El Día Mundial del Sueño 2021: conciencia sobre los beneficios del sueño

El Día Mundial del Sueño 2021 está pensado para crear conciencia sobre el sueño como un privilegio humano que a menudo se ve comprometido por los hábitos de la vida moderna

Buenos Aires-(Nomyc)-En la fecha, también se hace un llamamiento a todos los profesionales del sueño para educar al mundo sobre la importancia del sueño y mejorar así la salud global bajo el lema “El sueño regular” y se basa en la promoción de sus beneficios ya que los estudios demostraron que las horas estables para acostarse y levantarse se asocian a una mejor calidad del sueño en todas las edades por lo que aquellas personas que duermen bien tienen mejor humor, rendimiento psicomotor y rendimiento académico.

La Unidad del Sueño del Hospital Universitari Sagrat Cor recomienda las siguientes pautas para dormir mejor: el bienestar en salud comprende los aspectos biopsicosociales de las personas, es decir, que para alcanzar una buena calidad de vida, se tienen que tener en cuenta distintos aspectos de la salud física, mental y emocional.

En las sociedades modernas, el estilo de vida afecta nuestra salud, y como consecuencia surgen diversas enfermedades que impactan sobre gran parte de la población, entre ellas, las enfermedades vinculadas al sueño, que incluyen tanto la falta de sueño como la mala calidad del mismo, y en el mundo se estima que, a lo largo de un año, entre un 30 y un 40 por ciento de la población adulta presenta alguna queja relacionada con el sueño.

Además, los cambios que se producen en nuestra vida cotidiana y nos afectan a la hora de conciliar el sueño están vinculados, entre otras cosas, al uso excesivo de la tecnología, no sólo por la cantidad de horas que muchas personas pasan frente a la pantalla o a los dispositivos móviles, sino porque su uso se ha extendido al horario nocturno, y ha modificado el tiempo que debemos destinar al sueño para alcanzar una mejor calidad del mismo.

Otros cambios en nuestra vida diaria que afectan el sueño, tienen que ver tanto con los hábitos relacionados a la alimentación, y los cambios en los horarios de las comidas; como con la utilización de horarios tardíos destinados a realizar actividad física, la intensidad de las luces que se utilizan en los hogares, la utilización de la computadora, el celular y la televisión en el dormitorio, los altos niveles de contaminación acústica en las ciudades en horarios nocturnos, y la extensión de actividades durante la noche.

Como consecuencia, los problemas relacionados al sueño pueden producir alteraciones en la memoria, la atención y la concentración, así como cambios de humo y también puede aumentar la tendencia a desarrollar enfermedades como la hipertensión, y aumento de peso corporal, entre otros.

Características del Sueño: un buen dormir, no siempre tienen que ser las “8 horas” incluye el paso por 5 etapas que, en caso de ser necesario, se registrarán en un estudio llamado “polisomnografía” que consiste en el control electroencefalográfico del dormir donde ese ven las etapas del sueño junto a la toma de distintos parámetros como la respiración por nariz y boca, la entrada de aire al estómago y la frecuencia cardíaca.

En situaciones normales la persona debe comenzar a dormir en la etapa 1, para continuar hacia la etapa 2, 3 hasta llegar a la etapa 5 que, en realidad se denomina etapa REM, por sus siglas en inglés, que significa de Movimiento Rápido de Ojos, ya que en la misma estos parpadean de manera muy velos.

En esta última etapa es donde se descansa de manera real, profunda y también donde se sueña, por lo que solo nos acordaremos del sueño en el caso de haberse despertado durante esta etapa, es decir, mientras soñamos.   

Una vez que se llega a la última etapa, la REM, el ciclo de sueño no recomienza en la etapa 1, sino que lo hace en la etapa 2 o 3 por lo que el ciclo será más corto por lo que se puede repetir varias veces por día.

Según la Asociación Argentina de Medicina del Sueño la falta de sueño puede provocar “menor rendimiento escolar o laboral”; dificultades para mantener la concentración o atención”; “mayor riesgo de accidentes”; “tendencia al sobrepeso o la obesidad”; dolores o alteraciones digestivas, calambres o alteraciones hormonales”.

Además, desde la misma organización advierten que las “apneas” o pausas respiratorias que provocan micro-despertares que disminuyen la capacidad de descanso, son un factor de riesgo cardiovascular; tener somnolencia durante el día “no debe” considerarse normal, el insomnio afecta la calidad de vida por lo que su evaluación y tratamiento son muy importantes y que la calidad el sueño puede verse afectada por distintos medicamentos, el consumo de alcohol o de tabaco.

Algunas recomendaciones para mejorar la calidad del sueño:

  • Establecer horarios regulares de sueño y, si existe dificultades en la conciliación, evitar el sueño diurno
  • No utilizar pantallas como computadoras, celulares, televisión) en la habitación.
  • Las comidas más importantes son el desayuno y el almuerzo. No ingerir comidas pesadas en la cena.
  • Evitar el uso de sustancias estimulantes, con contenido de cafeína por la tarde-noche. El alcohol no mejora la calidad de sueño, por el contrario, es una sustancia fragmentadora del sueño.
  • La actividad física es mejor no realizarla cerca de la hora en se va a dormir.
  • Las luces de la casa luego del atardecer deben ser cálidas y preferentemente localizadas.
  • Evitar contaminación acústica luego del atardecer.

Enfermedades ligadas al Sueño:

Apneas de Sueño: La prevalencia en la población general aceptada tradicionalmente es de 3.1 a 7.5 por ciento en varones y 1.2 a 4.5 por ciento en mujeres pre-menopáusicas y en mujeres post-menopáusicas la prevalencia se equipara a la de los hombres.                                                                                                              

En una revisión de estudios epidemiológicos del año 2015, la prevalencia promedio de AOS fue de 22 por ciento en hombres y 17 por ciento en mujeres, en tanto que para el SAHOS la media estimada fue de 6 por ciento en hombres y 4 por ciento en mujeres

Insomnio: se estima que, a lo largo de un año, entre un 30 y un 40 por ciento de la población adulta presenta alguna queja relacionada con el sueño, aunque esta prevalencia puede variar desde un 1,2 por ciento hasta un 48 por ciento, dependiendo de la forma de captación de los participantes y de si se limita a pacientes diagnosticados como insomnes, o incluyen los que tienen síntomas relacionados con este.

Movimiento periódico de las piernas: la prevalencia del la enfermedad es de un 11 por ciento y de manera habitual se presenta en mayores de 50 años y aumenta su prevalencia con la edad.

Sonambulismo: Se estima que la prevalencia en la población en general es entre 1 y 15 por ciento y el comienzo o la persistencia del sonambulismo en adultos es común y usualmente no está asociado con ningún problema psiquiátrico o psicológico.

La falta de sueño, el uso de agentes sedativos, que incluye el alcohol, otros medicamentos, y enfermedades febriles de manera  particular en niños, pueden precipitar el caminar dormido y la prevalencia total para el sonambulismo y los terrores nocturnos, es del 14.5 al 39.8 por ciento y del 8.9 por ciento, con un rango de edad de 15 a 24 años.

Parálisis de Sueño: tiene una prevalencia en la población en general va desde 0,3 a 29 por ciento, de parálisis del sueño aislada y asociada a la narcolepsia, con la que forma la tetrada narcoléptica, en un 30 al 50 de casos, de manera aproximada.

Nomyc-19-3-21

« Volver