La sonda Juno envía una nueva imagen de Júpiter

Las nuevas imágenes de Júpiter que ha enviado la sonda espacial Juno son hipnóticas y en una de ellas se puede ver un popurrí de vórtices de tormentas, conectados e interconectados, que parecen serenos desde la distancia, aunque que se desencadenan con una enorme intensidad

Buenos Aires-(Nomyc)-Desde que Juno comenzó a mandar imágenes de los polos de Júpiter, quien las ve puede maravillarse ya que estas son como algo hipnotizantes y en una de las últimas imágenes que ha enviado la sonda espacial, se puede apreciar todo un popurrí de vórtices de tormentas que están conectados entre ellos y en la distancia, podrían parecer serenos, pero no lo son en absoluto.

La imagen se tomó el 5 de julio, cuando la nave espacial pasó a 2.500 kilómetros por encima de las cimas de las nubes polares y fue el cuadragésimo tercer sobrevuelo cercano de Juno a Júpiter, aunque por su orientación axial, la mayor parte del tiempo no se pueden ver los polos de Júpiter, por lo que los científicos se basan en los datos de Juno para realizar estudios de la dinámica atmosférica de estas regiones.La serenidad que transmite la imagen es engañosa ya que, al acercarse a las cimas de las nubes de Júpiter, los investigadores pueden darse una idea de la gran “ferocidad” del clima del planeta.

“Estas poderosas tormentas pueden tener más de 30 millas, es decir 50 kilómetros de altura y cientos de millas de ancho”, escribió un portavoz del JPL de la NASA en su página web.

“Averiguar cómo se forman es clave para entender la atmósfera de Júpiter, así como la dinámica de los fluidos y la química de las nubes que crean las otras características atmosféricas del planeta” continuó el portavoz quien agregó que los científicos están interesados de manera particular, en las diferentes formas, tamaños y colores de los vórtices”.

Cada uno de los polos de Júpiter tiene sus propias características en lo que a tormentas se refiere, ya que mientras el Polo Sur tenía hasta ahora seis ciclones, cada uno de ellos del tamaño de Estados Unidos, uno en el centro y cinco formando un pentágono casi perfecto y todos dando vueltas en el sentido de las agujas del reloj.

Se dice que Júpiter tenía, hasta hora, seis tormentas porque en los vuelos de Juno, los científicos observaron que había una séptima tormenta, con lo cual el pentágono pasó a convertirse en un hexágono, siempre en el Polo Sur del planeta.

En cuanto al Polo Norte, los científicos han contaron allí nueve tormentas, de las que ocho se situaron en torno a una central y todas giran en sentido contrario a las agujas del reloj, mientras que en las regiones de alta latitud que rodean a estas dos concatenaciones polares centrales de tormentas, surgen otros vórtices.

Al utilizar los datos de Juno, los científicos identificaron un mecanismo por el cual estas tormentas están separadas en lugar de fusionarse en una megatormenta, como sucede en los polos de Saturno.

El seguimiento de los cambios entre los sobrevuelos de Juno es una de las herramientas más importantes que tienen los científicos planetarios para comprender el salvaje clima de Júpiter, en particular el de sus polos.

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