El James Webb desplegó un componente clave para su supervivencia

El parasol lo protegerá de las inclemencias solares y del posible impacto de meteoroide

Buenos Aires-(Nomyc)-El telescopio espacial James Webb sigue poniéndose a punto para llegar a su destino listo para empezar a trabajar y si hace unos días se anunció del despliegue de su antena de transmisión, ahora lo hizo con el “parasol”.

El gran sucesor del “Hubble” tendrá una responsabilidad  enorme y por eso había que prepararlo todo a conciencia ya que No es fácil introducir un dispositivo tan grande en un cohete como el Ariane 5 que se usó para propulsarlo al espacio.

De hecho, sería prácticamente imposible si no fuese porque los ingenieros encargados de su desarrollo plegaron la mayoríade sus piezas, como si de una figurita de origami se tratara y ya en rumbo, pueden ir desplegando poco a poco cada una de sus piezas, como una flor que se abre en primavera. 

El despliegue del parasol es decisivo, no solo por la importancia que tendrá para su funcionamiento, sino porque tiene un gran tamaño y una estructura compleja, tanto para su plegamiento como para el despliegue posterior, lo que generó un proceso que  comenzó el 28 de diciembre y finalizó hace 2 días, el 4 de enero, según explicó la agencia espacial en un comunicado, aunque todo salió bien. 

Antes de los 6 meses que demorará en funcionar de manera definitiva, debe ir desplegando sus diferentes componentes ya que ahora mismo, el Telescopio Espacial es como esa persona que llega tarde a trabajar y aprovecha el viaje en tren para peinarse, maquillarse o incluso terminarse el desayuno.

Sobre el parasol: está compuesto por un total decinco capas, que se desplegaron de una en una durante varios días, están fabricadas a base de láminas de “kapton”, casi tan finas como un cabello humano, recubiertas de material reflectante.

El “kapton” es un material desarrollado en los años 60, que se mantiene estable en un rango muy amplio de temperaturas, por lo que sumando el efecto de cada una de las capas, se llega a conseguir un factor de protección solar de alrededor de un millón y además, se reducirá la energía que llega desde el astro rey de unos 200 kilovatios a aproximadamente una fracción de vatio.

En relación a su tamaño, mide unos 21 metros, un poco menos del largo de una cancha de tenis, estará siempre abierto y colocado entre el James Webb y la Tierra, la Luna y el Sol con el objetivo de protegerlo de las radiaciones de este último, ya que algunos de los instrumentos más sensibles del Telescopio Espacial necesitan encontrarse por debajo de los -380 grados Fahrenheit, es decir unos -229ºC, para su correcto funcionamiento. 

Pero el parasol, no solo cumplirá las funciones que indica su nombre, ya que también podrá minimizar los daños causados por el posible impacto de meteoroides, gracias al uso de costuras especiales para unir sus capas y al revestimiento con silicona de las láminas de “kapton”. 

Sin duda, es una pieza clave para el funcionamiento del James Webb, de ahí que se haya celebrado con ilusión su correcto despliegue, un despliegue en el que se usaron 139 de los 178 mecanismos de liberación con los que cuenta el telescopio espacial, así como 70 conjuntos de bisagras, 8 motores de despliegue, cerca de 400 poleas y 90 cables individuales que totalizan aproximadamente unos 400 metros de longitud. 

De esta manera, el Telescopio Espacial James Webb dio un paso más, al que en los próximos días se unirán otros como el despliegue de sus alas de espejo secundarias y primarias, la alineación de la óptica del telescopio y, por supuesto, la calibración de sus instrumentos científicos, por lo que aún queda mucho trabajo por hacer.

Nomyc-6-1-22

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