Día Mundial del Agua 2017: “Aguas residuales, ¿por qué desperdiciar agua?”

La reutilización del líquido que permite el desarrollo de la vida toma relevancia debido al enorme derroche que se produce todos los días

Buenos Aires-(Nomyc)-El lema de este año tiene que ver con  la idea de reducir y reutilizar las aguas residuales que es el objetivo 6.3 de los “Objetivos de Desarrollo Sostenible” (SDG) que indica “mejorar la calidad del agua, reducir la contaminación, eliminar los vertidos y minimizar la liberación de productos químicos y materiales peligrosos, reducir a la mitad el porcentaje de aguas residuales no tratadas y aumentar sustancialmente el reciclaje y la reutilización segura del agua”.

Este objetivo también contribuye a conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible sobre la salud y el bienestar (SDG 3); la seguridad del agua y el saneamiento (SDG 6); la energía sostenible y limpia (SDG 7); las ciudades y comunidades sostenibles (SDG 11); la vida bajo el agua (SDG 14) y la vida en la tierra (SDG 15) entre otros.

Hasta el día de hoy, más de 663 millones de personas viven sin suministro de agua segura cerca de su casa, pasan innumerables horas haciendo colas o caminando a fuentes lejanas y haciendo frente a los impactos en la salud del uso de agua contaminada.

De manera global, más del 80 por ciento de las aguas residuales vuelve a fluir hacia el ecosistema sin ser tratadas o reutilizadas; 1.800 millones de personas utilizan una fuente de agua potable contaminada con heces con el riesgo de contraer enfermedades como cólera, disentería, fiebre tifoidea o poliomielitis por lo que se provocan unas 842 mil muertes cada año.

En 2050, cerca del 70 por ciento de la población mundial vivirá en ciudades, en comparación con el 50 por ciento actual y hoy en día, en la mayoría de las ciudades de los países desarrollados existe infraestructura y recursos adecuados para abordar la gestión de las aguas residuales de manera eficiente.

Las oportunidades de aprovechar las aguas residuales como un recurso valioso son enormes ya que la gestión de las aguas residuales es una fuente valedera y sostenible de agua, energía, nutrientes y otros materiales recuperables.

El costo del tratamiento de estas aguas es muy inferior a los beneficios que esto conlleva para la salud humana y el desarrollo y la sostenibilidad ambiental, proporcionando nuevas oportunidades de negocio y la creación de empleo verde.

En 2030, se espera que la demanda mundial de agua crezca un 50 por ciento y la mayor parte de esta demanda será en ciudades, por lo que es imprescindible un nuevo enfoque para el tratamiento de las aguas residuales.

Las aguas residuales son también un recurso potencial y su uso o reciclado después de un tratamiento adecuado puede tener beneficios económicos para la industria. Las aguas residuales pueden utilizarse dentro del propio negocio o entre varias empresas a través de la “simbiosis industrial”.

El consumo de agua industrial es responsable del 22 por ciento del uso mundial del agua,  según UN-Water, 2012 y en 2009, en Europa y América del Norte, el consumo de agua fue del 50 por ciento en comparación con entre el 4 y el 12 por ciento de los países en desarrollo. Se espera que la industrialización de esos países se multiplique por cinco en los próximos 10 a 20 años.

Además, es importante reconsiderar el tratamiento de aguas residuales para su uso en la agricultura ya que el uso de fertilizantes químicos y plaguicidas ha aumentado en los últimos años, tanto en la agricultura industrial como en la pequeña, en parte, para ayudar a maximizar los rendimientos de las explotaciones agrícolas para hacer frente a una fuerte demanda.

La contaminación de las aguas subterráneas y superficiales por el empleo de aguas residuales no tratadas o tratadas inadecuadamente es un tema importante en muchos países en desarrollo donde se practica tal riego.

El tratamiento y reutilización adecuados de aguas residuales contribuiría a una mayor seguridad alimentaria y a generar nuevas fuentes de agua y nutrientes y puede crear trabajos directos e indirectos en sectores dependientes del agua.

Más cifras                                                                                                                                                                                                               Por año se derrochan 50 mil litros del recurso preciado; lo que representa a nivel país y únicamente en hogares un despilfarro anual de 2.100 millones de metros cúbico a nivel mundial.

En relación al panorama nacional, cerca de siete millones de argentinos, el equivalente al 17 por ciento de la población, no tiene acceso a agua potable según cifras del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda de la Nación.

La cifra asciende a un 21 por ciento de acuerdo al criterio de organizaciones no gubernamentales. La estadística se encrudece en zonas de pobreza extrema, donde la restricción puede alcanzar al 100% de sus habitantes.

Un reporte elevado por la Fundación Vida Silvestre, que lanzó en honor a la efeméride mundial un corto bautizado “102 Millones” que brega por la promoción de conciencia sobre la problemática del recurso más preciado del mundo.

El agua o sus enfermedades relacionadas al nulo acceso al agua potable causan más muertes que el virus del Sida y los siniestros automovilísticos: provocan el deceso de 3,5 millones de personas al año en todo el mundo.

La organización WWC denuncia que 319 millones de subsaharianos, es decir un 32 por ciento del total, 554 millones de asiáticos lo que representa un 12,5 por ciento y 50 millones de latinoamericanos, es decir un 8 por ciento del total, no tienen acceso a agua potable.

La entidad mundial que propone crear conciencia sobre la visceral problemática del agua acuñó una frase abismal “Sin agua no hay vida, alimentos ni desarrollo. Sin agua ni los países ni las sociedades pueden desarrollarse económica, cultural, social o políticamente”.                        Nomyc-22-3-17

 

 

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