Las alergias alimenticias afectan al 6 por ciento de los bebes que nacen cada año

En un encuentro reciente organizado por un hospital de comunidad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se debatió sobre la detección y el tratamiento de esta situación que afecta cada año a unos 42 mil bebes

Buenos Aires-(Nomyc)-“Cualquier alimento en sí mismo puede ocasionar reacciones alérgicas, pero -en menores de tres años- los alérgenos más frecuentes son leche, huevo, trigo y soja. Son los cuatro más importantes”, explicó Martín Bozzola, médico integrante de la Sección de Alergia e Inmunología Pediátrica del Hospital Británico durante la “IV Jornada de Pediatría del Hospital Británico, denominada ‘Alergia alimentaria, herramientas de utilidad para el pediatra’” que se realizó a fines del mes pasado.

El especialista agregó que “en los más grandes, los principales son el maní, pescado, frutos secos y mariscos, los que completan lo que se conoce los como los ‘grandes ocho’, denominación que agrupa a los que más frecuentemente provocan alergia a cualquier edad” durante la IV Jornada de Pediatría del Hospital Británico, denominada “Alergia alimentaria, herramientas de utilidad para el pediatra” que fue dirigida a pediatras, alergistas, gastroenterólogos y nutricionistas, especializados en pediatría y de la cual participaron 85 profesionales.

Durante el encuentro se compartieron las principales herramientas para la sospecha, el diagnóstico y el tratamiento de los niños con alergias alimentarias, que sufre el 6 por ciento de los bebes que nacen cada año, para intentar identificar los mecanismos fisiopatológicos, escondidos, que les permitan a los profesionales arribar a un adecuado diagnóstico y abordaje de estos casos.

“Hay padres que creen que sus hijos son alérgicos cuando en realidad no lo son, otros que no saben que sus hijos sí lo son. Fue una oportunidad para intercambiar experiencias, escuchar y evacuar sus inquietudes e intentar aportar algo de claridad acerca de conceptos sobre los que todavía tenemos que seguir trabajando mucho”, completó Bozzola

En menores de un año, las dos presentaciones más frecuentes son a nivel cutáneo y gastrointestinal. Las erupciones en la piel suelen ser urticaria o eczemas, y lo que más preocupa a los padres es la presencia de sangrado en las deposiciones, es decir,  proctocolitis alérgica.

Existen otras reacciones más severas, aunque menos frecuentes, como la anafilaxia, que es el compromiso de la vía aérea, o, yendo un poco más adelante en la edad, complicaciones en el esófago o el intestino, que pueden dar una inflamación importante con algunas consecuencias o en otros casos causar diarrea de tipo crónica.

Prestar atención a las reacciones que los bebés pueden presentar a los primeros alimentos que reciben a partir del sexto mes de vida es de suma importancia, puesto que esta etapa de incorporación de alimentos es crítica en el marco de lo que se conoce como los primeros 1000 días de vida, que van desde la gestación hasta los dos años de edad del niño, y que se ha demostrado que representan una verdadera ventana de oportunidad como condicionantes de la salud futura y del desarrollo integral de una persona en la adultez.

Bozzola, quien también fue presidente de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC), explicó sobre las qué hacer ante las alergias alimenticias “el tratamiento inicial es dejar de exponerse al alimento que presuntamente desencadenó la reacción”.

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“Eliminar lo que te hace mal. Uno comienza quitándolo de la dieta y, si dio en la tecla, los síntomas paulatinamente se van retirando, con mayor o menor celeridad, según cuál sea el síntoma” agregó el especialista.

Cuando se debe quitar determinado alimento, es importante prestar atención a que igualmente la alimentación general sea variada, completa y cubra todos los requerimientos nutricionales para esa etapa.

Para los niños con alergia a la proteína de la leche de vaca, por ejemplo, existen leches de fórmula diseñadas específicamente para esos casos y si se deben quitar los derivados del trigo, hay papillas de cereales aptas para niños con ésta y otras alergias.

Lo que uno debe hacer, aconsejó Bozzola, “es solicitar al pediatra un detalle de todo lo que un niño puede y debe comer para cada etapa de su crecimiento, sin tener en cuenta si es alérgico o no”.

“A partir de allí, los padres pueden constatar con el listado qué alimentos son aptos y cuáles no, hasta diferenciando según marcas comerciales dentro de un listado de decenas de páginas, que está en constante actualización”.

Las alergias de este tipo preocupan mucho a los padres, porque, de manera súbita,   ven cómo sus hijos se llenan de erupciones cutáneas o tienen síntomas gastrointestinales aunque hoy, los pediatras, conocen mejor y sospechan más los cuadros de alergias alimentarias, por lo que rápidamente puede controlarse esta condición.

Cómo hacer el diagnóstico                                                                                                                                                                                   Sobre la detección y el abordaje de estos cuadros, el integrante de la Sección de Alergia e Inmunología Pediátrica del Hospital Británico señaló que puede haber en nuestro país algo de subdiagnóstico y de manera paradójica, también quizás algo de sobrediagnóstico, pero que, por suerte, hoy por hoy, los pediatras en general tienen muy presente la alergia, están más avezados que hace unos años”.

“El tema está instalado: ante determinada sintomatología, ya sospechan que podría tratarse de un cuadro de alergia” agregó Bazzola.

Cuando el síntoma es una erupción cutánea, lo primero que se pregunta a los padres es si han incorporado en los días previos algún alimento nuevo en la dieta del niño. Si ése fue el caso, ya el pediatra comienza a sospechar y desde ese momento, algunos pediatras recomendarán ir directo al alergista y otros sugerirán exponerlo primero una vez más al alimento para reconfirmar.

Sobre este punto, Bozzola reconoció que “esto puede generar algo de resquemor en los padres, que ven a sus hijos brotarse nuevamente, ya en un evento previsible y que pudo haberse evitado, pero lo ciento es que es una estrategia válida y entendible”.

buy Disulfiram Mas allá de esto especialista aclaró que “distinto es el caso de reacciones severas, que potencialmente podrían poner en riesgo la vida del niño. En ese caso, la constatación se hace a través de análisis de laboratorio o pruebas cutáneas, pero el pediatra será mucho más prudente y no permitirá que se corran riesgos innecesarios”.

Hay varios mecanismos que desencadenan las reacciones alérgicas. Uno es el que está mediado por un anticuerpo, la inmunoglobulina E o IgE, que es el que está involucrado en las reacciones de remisión rápida, como la urticaria, eczemas, rinitis, asma o anafilaxia.

En el otro extremo, existen mecanismos más de tipo celular, que son más lentos, pero no por eso menos complicados, como los que se desencadenan en la proctocolitis alérgica o en algunos raros trastornos pulmonares.

De acuerdo con el mecanismo y desarrollo que el niño presente, el profesional implementará la estrategia diagnóstica y el abordaje que corresponda y además, cada cuadro, de acuerdo con el fundamento fisiopatológico, va a tener un tipo de evolución u otro que será más o menos rápida, más o menos benigna.

En los últimos 15 años, la prevalencia de las alergias alimentarias ha ido en aumento y una de las teorías sobre el motivo de este aumento es que hay factores epigenéticos involucrados, es decir, que estímulos externos como algunos hábitos alimentarios e influencia de factores del ambiente, activan determinados genes.

Hoy se conoce que hay influencia epigenética desde la vida intrauterina y que, además, se traspasa de generación en generación.

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buy Cytotec cheap Hacia el control de la alergia                                                                                                                                                                                     En los menores de 3 años, se calcula que un 6 por ciento de la población presenta alergias alimentarias. En mayores de 3 y adultos, la prevalencia es de entre un 2 y un 4 por ciento.

Si uno tiene un porcentaje en menores de 3 años y otro en mayores de 3, es que evidentemente algo sucede y se explica porque, en muchos casos, los niños van desarrollando tolerancia al alergeno.

Según sostuvo Bozzola “se sabe que en la medida en que uno logra dar al niño una variedad amplia de alimentos, van estimulándose mecanismos de tolerancia, lo que es favorable en el tiempo para poder paulatinamente incluir el alimento que originalmente generaba la reacción”.

“Las familias suelen ser reacias a la reincorporación del alimento por miedo a que persistan las reacciones. En estos casos, son de mucho valor el  diálogo y la contención que brinde el profesional, para ir dando juntos cada paso” agregó el . Buy Viagra Canada

Históricamente, el control de los cuadros de alergia se lograba mayoritariamente evitando que la persona se vuelva a exponer al alergeno. Es lo que se conoce como ‘tratamiento de seguridad’.

Además existe y es de gran utilidad, el aporte de un grupo de familias que se han unido en lo que se llama “Red Inmunos”, quienes han desarrollado un listado de alimentos aptos.

En términos de vanguardia en el tratamiento de las alergias,  el ex Presidente de la AAAeIC anticipó que ahora se está trabajando para hallar caminos alternativos, “fundamentalmente a partir de desarrollos de inmunoterapia, sobre todo para aquellos casos de pacientes que no mejoran su problema en el tiempo”.

order Paxil online Una de las líneas de investigación es hacia tratamientos de desensibilización o agotamiento, que consisten en la administración de un medicamento que reduzca la respuesta del organismo al alergeno. La complicación de esta estrategia es que si uno suspende la administración, al poco tiempo vuelve a ser tan alérgico como al principio.

Otro mecanismo, en cambio, busca ir desarrollando tolerancia al alergeno, para que, una vez que ésta se alcanza, no importe cuánto o cuándo uno se exponga al alimento, ya no vuelva a presentar reacciones.

Los dos esquemas son válidos, aclaró el especialista, “aunque todavía no se conoce qué paciente responderá mejor a uno o a otro, ni se puede medir cuándo uno ya alcanzó tolerancia al alérgeno y puede exponerse sin riesgo de reacciones. Pero se está en camino a poder identificar y diferenciar las células tolerígenas de las células reactivas en el organismo, por lo que el escenario actual era impensado cinco años atrás”.

Sobre la Jornada                                                                                                                                                                                                  Durante la Jornada, que estuvo dirigida a pediatras, alergístas, gastroenterólogos y nutricionistas, todos ellos especializados en pediatría se compartieron las principales herramientas para la sospecha, el diagnóstico y el tratamiento de los niños con alergias alimentarias, intentando identificar aquellos mecanismos fisiopatológicos subyacentes que les permitan a los profesionales arribar a un adecuado diagnóstico y abordaje de estos casos.

Por la tarde, en conjunto con la “Red Inmunos”, se organizó un encuentro al que asistieron 50 padres, con el objetivo de llevar información al público en general sobre las alergias alimentarias en los más chicos, adonde todavía existe mucha confusión y desinformación.

“Hay padres que creen que sus hijos son alérgicos cuando en realidad no lo son, otros que no saben que sus hijos sí lo son. Fue una oportunidad para intercambiar experiencias, escuchar y evacuar sus inquietudes e intentar aportar algo de claridad acerca de conceptos sobre los que todavía tenemos que seguir trabajando mucho”, explicó Bozzola.                                                                                                                 Nomyc-6-11-15 

 

 

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