El Sol como nunca antes lo habíamos visto

Especialistas aseguran que el telescopio solar Daniel K. Inouye inaugura una nueva era en la astronomía solar. Está ubicado en Hawái, tiene un gran espejo de 4 metros y ofrece cinco veces más resolución que sus antecesores

Buenos Aires-(Nomyc)-En el archipiélago hawaiano Maui, también conocido como “Valley Isle”, opera el telescopio solar “Daniel K. Inouye”, un avanzado instrumento de observación que aún está en desarrollo pero que ya arrojó resultados que “mueven el piso” de la astronomía solar y ahora, el “Daniel K. Inouve” logró Su primer al conseguir espectaculares imágenes del Sol que muestran facetas hasta ahora inéditas de la gran estrella formada hace casi 4600 millones de años y como nota en su repaso el sitio Technology Review, se trata de las fotografías de ese astro con mayor resolución que se hayan tomado hasta la fecha.

Especialistas coinciden que la información provista por este telescopio y la que proveerá, inauguran una nueva era en la astrología solar y nos acercan a la resolución de misterios de larga data ya que conocer más a fondo las características del Sol no es banal: servirá para saber más acerca de la Tierra.

En rigor, su estudio profundo, en especial de su energía magnética, permite saber por qué se producen fenómenos como las erupciones solares y el denominado “clima espacial” que tiene consecuencias en el funcionamiento de nuestras redes eléctricas, en los sistemas de aviación y de GPS, en los mecanismos satelitales, etcétera.

Inouye, un telescopio con potencial: la cautivante imagen, capturada el 10 de diciembre de 2019 y ahora divulgada, muestra una superficie dividida en celdas. Cada una de esas secciones agrietadas tiene una superficie mayor a toda España o similar al Estado de Texas, de EE.UU.

La imagen cubre un área de 36.500 x 36.500 kilómetros de la superficie del Sol y cada una de las celdas tiene aproximadamente 700 mil kilómetros.

“Vimos detalles pequeños sobre el objeto más grande de nuestro sistema solar”, comentó Thomas Rimmele, director del proyecto.

El telescopio solar “Daniel K. Inouye”, desde lo estrictamente técnico, aún está en construcción y se espera que las observaciones formales comiencen en julio de este año.

Tiene un espejo de 4 metros cuya forma se ajusta 2 mil veces por segundo, es el más grande de su especie, y está ubicado en la cumbre más alta del mencionado archipiélago y cuenta con una resolución es cinco veces superior a la de su antecesor, el telescopio “Richard B. Dunn”, ubicado en Nuevo México.

“DKIST”, por sus siglas en inglés, fue creado para realizar mediciones del campo magnético solar y otros instrumentos serán acoplados para recabar información relacionada a la velocidad, la estructura y la temperatura de la estrella.

Su objeto de estudio provoca que se caliente a altísimas temperaturas. Es por eso que, para enfriarlo, los investigadores utilizan una piscina de hielo y refrigerante que se distribuye en tuberías de gran extensión y las organizaciones que impulsan esta iniciativa, entre ellas la National Science Foundation de Estados Unidos (NSF), prevén que este telescopio se mantenga activo durante cerca de 44 años.

“Ahora estamos en la recta final de lo que fue un maratón muy largo. Estas imágenes son solamente el comienzo”, dijo el director del telescopio, Thomas Rimmele

“Desde que comenzamos a trabajar en este telescopio terrestre, esperamos con ansiedad las primeras imágenes y ahora podemos compartir (la información) más detallada de nuestro Sol hasta la fecha aunque el telescopio solar podrá mapear los campos magnéticos dentro de la corona, donde ocurren erupciones solares que pueden afectar la vida en la Tierra con lo que mejorará nuestra comprensión de lo que impulsa el clima espacial y, en última instancia, ayudará a los pronosticadores a predecir mejor las tormentas solares”, concluyó entusiasmado, France Córdova, directora de NSF.

Para ver cómo se mueve y escucha nuestro satélite, ingrese a https://thumbs.gfycat.com/ThoseImperturbableGroundhog-mobile.mp4

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