Nueva Asociación de pacientes con Hepatitis

El creador tuvo la enfermedad aunque hoy esta curado por lo que desde su propia experiencia comenzó a formar estos grupos   

Buenos Aires-(Nomyc)-La hepatitis es una enfermedad del hígado, es crónica y avanza. Como no da síntomas, es poco probable que uno la sospeche hasta que progresa a estadios severos. Cientos de miles de argentinos padecen el virus sin saberlo, y éste va perjudicando al hígado pudiendo ocasionar cirrosis, insuficiencia hepática, cáncer de hígado o necesidad de un trasplante.

La buena noticia es que un simple análisis de sangre puede representar la diferencia entre el riesgo de sufrir las peores consecuencias de la Hepatitis C o iniciar el camino hacia la cura. En nuestro país, contamos desde fines de 2015 con los medicamentos que curan definitivamente la enfermedad.

“Pocas veces en la historia de la medicina se estuvo ante la posibilidad de curar y erradicar una enfermedad tan presente en todo el mundo y por eso es indispensable salir a buscarla ya que de nada sirve tener en las farmacias el mejor medicamento, si los afectados siguen caminando por la vida desconociendo que presentan el virus” enfatiza Rubén Cantelmi, quien coordina grupos de pacientes con esta enfermedad desde 1992 y logró que la Asociación “Buena Vida” tenga personería jurídica.

La principal vía de contagio es sanguínea, y lo cierto es que, hasta 1992, no se buscaba la hepatitis C en análisis de sangre porque era un virus que todavía no había sido identificado como tal.

Cantelmi reconoce que “en ese entonces, se tenía mucha menos conciencia de los contagios y de la necesidad de esterilizar los materiales, se realizaban transfusiones de sangre y derivados de la sangre sin tomar mayores recaudos; se compartían jeringas indiscriminadamente al aplicar inyecciones, y muchos contagios se dieron también a través de los elementos de uso hospitalario o los que se utilizan durante tratamientos odontológicos, por ejemplo”.

Esto demuestra que es un virus que a lo largo de los años no ha discriminado entre género, clases sociales, hábitos de higiene o de vida: nadie está 100 por ciento exento de haberlo contraído.

Es muy simple, insiste Cantelmi “la posibilidad de saber si uno lo padece se resuelve al acercarse a cualquier centro de salud y solicitar el análisis, que es gratuito, porque con un simple estudio se puede descartar el riesgo y seguir tranquilo, o conocer que se contrajo el virus e iniciar el tratamiento rápidamente para prevenir el daño que la hepatitis puede producir”.

“De manera lamentable, no es un estudio que se pida en los típicos chequeos de rutina, por eso invitamos a todos y a cada uno a que al menos una vez en la vida se realice el test” agrega Cantelmi.

Aun cuando no se integre un grupo de riesgo o se crea que no se estuvo expuesto al virus, nunca está de más realizar el estudio ya que solo se hace una pequeña y sencilla extracción de sangre que puede salvarle la vida a alguien que se cree sano, pero porta el virus.

Otros tipos de hepatitis, como la A y la B, tienen vacunas preventivas que están disponibles en nuestro país y que están incluidas en el calendario nacional obligatorio, entonces ha descendido enormemente el riesgo de padecerlas.

La A es transitoria, muy frecuente en la infancia y rara vez deja secuelas. La B puede cronificarse y tiene tratamiento, pero no es curativo, mientras que la C, en cambio, cuenta con medicamentos que curan a prácticamente el 100 por ciento de los pacientes y son a base de comprimidos que se toman 3 ó 6 meses, sin los efectos indeseados que ocasionaban las medicaciones anteriores que se venían usando y que encima no curaban definitivamente en algunos casos.

“Son muchos los pacientes que han intentado curarse con las medicaciones anteriores, pero no lo lograron, se expusieron a tratamientos cruentos y se desanimaron. Es importante que sepan que hoy ha cambiado enormemente la perspectiva y se van a curar”, remarcó Cantelmi.

Los grupos de pacientes                                                                                                                                                                                     Cantelmi coordina grupos de pacientes desde 2012 sobre los que cuenta que “son espacios para compartir, para escucharse, para aconsejarse, para sentirse acompañado y son muchas y muy diversas las emociones que atraviesa una persona ante el diagnóstico de una enfermedad severa y crónica”.

“Por eso, sentirse comprendido por quienes pasaron por lo mismo puede transformarse en una piedra angular para salir adelante. Si bien los diagnósticos a tiempo y los tratamientos adecuados posibilitan la cura, estamos convencidos de que las palabras ayudan a transitar los caminos” agrega Cantelmi.

Además, el asesoramiento que brindan los grupos contribuye a destrabar cuestiones burocráticas que en ocasiones frenan o demoran el acceso a las medicaciones curativas del virus.

Las reuniones                                                                                                                                                                                                         Los encuentros de “Buena Vida”  se llevan a cabo los días jueves en el horario de 9 a 11 en el Hospital “Argerich”,  Pi y Margall 750, Subsuelo, Calle interna, Sala de Medicina Experimental, Bioterio, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

También se replica los días jueves de 16 a 18 en la Universidad Maimónides, Hidalgo 775, 5° piso, aula 511, CABA.

Desde hace pocas semanas, también se abrió un nuevo grupo en el Hospital “Durand”, Ambrosetti y Diaz Vélez, Edificio Romano 7mo. Piso, hepatología, los lunes de 9,30 a 11,30.

Seguí a la Asociación Buena Vida en Facebook. Para más información hay que comunicarse con Rubén Cantelmi al (011) 154 870-3739 asociacionbuenavida@gmail.com                                                                                                                                                                    Nomyc-20-12-16                      

 

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