Identifican blancos terapéuticos contra el Síndrome Urémico Emolítico

Estudios in vitro, liderados por especialistas del CONICET, sentaron bases para la búsqueda de una terapia que prevenga el desarrollo de la enfermedad que afecta de manera principal a menores de cinco años y puede conducirlos a requerir diálisis, un trasplante de riñón o incluso a la muerte

Buenos Aires-(Nomyc)-También conocido como el “Mal de las Hamburguesas”, el Síndrome Urémico Emilítico (SUE) enfermedad puede transmitirse por la ingesta de carne mal cocida, sobre todo carne picada, frutas o verduras, leche sin pasteurizar e incluso agua si están contaminadas con la bacteria Escherichia coli productora de la toxina Shiga y cuyo avance de los investigadores se describe en la revista PLoS Pathogens.

“Nuestro estudio abre oportunidades para investigar nuevas estrategias terapéuticas cuyo fin sea evitar la progresión de la infección de Escherichia coli hacia el SUH”, indica Analía Trevani, líder del trabajo, investigadora del CONICET y jefa del Laboratorio de Inmunidad Innata del Instituto de Medicina Experimental (IMEX, CONICET-ANM) ya que para esta infección los antibióticos están contraindicados y aunque existen desarrollos de vacunas y tratamientos específicos, aún no hay ninguno aprobado para su uso en humanos.

Además, al ser el SUH una enfermedad endémica de Argentina y con una alta incidencia en comparación con el resto del mundo, “su estudio no despierta gran interés en los países con mayores presupuestos para investigación. Por eso resulta relevante que países como el nuestro inviertan en este tipo de investigaciones para resolver problemas de salud de interés local”, señala Florencia Sabbione, primera autora del estudio e investigadora del CONICET en el grupo de Trevani.

El hallazgo: al ser ingerida de diferentes fuentes, la bacteria Esterichia coli, accede al intestino, donde libera una toxina potente llamada Shiga y aunque en la mayoría de los casos la infección se resuelve de manera espontánea, en otros, la acción de la toxina puede causar diarrea sangrante o promover inflamación intestinal y pasar al torrente sanguíneo y dañar otros órganos por lo que genera el SUH.

En el estudio in vitro, los especialistas del ONCIET quisieron determinar cómo responde el sistema inmune y de manera particular un tipo de Glóbulo Blanco, el Neutrófilo, al enfrentarse con bacterias Esterichia coli aisladas en la materia fecal de un paciente con SUH.   

“En la investigación descubrimos que los neutrófilos liberan una señal inflamatoria que se llama `ìnterleuquina 1 beta`(IL-1B) que responde a la bacteria y pensamos que es posible que esta molécula promueva la inflamación intestinal y ayude a que ingrese más toxina Shiga, que produce la bacteria, al torrente sanguíneo” explica Irene Keitelman, otra de las autoras del trabajo y becaria pos doctoral de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I + D+i) e integrante del laboratorio de Trenavi.       

En el paso siguiente, el equipo identificó inhibidores farmacológicos que fueron capaces de bloquear mecanismos moleculares específicos del neutrino involucrados en liberar IL-1B sobre lo que Sabbione explica “de esta forma pudimos disminuir la secreción de IL-1B en respuesta a la bacteria y también comprobamos que con este tratamiento el neutrófilo podía desarrollar una de sus funciones esenciales, que es matar a la bacteria”.    

El siguiente paso en la investigación será evaluar los inhibidores de la secreción de IL-1B como tratamientod e un modelo animal sobre lo que Trevani explica “de esta manera podremos determinar si al limitar la inflamación que causan los neutrófilos con la liberación de IL-1B se evita el progreso de la infección a la enfermedad grave”.

“De tener buenos resultados en los estudios preclínicos, el paso siguiente sería realizar ensayos para determinar la seguridad y eficacia del tratamiento, porque este tipo de trabajos son el fruto de muchos años de investigaciones básicas para entender los mecanismos que constituyen la base de los procesos biológicos y con ese conocimiento luego se puede desarrollar investigaciones aplicadas para definir nuevas estrategias de tratamientos para estas enfermedades” concluye Trevani.

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