Los desafíos a los que se enfrenta la próxima misión de la NASA a “Europa”

El año pasado fue decisivo en la historia del desarrollo de una sonda para estudiar Europa, el satélite de Júpiter que es uno de los proyectos espaciales más fascinantes que existen en la actualidad

Buenos Aires-(Nomyc)-La Administación Nacional del Espacio de Estados unidos (NASA) no solo aprobó formalmente la misión, conocida de manera provisional como “Europa Multi-Flyby Mission”(EMFM), sino que además eligió los nueve instrumentos principales de la nave y estudió la posibilidad de incluir una sonda de aterrizaje de la “ESA” y además, el Congreso norteamericano obligó a la NASA a añadir una sonda de aterrizaje para la misión.

En ese proceso complejo y enrevesado que es la aprobación del presupuesto anual de la NASA, la Casa Blanca no está de acuerdo con el Congreso en cómo financiar esta sonda ya que la administración Obama quiere destinar menos dinero para la misión en el año fiscal 2017 y de hecho, no está por la labor de gastarse el dinero necesario para lanzar la sonda en 2022.

En el borrador del presupuesto, la Casa Blanca ha decidido gastar 49,7 millones de dólares en la misión, una reducción drástica si los comparamos con los 175 millones destinados en 2016.

Si la NASA desea lanzar la sonda a Europa en 2022 resulta necesaria una inversión de unos 2100 millones de dólares de aquí a 2021, pero sin embargo el gobierno de Obama solo piensa invertir unos 493 millones de dólares.

En el borrador de la propuesta de la Casa Blanca se habla de una fecha provisional a finales de la próxima década. Un retraso de este calibre podría suponer la suspensión indefinida de la misión o rediseñarla por completo. Pero ¿a qué se debe este rechazo del gobierno?

Por un lado, la administración ve con malos ojos el enorme gasto que supone llevar a cabo dos misiones de alto coste a principios de la próxima década (la sonda a Europa y el rover marciano de 2020.

Por otro lado, la sonda a Europa no es más que otro de los rehenes de la eterna lucha política entre los dos grandes partidos estadounidenses. Es decir, el rechazo de la administración podría transformarse fácilmente en un apoyo incondicional a cambio de algún tipo de concesión por parte del Congreso, aunque no necesariamente relacionada con el ámbito espacial. generic Cialis Professional

El enfrentamiento también afecta al crítico asunto del lanzador ya que el Congreso y la NASA quieren usar el cohete gigante “SLS” para alcanzar Júpiter unos tres años después del lanzamiento en marzo de 2025, mientras que la Casa Blanca quiere que se use un cohete convencional, el Delta IV o el Vulcan, etc, lo que implicaría llegar al gigante joviano no antes de enero de 2030, es decir que si se tiene en cuenta los retrasos inevitables, estamos ante la diferencia entre comenzar a estudiar Europa durante la próxima década o en los años treinta. buy Ventolin

Fluconazole no prescription buy Disulfiram online Mas allá de esto, y ante la perspectiva de tener que incorporar una sonda de aterrizaje por mandato del Congreso, la NASA está estudiando la posibilidad de lanzar esta nave de forma separada es decir que se tendrian dos misiones a Europa. Y es que los estudios preliminares que se han llevado a cabo estos últimos meses han demostrado que es prácticamente imposible construir un vehículo de aterrizaje avanzado para Europa con una masa inferior a las ocho toneladas ya que la masa de la sonda EMFM es de unas 5 toneladas, de ahí que solo pueda llevar una sonda de aterrizaje del orden de 500 kg.

Como se ve y aunque leyendo las declaraciones de la NASA uno pudiera pensar lo contrario, la misión a Europa sigue en la cuerda floja. Por supuesto, la agencia sigue adelante con los detalles técnicos ajena a estas peleas en la cumbre del poder. En los últimos meses hemos podido ver cómo ha variado ligeramente el diseño de la sonda. Ahora es una nave de 4,6 metros de altura y 22,3 metros de envergadura con los paneles solares desplegados.

Los paneles han aumentado de tamaño y tendrán una superficie de 72 metros cuadrados en vez de los 52 metros cuadrados originalmente planeados. La antena de alta ganancia se confirma que no estará situada en la parte superior, como es el caso de la Cassini o Galileo, sino en un lado.

Además, las antenas del radar REASON, uno de los instrumentos principales de la misión, ya no estarán situadas en un mástil independiente, sino que se instalarán en los paneles solares. Sin embargo, el magnetómetro, que antes estaba en los paneles, ahora pasará a estar en el extremo de un mástil separado como en la sonda Cassini.

En cuanto al nombre, la NASA sigue refiriéndose a la misión como Europa Multi-Flyby Mission, una mera descripción genérica a la espera de que alguien decida darle un nombre adecuado.

El nombre de Europa Clipper, usado por el JPL para designar al diseño ganador finalmente seleccionado, no gozó del favor de la cúpula de la NASA y no ha sido elegido. Recordemos que esta sonda debía ser inicialmente un orbitador, pero al final el JPL optó por una misión consistente en unos 45 sobrevuelos de Europa para simplificar -y abaratar- el diseño de la nave.

La sonda no tendrá que llevar combustible para ponerse en órbita alrededor de Europa, por lo que el ahorro en la masa de los propelentes se puede usar en parte para añadir un blindaje contra la radiación más consistente, de tal forma que la nave ya no tiene que llevar componentes electrónicos tan caros y, de paso, se aumenta la vida útil de la misión. El punto débil de este diseño es que se obtendrá menos información de la estructura interna de Europa.

Sobre la misión                                                                                                                                                                                                           El objetivo principal de la misión a Europa es determinar las características del hipotético océano global que tiene esta luna y sus condiciones de habitabilidad. Los datos de la sonda Galileo indican que Europa es una luna formada principalmente por roca y una capa de agua y hielo externa de unos cien kilómetros de espesor. isotretinoin online

La sonda deberá averiguar el espesor de la corteza de hielo, o si existen lagos de agua dentro de la misma y la profundidad del océano, que en la actualidad se estiman en 20 y 80 kilómetros, respectivamente de manera curiosa, la presión en el fondo del océano es aproximadamente similar a la de fosa de las Marianas debido a la menor gravedad de Europa.

El radar REASON y los instrumentos ICEMAG y PIMS averiguarán estos datos y determinarán la salinidad del océano, un dato clave para medir la habitabilidad de Europa.

Cialis Soft online Los espectrómetros E-THEMIS y MISE estudiarán la composición de la superficie, especialmente de aquellas zonas que se supone han estado en contacto con el océano. De ser así, seremos capaces de conocer la composición del océano y su potencial de habitabilidad sin necesidad de aterrizar o penetrar la corteza.

El instrumentos SUDA y MASPEX analizarán el polvo o gases alrededor del satélite y, junto con el espectrómetro ultravioleta UVS, podrán estudiar los chorros de agua que detectó el telescopio Hubble y de los que no se ha podido confirmar su existencia. Por último, la cámara EIS proporcionará imágenes en alta resolución de la superficie.

“Encélado”, una luna de Saturno, también posee un océano global y, a diferencia de “Europa”, se tienen numerosas pruebas que indican que este océano posee fuentes hidrotermales en el fondo y que los chorros del polo sur de esta luna están conectados directamente con el océano.

Pese a todo, la comunidad científica considera que “Europa” es más interesante que “Encélado” por dos motivos. Primero, por el tamaño. “Europa” mide 3000 kilómetros de diámetro, mientras que “Encélado” apenas alcanza los 500 kilómetros. Esto significa que la energía química disponible para una hipotética biosfera es mucho mayor en el caso de “Europa” que en el de “Encélado”.

Segundo, los modelos teóricos apuntan a que el océano de “Encélado”, o por lo menos su actividad hidrotermal, es geológicamente reciente. Por contra, el de “Europa” podría tener la misma edad que el sistema solar.

Los próximos meses serán claves para la misión a Europa. La NASA tendrá que decidir si finalmente lanzará una nave a Júpiter en 2022 o si construirá dos sondas para estudiar uno de los mundos más apasionantes del sistema solar.                                                                         Nomyc-22-2-16

 

 

 

 

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