Lanzan campaña de detección de Hepatitis C

La Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado lanzó la campaña de concientización “Hepatitis C: Detectar para Curar”

Buenos Airs-(Nomyc)-Esta Asociación comenzó su campaña por el Día Mundial de las Hepatitis Virales que se celebra hoy bajo el lema “Hepatitis C: Detectar para Curar” con el objetivo de generar conciencia sobre la importancia de realizarse el test de la Hepatitis C, al menos una vez en la vida y por eso invita a toda la población a sumarse a la campaña a través de las redes sociales con hashtag #haceteltest o bien a través de la cuenta de Twitter @AAEEH5 o del Facebook de la entidad científica.

Esta enfermedad es padecida en Argentina por entre 300 y 400 mil, es decir entre un uno y un dos por ciento de la población, que se contagia a través de la sangre y daña de manera  progresiva al hígado hasta provocar cirrosis y cáncer de hígado y es la principal causa de trasplante de hígado en nuestro país, pese a lo cual los especialistas destacan que “detectada y tratada a tiempo, se puede curar”.

“Es una enfermedad sin síntomas y el paciente puede convivir con ella durante años sin saberlo y por eso el desafío actual es detectar la Hepatitis C en aquellos pacientes aún no diagnosticados y  la clave testearse al menos una vez en la vida”, señala  Adrián Gadano, presidente de la entidad científica.

La Hepatitis C, a diferencia de la A o la B, no tiene vacunas, por lo que se hace el foco en la concientización, la prevención y en su detección.

“Sólo tenemos que pedirle al médico que incluya el test de la Hepatitis C en un análisis de sangre de rutina. Hoy podemos ofrecer a los pacientes diagnosticados la posibilidad de curarse con las nuevas drogas disponibles en nuestro país que son de alta eficacia y se toleran muy bien”, destaca el especialista.

Argentina cuenta con opciones terapéuticas orales libres de Interferón que demostraron una tasa de efectividad superior al 95 por ciento, de menor duración ya que se realizan por 12 o 24 semanas y tienen una mejor tolerabilidad que las terapias anteriores.

Prevalencia e Impacto                                                                                                                                                                                               El virus de la Hepatitis C es un virus que infecta el hígado y se transmite por contacto directo con sangre y productos sanguíneos infectados. Hasta un 90 por ciento de aquellos infectados con esta patología no eliminan espontáneamente el virus, permaneciendo infectados de por vida al menos que realicen un tratamiento.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 20 a 30 por ciento de las personas con Hepatitis C crónica pueden desarrollar cirrosis y presentar complicaciones potencialmente mortales.

En la Argentina la Hepatitis C es la principal causa de hepatitis crónica, cirrosis y cáncer de hígado. Se estima que entre el 1 y 2 por ciento de la población adulta está infectada con el virus y que más de la mitad de ellos aún no lo saben.

Es una enfermedad que por sus síntomas silenciosos se encuentra sub-diagnosticada y al momento de presentar síntomas clínicos, ya se encuentra en un estadío avanzado.

A nivel mundial, de manera proximada 150 millones de personas se encuentran infectadas por el virus de la Hepatitis C. En Europa, la Hepatitis C provoca cuatro veces más muertes que el virus del VIH y supera el número de fallecimientos por accidentes de tránsito.

Transmisión                                                                                                                                                                                                                   La enfermedad se contagia a través del contacto con la sangre de una persona infectada. Se consideran en situación de riesgo aquellas personas que recibieron una donación de sangre antes de 1995, realizaron  hemodiálisis, utilizaron de drogas inyectables o inhaladas, estuvieron expuestas a sangre infectada.

También aquellos casos en los que la madre le pudo haber transmitido el virus al hijo  o donde se compartió elementos personales como afeitadoras o cepillos de dientes con una persona infectada, se realizó piercing o se utilizó agujas de tatuajes no debidamente esterilizadas o se realizaron procedimientos médicos con materiales inadecuadamente tratados.

Síntomas                                                                                                                                                                                                                     De manera aproximada, el 70 a 80 por ciento de las personas con infección aguda por VHC, no presentan ningún síntoma. Las personas con infección crónica por el virus de la Hepatitis C pueden tener síntomas no específicos, que van desde leves hasta severos, tales como:

  • Fatiga
  • Náuseas
  • Pérdida del apetito
  • Cefalea
  • Dolor abdominal
  • Síntomas similares a la gripe

Tratamientos actuales                                                                                                                                                                                       Argentina cuenta actualmente con opciones terapéuticas orales libres de interferón que han demostrado una tasa de curación superior al 95 por ciento, con tratamientos que duran entre 12 y 24 semanas y con una muy buena tolerancia.

Conociendo las caras de la cura                                                                                                                                                                       Sandra, de 53, profesora de inglés, escritora, bailarina, actriz cómica, casada y con 2 hijas  contrajo hepatitis C a los 40 años y se la diagnosticaron cuando la iban a operar porque tenía cáncer de útero. Hace tres años, ingresó en un estudio clínico con una droga oral y a los 3 meses ya no se detectaba el virus en su sangre.

“Yo siempre decía ‘soy portadora y el virus me paga un alquiler. El alquiler que me paga es enseñarme cómo tengo que vivir’. Aprendí a vivir, a hacer lo que quería, a gustar de las cosas; escribí libros, participé en muestras en el Teatro Maipo y me empecé a divertir, y el cuerpo recibió esa alegría. Hay que saber que la vida no se acaba, que empieza otro tipo de vida, que uno siempre puede elegir. Se puede curar y todo llega” relata.

“Es importante transmitir un mensaje de esperanza, de ganas de hacer esas cosas que uno quiere, pero que posterga porque no se anima u otra cuestión. Cuando tenés la espada cerca decís ‘esto es mi vida, es lo más preciado’” continúa.

“Háganse el análisis y quienes tengan hepatitis C, mientras se curan, disfruten de la vida. Bendigan cada día” finaliza.

Antonio Claudio, de 52 años, casado, con 2 hijos y que trabaja en el área comercial de una empresa constructora. En 1984, durante un examen preocupacional para ingresar a un banco, se evidenció una leve alteración en el hepatograma y al tiempo le confirmaron que padecía hepatitis C.

Empezó a investigar dónde podría haber contraído la enfermedad y llegó a la conclusión de que pudo haber sido por una extracción de muela o por una vacuna que le habían aplicado en el servicio militar, antes de la guerra de Malvinas.

Participó de varios estudios clínicos entre 1990 y 1996. Evitó la progresión de su hepatitis, pero nunca negativizó el virus. Finalmente, en marzo de este año inició un tratamiento con las nuevas drogas. Al mes presentó un hepatograma normal. Estaba curado.

Gustavo, de  56 años, casado y tiene dos hijos adultos y empleado administrativo comenta que  “para mí y para toda mi familia fue un shock cuando me enteré de que tenía hepatitis C”.

“El médico me dijo ‘vamos a ser amigos por mucho tiempo’. En ese momento no se conocía mucho de la enfermedad. De 2002 a 2012 hacíamos estudios cada 3 meses para saber cómo estaba el virus en mi organismo” explica.

En 2012 le detectaron un carcinoma y en julio de 2013 le hicieron un trasplante hepático.

“Sufrí mucho, pero creo que mis seres queridos han sufrido más; yo sentía dolor en el cuerpo, pero era muy duro verlos a ellos con dolor en el alma” recuerda.

Todo iba bien, pero a los 4 meses el virus comenzó a avanzar sobre el hígado nuevo.

“Tuve suerte, porque mi familia y amigos estuvieron a mi lado, pero hay gente que está sola. Conocí a muchos que fallecieron porque no tenían contención” agrega.

Le hicieron un segundo trasplante en 2015 y salió bien, pero al poco tiempo el virus volvió a atacar al hígado nuevo y no había forma de pararlo porque las ‘famosas pastillas’ no llegaban.

Él ya había hecho cuatro tratamientos sin éxito. En agosto de 2015 llegaron las pastillas. Hizo 6 meses de tratamiento por su estado de trasplantado. En enero terminó y a los tres meses le confirmaron que estaba curado, que el virus no estaba más en su sangre.

“Ese día lloramos todos, hasta mi doctor” resalta.

“Fueron momentos difíciles en los que conocí gente que la luchó, pero que no llegó a las pastillas y no pudo llegar a la meta. Cada vez va a haber más gente que se puede curar, porque esta enfermedad ahora es curable. Si uno se hace el test y descubre que la tiene, ahí empieza a curarse” finaliza.

Miguel Ángel, de 64 años, casado, jubilado por incapacidad a raíz del trasplante hepático que recibió en 2008 relata que “mi enfermedad se detectó en 1998. Había sufrido un accidente ocho años atrás, con múltiples fracturas en un brazo y me transfundieron sangre. Me hice una biopsia de hígado, porque no me sentía bien, y se detectó que tenía cirrosis. El hepatólogo me preguntó qué operación había tenido en el pasado y era ésa”.

Miguel combatió la enfermedad con muchos medicamentos sin lograr inactivar el virus. Ahora está tomando una de las nuevas medicaciones desde mayo. Al mes de iniciar el tratamiento, el virus estaba negativizado.

“Fue una alegría inmensa, porque estuve durante muchos años tratando de combatir este virus de todas las maneras posibles, con métodos alternativos, cuidándome en las comidas, tomando la medicación en regla y nunca se inactivó; esta medicación es milagrosa” relata.

“Todos los que antes de 1994 se hayan hecho transfusiones de sangre deben hacerse el test,  porque así como me pasó a mí, les puede haber pasado a muchas personas” recomienda.

Alejandro, carpintero y con 4 hijos  cree que contrajo hepatitis C en 1986, cuando tuvo un accidente con su moto y recibió una transfusión de sangre. Ahora está curado, pero había hecho dos tratamientos previos que implicaron la toma de “como 500 pastillas”, que lo dejaron muy mal, que representaron mucho sacrificio y que no lo curaron.

Alejandro sostiene que esta enfermedad es fácil de detectar y destaca que “además, se cura, se puede tener una vida totalmente normal”. En su familia, todos se hicieron el análisis y nadie la tiene.

Reconoce que tuvo la suerte de curarse porque tenía que ser así, pero que hubo mucha gente que murió, tanto de hepatitis como de HIV “tuve la suerte de tener estas nuevas medicaciones: en 3 meses me curé”.

“Lo que siempre disfruté y quiero tener es a la familia; ver crecer a los hijos. Hay que cuidarse” resalta Alejandro.

Rubén, de 55 años, Coordinador de Grupo de Pacientes “Buena Vida”  padeció la enfermedad durante más de 25 años y hoy está curado.

Quiere dejar el mensaje de que ésta “es una enfermedad peligrosa, silenciosa, que no tiene síntomas y que cualquiera puede tenerla sin conocerlo”.

“Por eso tan es importante la detección a tiempo ya que tiene cura y la cura está disponible” destaca.

“La detección a tiempo posibilita que esta enfermedad no avance y es fundamental que las personas se testeen de esta enfermedad, por lo menos una vez en la vida y de esa manera evitar consecuencias mucho mayores” concluye.

Sobre la Asociación
La Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado es una organización sin fines de lucro. Fue fundada hace 30 años y nuclea a médicos, bioquímicos y biólogos moleculares de todo el país. Actualmente tiene alrededor de 400 asociados que tienen como objetivo principal profundizar y difundir el conocimiento de las enfermedades del hígado.

Para más información contactarse con:

Adrian Gadano (Presidente AAEEH): 15 40502297 adrian.gadano@hospitalitaliano.org.ar

AAEEH: 48932787 secretaria@aaeeh.org.ar
Nomyc-28-7-16

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