Edema Macular Diabético: la importancia del diagnóstico precoz para no perder la visión

La enfermedad es una de las principales causas de ceguera en personas diabéticas de entre 40 a 65 años a nivel mundial y se calcula que el 25 por ciento de los pacientes diabéticos pueden desarrollar problemas visuales

Buenos Aires-(Nomyc)-El Edema Macular Diabético (EDM) es una enfermedad causada por la diabetes que produce daño en la retina y aumenta la permeabilidad de los vasos sanguíneos del ojo, lo que provoca la filtración de fluidos y sangre a la retina, produce hinchazón en la mácula, responsable de la visión central y detallada por lo que impide que el paciente pueda ver de manera  correcta.

El aumento de la permeabilidad es un efecto de la liberación de sustancias inflamatorias debido al daño causado por el avance de la diabetes, por lo cual el desarrollo del Edema está asociado a la falta de control de la patología de base y aunque la mayoría de los adultos que padecen diabetes están diagnosticados, en el caso de los jóvenes, la patología suele presentarse de manera abrupta, por lo que el conocimiento de los síntomas y consecuencias de la enfermedad son importantes para evitar otras complicaciones, como el EDM. 

Anat Loewenstein, directora del Departamento de Oftalmología de la Universidad de Tel Aviv, señaló sobre el tema que “la enfermedad se desarrolla de forma más agresiva cuando se presenta en edad temprana, por lo que es más peligrosa, mientras que en personas adultas es común que tengan la enfermedad durante mucho tiempo sin saber que la padecen, por lo tanto, cuando diagnostican un tipo de diabetes ya desarrollaron consecuencias oftalmológicas.”

Durante la última década se produjeron grandes adelantos en los tratamientos para frenar el avance del edema maculas diabético, ya que hasta ese entonces la única opción era la cirugía láser; que se utilizaba para eliminar las filtraciones de fluidos. Hoy en día también se puede aplicar un tratamiento farmacológico.

“El láser se utiliza solo en los casos donde el edema se encuentra lejos del centro del ojo, ya que aumenta el riesgo de pérdida de la visión”, señaló Dinah Zur, oftalmóloga del hospital Sourasky de Tel Aviv.

Aunque la perdida de la agudeza visual es irreversible, cuando el paciente realiza el tratamiento correcto para tratar la diabetes, tiene un 95 por ciento de posibilidad de estabilizar su visión e impedir el avance y para seleccionar el mejor tratamiento se tienen en cuenta un conjunto de factores relativos a la predisposición del paciente y las enfermedades previas que pueda tener y la primera opción es comenzar con la aplicación del agente anti-VEGF cuyo objetivo es frenar los químicos que producen las filtraciones en el ojo.

 “Si bien es el primer tratamiento que se recomienda, cerca del 40 por ciento de los pacientes no responden a los Anti VEGF y en esos casos, se persigue otro tipo de tratamientos, como el uso de esteroides” explica Matías Iglicki, profesor e investigador de la UBA.

La aplicación de los Anti-VEGF se realiza de manera mensual durante por lo menos un año y luego va mermando su aplicación hasta los tres años.

“Si la persona no está dispuesta a realizar estos controles o de acudir al médico para realizarse las inyecciones de Anti-VEGF se recomienda el uso del implante de esteroides que no requiere visitas mensuales para su aplicación y también se debe considerar si el paciente tuvo un evento cardíaco severo como un infarto ya que puede ser riesgoso para su salud” explica Loewenstein.

Otro tratamiento por el que se puede optar es el uso de implantes de esteroides y sobre este Iglickl explicó que “estos se inyectan del mismo modo que el agente Anti-VEGF pero tienen un efecto más duradero, por lo que solo se realiza cada cuatro meses y le permite al paciente tener una vida normal durante este tiempo”.  

Con este tipo de implantes solo se debe concurrir a un control médico posterior a la intervención y prestar atención a aquellos signos de perdida visual hasta la nueva consulta. 

“Es importante que los pacientes asistan a las consultas mensuales porque luego de dos o tres años se puede dar por terminado el tratamiento, pero es necesario realizar controles para controlar la reaparición del edema”, agrega Loewenstein.

Por último, Iglicki resaltó que “es importante que se haga un diagnostico en tiempo y forma para comenzar a tratar el edema lo antes posible así la posibilidad de mejora es mayor y la dificultad para diagnosticarlo no está en la tecnología, sino en que las personas no acuden a las consultas y no se controlan la glucosa”.                                                                                                                                                            Nomyc-31-7-18

 

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