Los médicos con formación específica en obesidad tienden a proponer un mejor abordaje integral en adolescentes

La mayoría de los profesionales de la salud no recibe capacitación específica en el manejo de la obesidad, a pesar de las predicciones de que las tasas de obesidad en niños y adolescentes se duplicarán entre 2020 y 2035. Para los adolescentes con obesidad, el ‘manejo del hambre’ aparece como una de las barreras para el manejo del peso corporal

Buenos Aires-(Nomyc)-Aunque con instancias de formación específica en el manejo de la obesidad a profesionales de la salud, como pediatras y psicólogos, se logra un mejor abordaje integral, derivaciones oportunas y mejores resultados en adolescentes, más de la mitad de los participantes relevados, de manera específica un 57 por ciento, no había recibido capacitaciones específicas tras su paso por la facultad de medicina, según los datos del Estudio ACTION Teens, lo que revela una oportunidad para intervenir y mejorar el abordaje que se realiza de esta problemática global, según se señaló, días atrás, en el Congreso Europeo sobre Obesidad (ECO) en Irlanda.

Según datos la última Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS) en Argentina, la prevalencia de sobrepeso en niños y adolescentes de 5 a 17 años es de 20,7 por ciento y la de obesidad, 20,4 por ciento, lo que se traduce en que 4 de cada 10 tienen exceso de peso.

Es posible que cuatro de cada cinco niños con obesidad sigan viviendo con obesidad cuando sean adultos(6), por lo que toda oportunidad de intervención en esa etapa debe ser muy precisa y contundente para ser exitosa y contribuir a revertir esa tendencia y el estudio, arrojó que entre los adolescentes de ambos sexos, las redes sociales son más utilizadas como fuente de información sobre manejo de la obesidad que los profesionales de la salud.

“Está claro que tenemos que estar preparados para comprender mejor las necesidades de los niños y adolescentes y para ofrecer el mejor abordaje posible, uno que permita a cada persona lograr un control adecuado del peso corporal y sostenible en el tiempo; este debe ser individualizado a partir de la biología, hábitos, gustos, entorno, manejo de emociones y expectativas de cada individuo”, explicó Enrique Berner, médico especialista en pediatría y adolescencia, Director del Posgrado de Atención Integral e Integrada de Adolescentes de la Facultad de Medicina de la UBA.

Si un adolescente pide ayuda a un profesional de la salud, reconoció el especialista, “no se debe desaprovechar esa oportunidad. Debemos acompañarlo con empatía, escucha, y proponer un abordaje integral, en equipo. No estar a la altura puede ser sumamente desalentador para la persona, que quizás se desanime y no vuelva a la consulta por este tema por años o décadas”.

El estudio ACTION Teens, apoyado por Novo Nordisk, es un relevamiento internacional que incluyó más de 5000 niños, niñas y adolescentes de 12 a 17 años que viven con obesidad en 10 países, así como más de 5000 padres o cuidadores y más de 2000 profesionales de la salud.1

Para los profesionales de la salud relevados en el estudio, la principal causa de sobrepeso y obesidad son los hábitos no saludables, pero contrasta con la mirada de los niños y adolescentes, quienes consideran que lo más difícil es controlar el hambre.

De manera precisa, un segundo análisis a partir de los datos del ACTION Teens encontró amplias diferencias entre las actitudes, percepciones y comportamientos de los adolescentes que consideran que no pueden controlar su hambre.3 

En algunos casos, esto estimuló cambios de comportamiento proactivos, como registrar los alimentos que comieron, ver a un nutricionista o hablar con un médico sobre el control de peso, pero a otros les causó grandes problemas de autoestima e infelicidad.3

Para el especialista “esto es solo una muestra más de lo complejo que es el abordaje de la obesidad y que éste debe interpretar, de manera específica, aquellas áreas que más desafíos le representen a cada persona, que a veces puede tener que ver con el manejo de la ansiedad y el ‘hambre emocional’, o con la plena disponibilidad de alimentos poco saludables o el estilo de vida y cómo cada persona se organiza para comer”.

“Cualquiera sea el caso, el primer paso es entender el origen multicausal de la obesidad, porque está demostrado que simplificar la solución a ‘comer menos y moverse más’ no es suficiente” agregó el Director del Posgrado de Atención Integral e Integrada de Adolescentes de la Facultad de Medicina de la UBA .

Los investigadores señalaron que todas las personas con obesidad, independientemente de sus niveles de hambre, tienen que lidiar con factores genéticos y biológicos que están fuera de su control y que hacen que la pérdida de peso sea extremadamente difícil.3

“Es erróneo, injusto y está mal señalar y estigmatizar a los adolescentes con exceso de peso como perezosos o minimizar el problema y considerar que lo superarán con la edad, ya que los factores desencadenantes y los entornos para el aumento de peso varían mucho en los jóvenes a lo largo de las diferentes etapas de su niñez y adolescencia y estos resultados son una prueba más de la necesidad vital de comprender la situación de cada individuo para ayudar mejor a toda una generación”, concluyó Berner.

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