La restricción calórica no garantiza prolongar la vida como se pensaba  

Ingerir menos calorías es bueno para la salud pero no lo es para la longevidad según muestra un estudio internacional. El trabajo tienen que ver con el papel de la autofagia por el que el biólogo japonés Yoshinori Oshumi obtuvo el premio Nobel en Medicina de 2016

Buenos Aires-(Nomyc)-La restricción calórica, que consiste en consumir menos calorías sin llegar a la desnutrición, es una conocida estrategia para mejorar la salud y prolongar la vida, aunque sin embargo, no es útil para todos.

Múltiples factores como el genero o el porcentaje en la reducción de la ingesta que inciden, según se observó en un trabajo coordinado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) estadounidenses en el que han participado la Universidad de Córdoba (UCO), España, y el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo o Centro Mixto Universidad Pablo de Olavide-CSIC.

“La restricción calórica es la intervención no genética mejor caracterizada que se puede hacer en un individuo para contribuir a mejorar tanto su salud como su esperanza de vida”, resume José Manuel Villalba, catedrático de Biología Celular, Fisiología e Inmunología de la UCO y responsable de una parte del trabajo de investigación internacional.

Los animales en restricción calórica empleaban más las grasas como fuente de energía, en vez de los carbohidratos usados por los que comían a voluntad

“Sin embargo, los efectos en la supervivencia no son tan universales como se pensaba”, agrega.

Hasta ahora se habían descripto algunos factores que pueden ayudar a mejorar la longevidad más que otros, como por ejemplo, la fuente de grasas e incluso, el propio equipo que dirige en la UCO ya había apuntado a esta dirección.

Ahora, la nueva investigación, coordinada por Rafael de Cabo desde el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de Baltimore, en Estados Unidos, ahonda en estas particularidades.

“El trabajo empleó una cantidad importante de datos”, explica Villalba, con los que se quería probar la universalidad de la restricción calórica como opción para prolongar la vida.

Para ello, en laboratorios repartidos en varios puntos de Estados Unidos, Austria, Dinamarca y España, se estudiaron los comportamientos de dos cepas diferentes de ratones, con ambos sexos y con dos niveles de variación de consumo diferente.

Los datos crecían de manera muy grande al multiplicar tantas variables, por lo que fue necesario la colaboración de hasta 18 equipos científicos. Los resultados han sido publicados en la revista Cell Metabolism.

Diferencias de sexo en investigación                                                                                                                                                                         La inclusión de ejemplares de los dos sexos fue un factor importante. En experimentación, se suelen utilizar machos al ser más estables desde el punto de vista hormonal. Esta cuestión práctica, sin embargo, elude otra de género: en ocasiones, las hembras responden a patrones fisiológicos diferentes, por lo que no siempre se pueden estandarizar los resultados de sus congéneres masculinos.

Desde hace un tiempo, los NIH ya tienen en cuenta esta diferencia de sexo en sus investigaciones. Junto a ello se consideró el comportamiento de dos cepas diferentes de ratones y una restricción en la dieta del 20 y el 40 por ciento en cada una de las anteriores categorías, junto a grupos de control que comían a placer o ad libitum. Se estudió tanto la longevidad máxima, es decir el tope de vida, como la media, es decir a qué edad muere la mitad de la población y diferentes parámetros de la salud.

El equipo internacional observó que había factores celulares que facilitan un envejecimiento más saludable, pero que no garantizan vivir más y uno de esos factores estaba en las mitocondrias, un orgánulo encargado, entre otras funciones, de metabolizar las grasas.

Los animales en restricción calórica empleaban, en mayor porcentaje, las grasas como fuentes de energía, en vez de los carbohidratos usados en mayor grado por los que comían a voluntad y  por eso, el estudio afirma que una de las claves de una senectud exitosa es tener una mitocondria saludable.

Aunque este estrés calórico es beneficioso para mantener un organismo saludable, no garantiza,  de manera necesaria, vivir más tiempo

También se realizaron análisis de un proceso llamado autofagia, por el que la célula devora algunos de sus propios orgánulos para seguir obteniendo energía, en el caso de que escasee.

Es como si en un ferrocarril se consumiera la madera de un vagón accesorio para alimentar la máquina y poder seguir en funcionamiento. La autofagia se incrementaba en varios de los tejidos y, gracias a ello, la célula se mantenía depurada.

En el marco de este estudio, la UCO analizó el comportamiento de las células del hígado de los ratones sometidos a esta estrategia de comer menos para vivir más.

De manera concreta, el grupo estudió el comportamiento de las mitocondrias, el núcleo celular y el sistema de autofagia. Los núcleos de las células hepáticas varían su tamaño con el envejecimiento, por lo que su estudio es importante en este marco.

Metabolismo                                                                                                                                                                                                    “Ingerir menos calorías es una forma de retrasar las patologías asociadas al envejecimiento, como el cáncer o las enfermedades cardiovasculares, en parte  porque los quienes están en restricción calórica, emplean las grasas, en vez de los carbohidratos, como fuente de energía en un mayor porcentaje respecto a la población en general” explica Villalba.

Restringir calorías es una forma de generar un estrés al organismo, pero si no se llega a la malnutrición es una tensión soportable que activa mecanismos de defensa que, a la larga, protegen las células.

Los datos observados en el experimento permiten afirmar que, “aunque este estrés es beneficioso para mantener un organismo saludable, no garantiza necesariamente vivir más tiempo y estirar el reloj vital tendrá que ver también con otros hábitos”.                                                       Nomyc-11-10-16

 

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