Hoy sabemos que podemos hacer un SAOCOM todavía un poco mejor que el que ya tenemos”, detalla el director de CONAE y Kulichevsky calcula que en los próximos cinco o seis años Argentina tendrá la nueva generación de SAOCOM.

Las imágenes que proveen los satélites activos de la misión SAOCOM también se comercializan en el exterior y a fines de 2021 la empresa VENG designada por CONAE para ese fin, afirmó acuerdos para su uso en Japón y en China

Por último, durante este año se instalarán dos sistemas de antenas de reflector parabólico para comando de satélites y recepción de información en la base antártica Belgrano II y constituir la tercera estación terrena de la CONAE.

“Vamos a aprovechar esa ubicación privilegiada ya que los satélites de observación de la Tierra, repiten mucho el paso por los polos”, explica Kulichevsky, lo que es ventajoso para el seguimiento de satélites propios, privados y de otros países. 

“Son servicios que son muy apreciados y que se cobran a precios muy interesantes”, concluye el director de CONAE.

Nomyc-23-2-22

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