La advertencia de los científicos para frenar la covid: “Hay que limpiar el aire, no las superficies”

Científicos estadounidenses alertan de que «se está limpiando demasiado», porque el contagio por superficies es muy bajo y señalan que “se gasta una gran cantidad de tiempo y dinero en abordar un problema que no existe”

Buenos Aires-(Nomyc)-“No tenemos un solo caso documentado de transmisión de covid-19 desde superficies. Ni uno” señalan expertos Joseph G. Allen, Linsey C. Marr y Charles Haas alertan, en un artículo que acaban de publicar en The Washington Post, titulado “Estamos limpiando demasiado”, en relación a la gran cantidad de dinero, tiempo y esfuerzo que se dedica a limpiar superficies para evitar contagios de covid-19 que no se producen, casi nunca, de esa manera.

 “¿Por qué, entonces, estamos gastando una pequeña fortuna para limpiar a fondo nuestras oficinas, escuelas, metro y autobuses?”, se preguntan y responden que “no sabemos de manera exacta, cuánta transmisión de fómites ocurre en el covid-19, pero la evidencia sugiere que no es frecuente”, explican en el artículo.

¿Qué son los fómites? Es el nombre que se da, en la jerga médica, a cualquier superficie inanimada que pueda estar contaminada con algún patógeno, como los virus, por lo que hay que imaginarse, por ejemplo, una mesa o el pomo de una puerta y los investigadores explican que “la transmisión de una enfermedad a través de estas superficies es posible, muchos virus, como el rinovirus y el norovirus, se transmiten a través de superficies contaminadas, pero ´no´ es el caso de la covid-19”, aseguran.

“A menudo nos preguntan si la gente está limpiando demasiado como reacción a la pandemia y la respuesta corta es ´sí´ porque la realidad es que el nuevo coronavirus se propaga de manera principal por el aire y con un lavado de manos regular, no es necesario desinfectar las superficies de manera constante”.

Los tres saben de lo que hablan, ya que Allen es director del programa Healthy Buildings de la Escuela de Salud Pública TH Chan de la Universidad de Harvard, mientras que Haas es profesor de ingeniería ambiental en la Universidad de Drexel y Marr es profesora de ingeniería civil y ambiental en Virginia Tech. 

¿Refregar las superficies para protegerse del humo?: los investigadores recurren a un ejemplo, para explicar la transmisión del coronavirus, que ya se escuchó más veces de boca de otros, como el experto en aerosoles de la Universidad de Colorado José Luis Jiménez. 

El humo del tabaco, es un símil que ayuda a entender cómo se propaga este coronavirus a través del aire en espacios cerrados.

Se debe pensar en el humo que exhala un fumador, por lo que si se está con él en un exterior, apenas lo notará, salvo que esté muy cerca, pero si se está en un interior, lo notará enseguida, aunque esté en otra parte de la habitación y esto se debe a que el tiempo que tarde en llegarle el humo y la intensidad de este dependerán de lo ventilado que esté el espacio o lo filtrado que esté el aire.

Pues bien, sabiendo esto, los autores del artículo se preguntan: “¿Cuánto podría usted protegerse de ese humo restregando las encimeras, los pomos de las puertas y todas las demás superficies de la habitación?” y se responden que “No mucho, pero el problema es el aire compartido, no las superficies compartidas”. 

Recuerdan, además, que la transmisión a través de superficies no es frecuente, y explican por qué.

  • Primero: el virus que cae en una superficie, imaginando que alguien estornudó y han caído gotas sobre el pomo de una puerta, comienza a descomponerse enseguida, porque aunque al comienzo de la pandemia se habló de que podía sobrevivir en las superficies mucho tiempo, estos expertos advierten que “los únicos estudios que muestran que el virus puede sobrevivir en una superficie durante mucho tiempo usaron cantidades irrealmente grandes, como cuando alguien escupe una gota de saliva en la superficie”.
  • Segundo: de la superficie a la mano, incluso si usted tuviera la mala suerte de agarrar ese pomo de la puerta donde la persona infectada acaba de estornudar, explican, “habría una reducción significativa en la cantidad de virus que se transfiere de la superficie a su mano, el tiempo ayuda a desactivar el virus, incluso mientras está en tu mano”, por lo que cuanto más tiempo pase en el pomo, o en la mano, mejor.
  • Tercero: de la mano a la boca: el problema se plantea si usted se lleva la mano a la boca o la nariz, justo después. “¿Qué pasa si tocas ese pomo contaminado y luego te tocas la boca inmediatamente?”, se preguntan los investigadores. Pues que “no todo el virus de la mano se transferiría a la boca”. Y además, la historia no acaba ahí, advierten y agregan que “el virus que llegó a su boca necesitaría encontrar un receptor apropiado allí, o llegar a su tracto respiratorio” para ser realmente un problema.

La conclusión, para ellos, es clara: “si hay transmisión de fómites, es menor, y desde luego no es lo que está provocando la pandemia”. 

Algo que coincide con las conclusiones de un estudio publicado hace sólo un mes, que confirma el escaso riesgo de contagio del coronavirus al tocar superficies contaminadas.

“Los fómites juegan un papel mínimo en la transmisión del coronavirus”, aseguran los autores de ése estudio, mientras que subrayan los científicos que “tenemos muchos ejemplos de transmisión aérea” y recuerdan uno, el ya famoso caso de supercontagio en un coro de EE.UU. en el que una persona con covid infectó al 90 por ciento de sus compañeros, a pesar de que mantuvieron la distancia entre ellos.

Lo más importante, explican, “es que la transmisión a través de fómites se puede evitar de manera fácil y con un gesto tan sencillo, como el lavado de manos regular, o el uso de gel desinfectante”.

Jiménez también insiste en esto: “tenemos que seguir lavándonos las manos varias veces al día, y usando gel hidroalcohólico después de tocar objetos fuera de casa, sobre todo los que tocan muchas personas, como pomos de puertas, interruptores de luz, botones de ascensor, etc… Pero no hay que desinfectar todas las superficies con frecuencia, es un desperdicio de dinero y esfuerzo”.

Gastar dinero en limpiar el aire, no las superficies: el problema, insisten Allen, Haas y Marr, es que “gobiernos y empresas gastan mucho dinero en desinfectar superficies sin que sea necesario y quizá porque nos hemos quedado con la idea difundida al principio de la pandemia de que sí lo era”, como explica José Luis Jiménez desde Colorado.

“Al principio de la pandemia se pensaba que la transmisión por superficies era muy importante, y todos nos pusimos a limpiar y desinfectar. Pero hace muchos meses que los CDC de EE.UU. nos dijeron que es poco importante y no es lo que sostiene la pandemia” agrega Jiménez.

Los científicos insisten, en su artículo: “no tenemos demasiado tiempo, energía ni dinero para tratar de reducir el riesgo de transmisión y si la gran mayoría de la transmisión ocurre a través del aire, en vez de a través de fómites, y la transmisión aérea es la que está detrás de los casos de supercontagio, deberíamos centrar nuestros esfuerzos en la limpieza del aire compartido, no de las superficies compartidas”.

Jiménez lo suscribe, al señalar que “nos tenemos que centrar en prevenir lo que los CDC nos dicen que es la fuente principal de transmisión, que es la inhalación y hay que dedicar el 80 o 90 por ciento del esfuerzo a prevenir este tipo de contagio”.

Sobre por qué es necesario hacer estas aclaraciones, Jiménez agrega que “porque se está gastando una gran cantidad de tiempo y dinero en abordar un problema que no existe” y ponen ejemplos de ello, y lo llaman “el teatro de la higiene”.

El investigador agrega que tiene información de colegios “que tienen a varias personas limpiando y gastan mucho dinero en salarios y productos de limpieza y eso es un desperdicio. Deberían dejar de hacerlo, y usar todo ese presupuesto para proteger del contagio por el aire”.

Allen, Haas y Marr advierten que el énfasis que se está poniendo en la limpieza de las superficies “no garantiza la seguridad de las personas” y citan otro estudio publicado recientemente que compara la efectividad de las diversas medidas que están tomando los gobiernos para luchar contra la covid-19.

Los expertos concluyen que “es mejor gastar este dinero y este tiempo en otra parte”.

Nomyc-28-12-20

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