Grandes tormentas solares ‘esquivan’ los sistemas de detección en la Tierra por lo que generan peligro en las comunicaciones y el suministro eléctrico

Los índices que usan los científicos para valorar las perturbaciones geomágneticas del Sol sobre la Tierra no detectan algunos de estos eventos que pueden poner en riesgo las redes eléctricas y de comunicaciones según lo reflejan las observaciones del Observatorio Magnético de Tihany Colchicine online Propranolol 80mg

Buenos Aires-(Nomyc)-En 1859 se detectó desde el Observatorio de Colaba, en la India, la mayor y más potente tormenta solar jamás registrada, también conocida como evento o “Llamarada de Carrington”, en honor al astrónomo inglés Richard Carrington que la observó.Aquel suceso permitió disfrutar de auroras en latitudes tan bajas como Madrid, e incluso en el mar Caribe, pero también produjo cortes e incendios en las instalaciones de telégrafo de Europa y Norteamérica.

Desde entonces las tormentas geomagnéticas producidas por el Sol representan un peligro grave para una sociedad cada vez más dependiente de la tecnología y, de manera directa, para las redes eléctricas y de comunicaciones y para evitarlo, los científicos han desarrollado diversos índices que ayudan a analizar y prever este fenómeno.

Uno de los índices más utilizados para medir las tormentas geomagnéticas es el  Disturbance storm time (Dst), que se obtiene cada hora con la media de los datos tomados en cuatro observatorios que son el Hermanus , en Sudáfrica; el de Kakioka, en Japón; el de Honolulu, en Hawái, EE UU y el de San Juan, en Puerto Rico.

Una versión más precisa es el denominado SYM-H, que valora el componente horizontal del campo magnético terrestre, cuenta con la información de más observatorios y una cadencia de un minuto.

Con estos dos índices, que priman la latitud, es decir la distancia angular al ecuador, de los registros magnéticos, se pueden seguir los efectos de las grandes tormentas solares, como la que ocurrió entre octubre y noviembre de 2003, denominada la “Tormenta de Halloween”.

Pero ni Dst ni SYM-H sirvieron para detectar una perturbación magnética que afectó a la Tierra justo en aquellas fechas, de manera más concreta el 29 de octubre de 2003, con un perfil extraordinariamente similar a la llamarada “de Carrington” de 1859 cuando afectó a las instalaciones eléctricas de Suecia y Sudáfrica, donde se quemaron varios transformadores.

Este evento se registró en el observatorio de “Tihany”, en Hungría, y ahora un equipo de investigadores de la Universidad de Alcalá analizó aquel fallo de los índices oficiales y alerta sobre las posibles consecuencias.

¿La comunidad científica está equivocada?                                                                                                                                                          “Una de las conclusiones es que los índices comúnmente utilizados por los científicos, como el Dst o el SYM-H, basados en un aspecto global de la Tierra y obtenidos mediante promedios, perdieron un suceso tan importante como este, y seguramente habrían perdido también el evento de Carrington”, explica Consuelo Cid, la autora principal.

Los índices que registran las grandes tormentas geomagnéticas pueden estar fallando

El estudio, que publica el “Journal of Space Weather and Space Climate buy brand Levitra fluconazole without prescription buy Vermox for child , sugiere que la comunidad científica puede estar equivocada al promediar los registros de distintos observatorios alrededor de la Tierra, ya que las perturbaciones magnéticas positivas y negativas se compensan unas con otras, y desaparece la perturbación magnética real en una región.

Además, esta depende de forma importante de la hora local, es decir de la longitud, aunque otros científicos supongan que sea de la latitud.

“Un suceso parecido al de Carrington podría ocurrir más a menudo de lo esperado; es más, podría haber ocurrido ya y haber pasado desapercibido”, sostiene Cid, quien destaca la necesidad de desarrollar índices más locales que de verdad sirvan a las empresas que puedan verse afectadas por estos sucesos, como las compañías eléctricas.

De hecho, su equipo ha creado el “Local Disturbance index for Spain Retin-A online (LDiñ), que determina la perturbación geomagnética para el territorio español en base al campo magnético registrado en el Observatorio de San Pablo, en Toledo, perteneciente al Instituto Geográfico Nacional de España.

“Un índice parecido a LDiñ se podría aplicar en otros países del entorno, como Portugal, Francia o Italia; y en otras zonas del mundo desarrollar otros ajustados a cada región”, apunta la investigadora, quien insiste en la necesidad de colaborar con las empresas involucradas, como ha hecho su equipo de investigación con Red Eléctrica Española.                                                                                                                           Nomyc-20-10-15

 

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