El “replicador”: nada que ver con lo que sabíamos de la impresión en 3D

En vez de construir objetos capa a capa, esta impresora nueva crea estructuras enteras proyectando luz sobre una resina que se solidifica y lo llamaron el “replicador” como homenaje a las máquinas de Star Trek que podían materializar casi cualquier objeto inanimado

Buenos Aires-(Nomyc)-Una impresora 3D que crea un objeto completo de una vez en lugar de construirlo capa a capa, como hacen los aparatos de fabricación aditiva actuales fue presentada hace unos días en una universidad en la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill, Estados Unidos, sobre lo que Joseph Simone, químico de la Universidad explica que “es un avance apasionante hacia la creación rápida de piezas bastante pequeñas y transparentes”.

El dispositivo, descrito el 31 de enero en Science, funciona como un escáner de tomografía computerizada pero al revés, explica Hayden Taylor, ingeniero eléctrico de la Universidad de California en Berkeley.

En las máquinas de tomografía computerizada, un tubo de rayos X rota alrededor del paciente y toma múltiples imágenes del interior del cuerpo, que un ordenador usa para reconstruir una imagen 3D.

El equipo comprendió que se podía invertir el proceso: dado un modelo por ordenador de un objeto 3D, calcularon qué aspecto tendría desde muchos ángulos diferentes y cargaron las imágenes 2D resultantes en un proyector de diapositivas ordinario y el proyector dirige las imágenes sobre un recipiente cilíndrico lleno de un acrilato, un tipo de resina sintética y a medida que se van proyectando las imágenes, que cubren 360 grados, el recipiente rota el ángulo correspondiente.

“Según va rotando el volumen, la cantidad de luz recibida por cualquier punto se puede controlar independientemente”, dice Taylor y agrega que “donde la cantidad total sobrepasa un cierto valor, el líquido se solidifica”.

Esto se da así porque en la resina hay una sustancia química que absorbe fotones y el acrilato se polimeriza en cuanto se alcanza cierto umbral, ya que las moléculas de la resina se entrelazan entre sí formando cadenas que crean un plástico sólido.

La exposición dura unos dos minutos para un objeto de unos cuantos centímetros de tamaño; el equipo recreó una versión de unos centímetros de alto de “El pensador” de Rodin.

El líquido remanente se retira y lo que queda es el objeto tridimensional sólido.

Según Taylor, “el proceso es más flexible que la impresión en 3D ordinaria ya que,  por ejemplo, puede crear objetos que encierren otros ya existentes” y agrega que “las estructuras resultantes tienen además superficies más lisas que las que se pueden obtener con las impresoras 3D corrientes, y eso podría venirle bien para la fabricación de componentes ópticos”.

Los autores señalan que el método podría usarse para la impresión de componentes médico.                                                                   Nomyc-28-2-19

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