Los drones autónomos ya lanzaron un ataque contra seres humanos

Según la ONU la acción fue en Libia en marzo de 2020 en la operación militar “Tormenta de Paz” aunque no se informó si hubo fallecidos

Buenos Aires-(Nomyc)-La tecnología no sólo cambia de manera completa la forma en la que los seres humanos se comunican, ya que desde hace tiempo, ejércitos de todo el mundo fabrica o adquieren armas que funcionan de manera autónoma, sin necesidad de que haya una persona monitorizando su comportamiento, pero según un reciente informe del Panel de Expertos de Naciones Unidas sobre Libia, este tipo de dispositivos ya “entraron en acción contra seres humanos”.

Según la información compartida por el organismo, el empleo de armamento autónomo en combate tuvo lugar en 2020 dentro de la guerra civil que se ha desarrollado en Libia durante los últimos 10 años, aunque en el documento, no se ofrecen detalles concretos sobre su uso, y tampoco se explica si el empleo de armamento autónomo produjo alguna baja.

Lo que se informa, no obstante, es que los dispositivos fueron empleados dentro de la operación militar “Tormenta de Paz”, que comenzó el 27 de marzo de 2020 a instancias del – por entonces– primer ministro reconocido por la ONU, Faiez Serraj, contra las tropas del general Jalifa Haftar y la ofensiva provocó que las fuerzas del opositor tuviesen que retirarse del combate, procesos durante el cual se hizo uso del armamento autónomo.

“Los convoyes logísticos y las fuerzas afiliadas a Haftar en retirada fueron perseguidos y atacados a distancia por vehículos aéreos de combate no tripulados o sistemas de armas autónomos letales como el STM Kargu-2 y otras municiones de merodeo”, se sostiene en el informe de la ONU a este respecto.

“Los sistemas de armas autónomos letales se programaron para atacar objetivos sin requerir la conectividad de datos entre el operador y la munición: en efecto, una verdadera capacidad de “disparar, olvidar y encontrar”.

“Los vehículos aéreos de combate no tripulados y la pequeña capacidad de inteligencia, vigilancia y reconocimiento de drones con que cuentan las fuerzas afiliadas a Haftar fueron neutralizados mediante interferencia electrónica gracias al sistema de guerra electrónica Koral” continúa el documento.

El hecho es que, sea como fuere, el uso y la puesta a disposición de este tipo de armamento al ejercito libio supone una violación del párrafo 9 de la resolución 1970, de 2011.

Así es el dron: de acuerdo con la información compartida por la ONU, las tropas de Serraj emplearon en el ataque un dron autónomo llamado Kargu-2 fabricado por la empresa turca STM.

El dispositivo se lleva está en uso desde hace 2 años y puede ser utilizado “con eficacia contra objetivos estáticos o en movimiento a través de sus capacidades de procesamiento de imágenes en tiempo real y los algoritmos de aprendizaje automático integrados en la plataforma”, destacan desde la compañía.

El dron, que, además, forma parte del inventario de las Fuerzas Armadas de Turquía, “permite a los soldados detectar y eliminar las amenazas en una región, y puede ser utilizado de manera sencilla por los soldados en la zona, sin entrar en las zonas de riesgo, sobre todo en operaciones terroristas asimétricas”.

Sin regulación: como ocurre con tantas otras cosas, hasta el momento no existe una legislación que regule, o prohíba, el empleo de armamento militar autónomo.

La ONU lleva años tratando de dar solución a este problema, aunque sin embargo, por el momento los avances son escasos y “estas armas son políticamente inadmisibles, moralmente reprobables y deberían estar prohibidas por el derecho internacional”, señaló en un escrito el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, durante una reunión de un grupo de expertos gubernamentales de la organización en el ámbito de los sistemas de armas autónomas en marzo de 2019.

Naciones Unidas levantó la voz en varias ocasiones acerca de los peligros que esconde este tipo de armamento, aunque sin embargo, países como Estados Unidos, Rusia, Israel, China o Reino Unido, que trabajan en el desarrollo de esta tecnología, se muestran reacios a un posible acuerdo internacional de prohibición, pese a que numerosas asociaciones llevan años quejándose.

“Aún no es tarde para cambiar de rumbo, la prohibición de los sistemas de armas autónomos podría impedir algunos escenarios realmente distópicos, como una nueva carrera de armas de alta tecnología entre superpotencias mundiales que provocaría que las armas autónomas proliferaran de forma generalizada”, señaló, por último, Rasha Abdul Rahim, investigadora sobre inteligencia artificial y derechos humanos de Amnistía Internacional.

Nomyc-31-5-21

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