Los diez ecosistemas más amenazados del mundo

La Unión Internacional para el Cuidado de la Naturaleza avanza en la definición de la lista de ecosistema en peligro

Buenos Aires-(Nomyc)-El desarrollo turístico en zonas costeras y la conservación de los recursos naturales son dos cosas que no suelen tener buena relación y lugares como Cancún, en el Caribe Mexincano o la costa de Nicaragua reflejan estas dificultades ya que ambos aparecen en la lista de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como algunos de los veinte lugares más valiosos y amenazados del planeta.

Los arrecifes de coral situados en el Caribe, también figuran como otro de los integrantes de esta lista que tiene como fin alertar a las autoridades turísticas de los países en los que se encuentran estos lugares, para desarrollar métodos de aprovechamiento turístico con el menos impacto posible de la naturaleza ya que, al mismo tiempo, esta es uno de los mayores atractivos de estas zonas.

A la primera lista con la que trabaja la UICN habría que añadir los 19 ecosistemas presentes entre los 48 lugares declarados Patrimonio Mundial por la “Unesco” que se considera en peligro.

Algunos Premarin 0.625mg coinciden con la primera lista como los arrecifes de coral del Caribe, en Belice y los bosques de galería de la cuenca del río Senegal, en el Parque Nacional Niokolo-Koba.

El Parque Nacional de los “Everglades” en Estados Unidos, junto a los bosques tropicales, sobre todo los de la cuenca del Congo en la República Democrática del Congo y los de Honduras, en el Río Plátano, junto a los de Sumatra, en Indonesia y los de Atsinanana, en Madagascar, aparecen en la lista roja de la Unesco.

A continuación se detalla la lista con los diez ecosistemas más amenazados según los primeros estudios realizados para la UICN, que están considerados en colapso como el Mar de Aral y en peligro crítico de extinción que son los nueve restantes.

La explicación a la aparición de cuatro lugares de Australia tiene que ver con que  todos se concentran en el área de mayor desarrollo urbano, industrial y agrícola de la isla, en la costa sureste, con una población que sobrepasa los trece millones de habitantes.

1. Mar de Aral en Uzbekistán-Kazajistán                                                                                                                                                                    El Mar de Aral ha pasado de ser el cuarto lago más grande del mundo a no aparecer entre los veinte primeros. Solo resiste un 10 por ciento de una superficie que superó los 67.000 km2, tanto como Aragón, Navarra y el País Vasco juntas. Aunque ahora se invierten esfuerzos para recuperarlo desde su parte más septentrional, los expertos consideran que ha entrado en colapso porque ha perdido su biodiversidad original, incluidas 28 especies de peces endémicos.

Además, el legado de pesticidas, desertización y salinidad que dejaron los cultivos de algodón y cereales que se regaban con sus aguas mantiene un efecto letal sobre la naturaleza y la población.

2. Bosques de acacias en la cuenca del Río Senegal en Senegal, Malí y Mauritania                                                                                           Causas similares a las que provocaron la desecación del Mar de Aral se ciernen sobre las escasas feraces llanuras de inundación que resisten en la cuenca del río Senegal, y muy especialmente sobre los bosques de acacias (Acacia nilotica) que crecen en ellas. Presas, agricultura intensiva y sobrepastoreo están acabando con cientos de años de convivencia pacífica entre la biodiversidad y las comunidades indígenas.

Estas habían aprendido a compasar los aprovechamientos agrícolas y ganaderos con los períodos anuales de inundación y sequía. Ahora, hasta las aves granívoras que colaboraban en este equilibrio desaparecen y la ruptura del mismo provoca el desplazamiento forzado de miles de indígenas y problemas de salud.

3. Turberas elevadas de Renania en Alemania                                                                                                                                          Depresiones, zonas encharcadas y montículos se reparten entre estos humedales repletos de biodiversidad, que presentan una acumulación de biomasa muerta que abomba el terreno. Esta acumulación alberga una gran reserva de carbono, por lo que su paulatina destrucción libera grandes cantidades de gases de efecto invernadero, responsables del cambio climático.

Aparte de las llamadas de atención de los científicos que han colaborado en esta incipiente lista de ecosistemas en peligro, la Comisión Europea, como parte de su labor de conservación dentro de la Red Natura 2000, ha advertido del riesgo de desaparición que corren en concreto las turberas de Hunsrück y Eifel, donde varias especies de fauna y flora asociadas se han convertido en raras.

4. Matorrales de ‘fynbos’ de El Cabo en Sudáfrica                                                                                             buy methotrexate online                                                  Hasta 8.500 especies de plantas vasculares, ya que en todas las islas británicas hay 1.400 con un 70 por ciento de endémicas, encierran estos matorrales de fynbos, nombre de origen holandés que define a las “plantas de hojas finas”.

Por su variedad y colorido está catalogado como uno de los vergeles botánicos de África, con semejanzas con nuestro monte mediterráneo. La expansión urbanística, los incendios forestales y la agricultura amenazan a estos matorrales por una doble vía: por la destrucción directa del hábitat y por la invasión de especies exóticas, tanto vegetales como animales. En otra lista, la de las “Ecorregiones del WWF”, también está considerado como uno de los ecosistemas en mayor riesgo de desaparición.

5. Lagunas Coorong y estuario del río Murray en Australia                                                                                                                                    Con idéntico grado de amenaza al de la UICN, es decir en peligro crítico, cataloga el WWF dentro de su listado de Ecorregiones a este extenso get Valtrex y complejo humedal, situado al sureste de Australia, compuesto por lagunas lagos, estuarios y bosques de ribera de 140 kilómetros de largo .

La declaración de una parte como parque nacional y su reconocimiento como humedal de importancia internacional, en el Convenio “Ramsar”, ha salvado su desaparición por completo, ya que solo se mantiene intacto, pero de manera fragmentada, el 10 por ciento de la superficie original. Numerosas entidades conservacionistas siguen Plan B online lanzando la voz de alarma ante uno de los impactos más notorios: el drenaje del humedal en dirección a tierras agrícolas.

6. Manantiales kársticos del sur en Australia                                                                                         Professional Viagra without prescription                                                    “Piccaninnie Ponds Karst Wetlands”, también situado en la costa meridional australiana, es igualmente un humedal de importancia internacional incluido en el Convenio “Ramsar”.

Sin embargo, las 862 hectáreas protegidas y representativas de los sistemas kársticos, con manantiales ascendentes y otras formaciones rocosas y de turba originadas por las aguas subterráneas, se antojan claramente insuficientes para la comunidad científica.

Para demostrar el efecto devastador que ocasiona la pérdida de esa capa freática y la continuidad de su afloramiento la UICN expone el caso del género de cangrejos de agua dulce “Euastacus”: de las cincuenta especies que sobreviven en estos ecosistemas, 17 están en peligro crítico de extinción y otros 17 en peligro.

7.Pantanos costeros de la cuenca de Sídney en Australia                                                                                                                      Urbanización, minería del carbón, fracking, incendios, efectos del cambio climático, carreteras, excesiva regulación hídrica, invasión de especies exóticas… La propia Oficina de Medio Ambiente y Patrimonio del estado de Nueva Gales del Sur, donde se encuentra enclavada la biorregión de la cuenca de Sidney, reconoce las amenazas que acogotan a uno de los ecosistemas más singulares de esta isla.

La misma entidad recuerda que en los últimos 200 años se ha perdido o degradado el 60 por ciento del rosario de humedales costeros que salpicaba y embellecía estas tierras.

Aunque se traducen como pantanos, se trata de llanuras costeras de inundación sobre fondos de arenisca que sobresalen principalmente en la meseta de Hawkesbury.

8- Humedales de la cuenca Murray-Darling en Australia                                                                                                                                          Los ríos Murray y Darling, un afluente del primero, forman una gigantesca cuenca hidrográfica que tiene el tamaño de dos Españas, trascendental para el suministro hídrico de la zona más poblada de Australia compuesta por Adelaida, Melbourne y Sidney y para el mantenimiento de una de las mayores cotas de biodiversidad asociadas a una gran variedad de pantanos, bosques y lagos.

El problema es que el conflicto entre las necesidades humanas que incluye una extensa área agrícola y las ambientales que afecta a ambas, ya que la excesiva regulación y explotación hídrica provocó la eliminación de la vegetación natural y la sequía temporal de tramos del Murray, lo que aumenta el grado de salinidad, que dificulta el abastecimiento humano de agua.

9- Bosques de laminariales de Alaska en Estados Unidos                                                 cheap methocarbamol                                                                                Observar una tupida formación de algas gigantes que pueden superar los 50 metros es lo más parecido a adentrarse en un bosque submarino y las aguas costeras de Alaska cuentan con muy buenas representaciones de este ecosistema, que se encuentra entre los más productivos del planeta por su capacidad de contener numerosas especies entre las que hay peces de explotación comercial, absorción de dióxido de carbono y freno de fuertes oleajes.

Sin embargo, la sobrepesca, fenómenos meteorológicos como “El Niño” y la contaminación como en el caso del vertido del “Exxon Valdez” de 1989, destruyen la cadena alimenticia que sobre todo afecta a las nutrias de mar y dejan vía libre para que los erizos de mar devoren y deforesten los bosques de algas.

10- Arrecifes de coral del Caribe                                                                                                                                                                              Más de 116 millones de personas viven dentro de las costas que dan al mar Caribe, a los que se añaden 20 millones de turistas anuales. Un estudio del “World Resources Institute” junto a veinte organismos que trabajan en la región sentenció en 2005 que dos tercios de los arrecifes están directamente amenazados por actividades humanas, y estiman pérdidas económicas de 350 a 870 millones de dólares anuales por la disminución de la pesca de arrecife, el turismo de buceo y los servicios de protección de la costa, al actuar como barrera ante los efectos de temporales marinos.

La presión turística, la agricultura intensiva, la sobrepesca y el cambio climático que provoca el blanqueamiento del coral, se alían para poner en peligro a este punto caliente de la biodiversidad terrestre.                                                                                                                      Nomyc-17-9-15

 

 

 

 

 

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