Machu Picchu: prueba de ADN revela origen de sus habitantes

Los constructores y sirvientes de Machu Picchu habrían provenido de diferentes regiones del Imperio Inca, incluso de la Amazonia

Buenos Aires-(Nomyc)-Machu Picchu no fue solo el hogar de la realeza y la élite social inca, ya que allí también vivieron y murieron trabajadores y sirvientes que, según el análisis de su ADN, llegaron a la ciudad desde todos los puntos del imperio e incluso de la Amazonia, según se detalla en un estudio publicado el miércoles (26.07.2023) por la revista Science Advances.

La investigación, liderada por Lucy Salazar de la Universidad de Yale (EE. UU.), secuenció y analizó el ADN de 500 años de antigüedad conservado en los restos dentales de 34 individuos enterrados en Machu Picchu, Perú.

Además, los científicos compararon la información genética con la de otras personas enterradas en yacimientos cercanos a Cusco y al Valle de Urubamba y con 30 genomas modernos de Sudamérica, para comprobar su grado de parentesco.

Etnias diversas: los investigadores sugieren que Machu Picchu estuvo habitada principalmente por sirvientes, conocidos como “yanacona”, es decir hombres y “aclla”, mujeres, entre 1420 y 1532, a quienes se les consideraba étnicamente diversos, provenientes de tierras lejanas conquistadas por los incas.

“Los resultados sugieren la existencia de una comunidad de criados diversa en Machu Picchu, en la que personas de diferentes orígenes genéticos vivían, se reproducían y eran enterradas juntas”, escriben los autores.

Distribución geográfica: el análisis mostró que los individuos procedían de todo el Imperio Inca, algunos incluso de la Amazonia, y solo dos personas, madre e hija, tenían emparentamiento biológico, lo que demostraba que habían sido llevados allí como individuos y no como parte de un grupo familiar o comunitario.

En una publicación de The Conversation, la coautora Ricarda Davidson, de la Universidad de Adelaida, en Australia, revela que los “restos de 17 individuos analizados provenían de regiones costeras y de la sierra peruana, así como de regiones amazónicas de Perú, Ecuador y Colombia”.

Además, los rastros genéticos de otras 13 personas tenían una ascendencia mixta, con un origen de lugares lejanos como Brasil y Paraguay, mientras que el resto habría tenido su origen en la zona donde se encuentran los restos de Machu Picchu.

Cómo vivieron: según el nuevo informe, “todas las personas estudiadas, independiente de su ascendencia, fueron enterradas juntas en los cementerios principales, aunque fuera de las edificaciones de las élites”, lo que parece indicar que no tenían diferentes estatus sociales entre ellos, o también podría significar que compartían el hecho de haber nacido en otro lugar, fuera de Machu Picchu. 

Los investigadores agregaron que “se desconoce el grado de coacción en el que vivieron, pero la evidencia sugiere que habitaban cómodamente, ya que vivían hasta una edad avanzada, no tenían signos de malnutrición, enfermedades ni lesiones por violencia o trabajo pesado”.

Un centro rico desde lo cultural: el análisis del ADN respalda la documentación histórica y los estudios arqueológicos de los artefactos hallados asociados a los enterramientos.

“Nuestros hallazgos pintan un cuadro cautivador de Machu Picchu como un verdadero punto de diversidad dentro del reino imperial inca, que lo distingue como un centro culturalmente rico dentro del paisaje antiguo”, concluye Davidson.

El Imperio Inca poseía una vasta extensión de 2 millones de km² en la cordillera de los Andes, en Sudamérica y según los expertos, fue fundado en 1438 por el primer gobernante, Pachacuti Inca Yupanqui, y alcanzó su apogeo en 1533, antes de la colonización española.

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