El Instituto de Oncología Ángel H. Roffo cumple sus primeros 100 años

Cada año atiende unas 100.000 personas en el que es el primer centro oncológico de América Latina y segundo en el mundo

Buenos Aires-(Nomyc)-El Instituto de Oncología “Ángel H. Roffo” el(IOAHR), primer centro especializado en el estudio, diagnóstico y tratamiento del cáncer en Latinoamérica, celebra sus primeros 100 años de historia con el liderazgo en la atención de pacientes oncológicos, además de ser un referente indiscutido en investigación y docencia.

“Desde sus inicios, y a medida que fue creciendo, se convirtió en un centro de alta complejidad y de derivación a nivel nacional, dedicado a la atención multidisciplinaria de pacientes oncológicos, por tener toda la tecnología asociada para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades oncológicas”, afirmó Adalberto Rodríguez, Director desde el 2012 del Área Técnica del IOAHR.

La obra emblemática del Dr. Roffo,“El Cáncer: una contribución asu estudio”, dio origen a la creación del instituto, luego de ser presentada en 1912 ante la Academia Nacional de Medicina por el Dr.Daniel Juan Cranwell, otra eminencia de la medicina de nuestro país.

La piedra fundamental del edificio se puso en 1914 en el terreno original de casi 4 hectáreas ubicado en Villa del Parque y cedido por la Facultad de Agronomía de la UBA, aunque comenzó a funcionar recién en 1922 como dispensario, bajo el nombre de ‘Instituto de Medicina Experimental’, tuvo dos inauguraciones, una de la Academia Nacional de Medicina y otra de la UBA, de quien depende hasta la actualidad”, relató Roxana del Águila, directora del IOAHR.

Con el correr de los años, se expandió con aportes privados y recursos votados por el Congreso de la Nación y hoy, el predio hoy incluye 13 pabellones, donde se atienden por año alrededor 100.000 pacientes mayores de 16 años, con diagnóstico oncológico, y se abren cerca de 190 historia clínicas mensuales y cuenta con alrededor de mil trabajadores entre personal médico y no médico.

“Con frecuencia, el paciente viene por una segunda opinión, derivado de otro centro o por propia iniciativa. Es evaluado por los especialistas y se define su ingreso al instituto o se envía una nota referente a la derivación”, aclaró Rodríguez.

Además y debido a que el instituto está dentro de los hospitales de gestión descentralizada, para atender a los pacientes sin cobertura de obra social o prepaga, se hacen convenios con los diferentes municipios para ayudarlos. 

Un siglo de avances en Oncología: el centenario del Roffo coincide con el siglo de los mayores avances de la medicina en toda la historia de la humanidad y, sin dudas, el instituto acompañó cada paso que dio la ciencia aplicada a la salud en materia de cáncer a través de investigación, docencia y aplicación de los diferentes abordajes terapéuticos que se fueron desarrollando en el mundo.

A grandes rasgos, los tres pilares de los tratamientos oncológicos son la cirugía, la terapia de rayos o radioterapia y los medicamentos como la quimioterapia, terapias dirigidas e inmunoterapia y, aunque persisten necesidades insatisfechas en determinadas áreas de la oncología, los tres pilares han evolucionado a lo largo del tiempo, permitiendo mejores resultados terapéuticos, que se han traducido en larga sobrevida y una mejor calidad de vida.

De la mano de la tecnología, la cirugía en cáncer avanzó, modernizándose para ser más precisa y, por tanto, más efectiva, y menos invasiva, impactando menos en la calidad de vida y mejorando los tiempos de recuperación y también se desarrollaron drogas para reducir el tamaño de determinados tumores y facilitar su extracción en aquellos sitios del cuerpo de difícil acceso.

Además, la radioterapia, que es uno de los tratamientos más antiguos, sigue vigente y aún hoy se asocia a más del 50 por ciento de cura de los pacientes, aunque las primeras máquinas radiantes aparecieron en el siglo XX, luego del descubrimiento de los rayos X en el siglo anterior que, aunque generaban grandes efectos adversos, se ha logrado mejorar sus efectos positivos y reducir los nocivos.

El IOAHR posee un acelerador lineal de última generación, que es el primero disponible en una institución pública y un equipo SPECT/CT, lo más avanzado en medicina nuclear, que permite un mejor seguimiento de diferentes tipos de tumores y sus metástasis, así como para la optimización de las dosis en los estudios de radioterapia.

El Hospital, en su tradición de encontrarse a la vanguardia de la investigación, integra un proyecto de protonterapia, que es la forma más avanzada de radioterapia, que utiliza haces de protones para el tratamiento de cáncer porque permite concentrar la entrega de la dosis terapéutica en el volumen tumoral, reduciendo los efectos secundarios sobre tejidos sanos.

“Es una iniciativa conjunta entre la Comisión Nacional de Energía Atómica, la Universidad de Buenos Aires, nuestro instituto y la empresa estatal rionegrina INVAP. La protonterapia es lo último que se conoce en esta materia, estamos sumamente entusiasmados y esperamos que el Centro Argentino de Protonterapia esté inaugurado en los próximos años”, resaltó Pereira.

La quimioterapia es la otra estrella de la primera etapa de los tratamientos del cáncer, que apareció en la década del 50 y desde entonces se la mira de reojo por ser drogas que atacan tumores y tejidos sanos por igual, con elevada toxicidad y un impacto severo sobre el organismo, con efectos indeseables como la pérdida de cabello, malestares digestivos, pérdida de peso y una disminución grande de las defensas y aunque parece una estrategia desactualizada, los médicos saben cómo y cuándo utilizarla y sigue siendo una aliada en el tratamiento del cáncer, en ocasiones con muy buenos resultados.

En la última década hubo cambios notables de la mano de la tecnología y los avances en biología molecular sobre lo que DavidPereira, oncólogo y radioterapeuta del IOAHRexplica“la oncología moderna se basa en la personalización de los tratamientos, con mejores mejores perfiles de seguridad”.

“Hasta hace bastante poco, un cáncer de pulmón, por ejemplo, era considerado y tratado, como una sola enfermedad, aunque hoy sabemos que en realidad existe un abanico amplio de subtipos a partir de las diferentes alteraciones genéticas que presentan los tumores, lo que determina estrategias terapéuticas igual de específicas y ese cambio de paradigma ha permitido lograr incrementos inimaginables en términos de años de vida ganados”, agregó Pereira.

Para que sea una realidad el abordaje personalizado, avanzó en paralelo el diagnóstico molecular, la técnica que permite determinar las alteraciones genéticas de los tumores y también hoy existe la biopsia líquida como alternativa a la tradicional, que en ocasiones puede ser algo invasiva para el paciente o no ser opción, ya que es una metodología más amigable, que de manera probable se masifique en el futuro.  

En relación al diagnóstico, el instituto se mantiene a la vanguardia de las últimas tecnologías y cuenta con el Mammi Breast PET, el primer equipo de alta precisión en América Latina, que permite discernir si determinadas lesiones muy pequeñas en las mamas son benignas o malignas.

Así como las terapias dirigidas representaron la revolución de la década pasada, en la actual lo está siendo la inmunoterapia, un abordaje innovador en el que el tratamiento estimula la respuesta inmunológica, un proceso que ya está en el organismo, para que contribuya a destruir al tumor.

Sobre Roffo y Helena Larroque: el Dr. Roffo nació en Buenos Aires el 30 de diciembre de 1881 y murió el 23 de julio de 1947, unos meses después de su alejamiento del instituto y fue profesor de la UBA entre 1912 y1935.

Sus teorías inéditas sobre la profilaxis del cáncer despertaron el interés general, ya que fue uno de los primeros científicos en demostrar el vínculo entre los alquitranes del tabaco y la generación de tumores.

Además, desde los años 30, se convirtió en un activista fervoroso el difundir sus descubrimientos y fue pionero en comprobar la relación entre el Cáncer y los Rayos UV.  

Recibió varios galardones internacionales, entre los que está el premio GuyAmerongen, del Comité de la Liga Francesa Contra el Cáncer y el Prix Barrante, de la Academia de Medicina de París y “estuvo muy cerca de ganar el Premio Nobel en tres oportunidades, pero fue olvidado en el tiempo”, aseguró del Águila. 

Al comenzar a trabajar en el instituto, que aún no llevaba su nombre, fue enviado a Europa junto a su mujer, Helena Larroque, quien fue coautora de gran parte de su labor, donde se reunieron con personalidades destacadas de la ciencia, entre ellas Marie Curie, de quien Helena fue ayudante y aprendieron cómo funcionaban los pocos hospitales oncológicos que había en Alemania y Francia y sobre la utilización de la radiación con fines terapéuticos.

Cuentan que Helenita, como se la llamaba cariñosamente, estudiaba medicina y trabajó siempre a la par de Roffo, aunque enfermó un año antes de recibirse. Su gran tesón fue fundamental para lograr la apertura del instituto y ella creó en 1921 la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (LALCEC).

“En estos primeros 100 años, el Instituto de Oncología ‘Ángel H. Roffo’ se mantuvo fiel a su propósito de investigar y educar sobre cáncer y es un orgullo que tenemos que saber cuidar y hacer crecer, como lo es la salud pública y todo lo que ésta representa para nuestro país”, concluyeron desde la institución.  

Nomyc-11-8-22

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