Más de 160 países buscan alcanzar un tratado contra la contaminación por plástico

Es otra de las cinco etapas de negociaciones previstas para alcanzar un acuerdo sobre su ciclo de vida y terminar con la propagación de este material para 2040

Buenos Aires-(Nomyc)-Representantes de 175 países se reúnen hoy, en la sede de la UNESCO en París, como parte de un ciclo de debates de cinco días para lograr un acuerdo con miras a un tratado que ponga fin a la contaminación por plástico, en la segunda de las cinco etapas de negociaciones previstas para alcanzar lo que sería un acuerdo histórico sobre el ciclo de vida de este material.

En el encuentro se reúnen países con intereses divergentes, ONGs y empresas del sector del plástico, junto a los activistas en defensa del medioambiente, que también asistirán a los debates.

Un grupo de ministros y representantes de unos 60 países se reunieron en París el sábado, para dar impulso a las negociaciones.

Hace un poco más de un año, los países reunidos en Nairobi, Kenia, lograron un principio de acuerdo para poner fin a la contaminación por plástico en el mundo, con el objetivo de elaborar para 2024 un tratado vinculante bajo la tutela de la ONU.

“Si no actuamos, en 2050 va a haber más plástico que peces en el océano”, afirmó la ministra francesa de Relaciones Exteriores, Catherine Colonna. –

Consecuencias del uso: la reunión se produce en un momento en el que la producción anual de plástico se ha duplicado en los últimos 20 años para alcanzar un nivel de 460 millones de toneladas, y para 2060 podría triplicarse, mientras que dos tercios del material se desecha al cabo de un único o de muy pocos usos y menos del 10 por ciento de esos desechos se reciclan.

“Hay que asegurarse que el tema del reciclaje no reemplace al debate sobre la producción de plásticos”, advirtió Christophe Béchu, ministro francés de Transición Ecológica.

Para Diane Beaumenay-Joannet, de la ONG Surfrider Foundation, “existe un consenso sobre lo que está en juego y hay una voluntad para actuar” quien agregó que es “bastante optimista en cuanto a los progresos realizados en la elaboración de un borrador de un tratado”, pero señaló “el contenido preciso de las obligaciones va a ser complicado, sobre todo en lo que se refiere a la reducción de la producción”.

A favor de la reducción aboga una coalición de países, liderada por Ruanda y Noruega, incluye entre otros a la Unión Europea (UE), Canadá, y varios países de América Latina, como México, Perú o Chile, que buscan terminar con la contaminación por plástico para 2040.

Pero hay resistencia de otros países que ponen el acento en el reciclaje o en una mejor gestión de los desechos, como China, Estados Unidos, Arabia Saudita y en general los países del cartel petrolero de la OPEP, que intentan proteger su industria petroquímica.

El plástico, que es un derivado del petróleo, es un material omnipresente en la vida cotidiana y está en embalajes, fibras de ropa, material de construcción o en el instrumental médico, cuyos residuos, muchas veces, terminan en los océanos, en el estómago de los pájaros, en las cimas de las montañas, y también se han detectado microplásticos en la sangre, la leche materna o en placentas.

En 2019 los plásticos generaron 1.800 millones de toneladas de gases del efecto invernadero, es decir un 3,4 por ciento de las emisiones mundiales, una cifra que podría duplicarse para 2060, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

El escenario en Argentina: el Observatorio de Residuos Peligrosos de la Universidades de Rosario y Buenos Aires informó que se producen 11 millones de toneladas de desechos plásticos por año y el Gobierno admitió que existen 5.000 basurales a cielo abierto, que son espacios que “carecen de medidas mínimas de seguridad”. 

Además, el análisis Our World Data, publicado en la revista Science Advances, encontró que el país es el sexto estado sudamericano que más plásticos vierte a los océanos con un 0,42 por ciento, cifra mucho más baja que la de Brasil, con un 3,86 por ciento, aunque todavía hay lobos marinos que se pasean con redes de pesca alrededor de sus cuellos y especies endémicas como el delfín franciscana, que confunden las bolsas de supermercado con alguna de las especies de pez de las que suelen alimentarse.

Nomyc-29-5-23

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