Día  Mundial de la Hipertensión Arterial

Esta es una de las principales “Enfermedades Silenciosas” ya que no suele presentar síntomas aunque según datos del  año 2012 afecta a un 33 por ciento de la población del país aunque un gran porcentaje lo desconoce  

 

Buenos Aires-(Nomyc)-La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra la pared de las arterias cuando es bombeada desde el corazón,  existe una presión arterial sistólica –popularmente conocida como “la máxima” y una presión arterial diastólica –popularmente conocida como “la mínima”. El valor normal de presión sistólica es de hasta 120-129 Milímetros de Mercurio (mmHg) y el valor normal de presión diastólica es de hasta 80-84 mmHg, en un adulto sano.

La hipertensión

Se considera que un paciente tiene hipertensión arterial (HTA) cuando en tres ocasiones diferentes presenta cifras mayores de 140/90 mmHg medidas en el consultorio o, cuando en un monitoreo ambulatorio de la presión arterial (presurometría) el promedio de las 24 horas es mayor de 130/80 mmHg.

Las agrupaciones internacionales de especialistas en el tema han establecido recomendaciones para grupos especiales de pacientes; así, en el caso de personas que padecen diabetes, enfermedades cardíacas o renales, o han presentado un accidente cerebrovascular se recomiendan cifras más bajas como valores máximos aceptables de presión arterial.

Clasificación de la enfermedad según las recomendaciones de la Sociedad Argentina de Hiptertensión Arterial

Categoría

Normal hasta 120-129 y buy valacyclovir online hasta 80-84

Limitrofe 130-139/85-89

HTA Grado o Nivel 1 140-159/90-99

HTA Grado o Nivel 2 160/100

HTA Sistólica aislada 140-90

A nivele estadístico y según datos del Registro Nacional de Hipertensión Arterial (RENATA) del año 2012 en el país hay, sobre un total de 4.006 individuos encuestados, con buy Cytotec cheap una edad promedio de 43,7 años, una prevalencia de HTA del 33,5 por ciento y fue mayor en hombres que en mujeres con un 41,7 por ciento versus un 25,7 por ciento. Además, el 37,2 por ciento desconocía su enfermedad, divido en un 44,66 por ciento de hombres y un  25,9 por ciento de mujeres.

En cuanto al tratamiento, de los datos surge que el 56,2 por ciento de los consultados hipertensos estaban tratados pero sólo el 26,5 por ciento de ellos se encontraban bien controlados, casi el 20 por ciento de hombres y un 36,8 por ciento de mujeres.

 

Mecanismos de aumento de la presión arterial

Un medicamento puede anular los beneficios de otros empleados para tratar la hipertensión. Tal es el caso, por ejemplo, de los antiácidos que deben tomarse con precaución ya que cubren la mucosa del estómago e impiden la absorción de los medicamentos antihipertensivos. También algunos preparados contienen sodio, y la ingesta de sodio está restringida en los pacientes hipertensos.

Los antiinflamatorios no esteroides, empleados en forma crónica, pueden causar aumento de la presión arterial al inhibir la producción de sustancias de acción vasodilatadora –prostaglandinas–, estimular la producción de sustancias vasoconstrictoras –endotelina–, y aumentar de la retención de sodio y agua.

Los antigripales y descongestivos suelen contener efedrina, seudoefedrina o fenilefrina y, aún Albendazole online cuando se administren en gotas nasales, producen vasoconstricción y pueden aumentar la presión arterial.

Varios de los medicamentos que se indican para aliviar el dolor de cabeza contienen derivados de la ergotamina que están contraindicados en las personas hipertensas. Además, el dolor de cabeza es, precisamente, un síntoma frecuentemente causado por un aumento de la presión arterial.  Por lo tanto, se recomienda siempre medirse la presión antes de tomar cualquier medicamento para aliviarlo.

Las pastillas para adelgazar, en particular las recetas magistrales, que de manera  incorrecta son llamadas preparados homeopáticos, suelen contener múltiples medicamentos como los que los son los utilizados para tratar hormona tiroidea, anfetaminas y diuréticos, y el efecto secundario común a todos ellos es el aumento de la presión arterial.

Los anticonceptivos orales pueden producir HTA en un 5 por ciento de las mujeres, en particular en aquéllas con sobrepeso, mayores de 35 años o que han tenido HTA durante el embarazo. Es por esta razón que siempre se debe consultar con el médico la conveniencia de usar este método de planificación familiar.

Mucho se ha hablado de los riesgos cardiovasculares de la “pastilla azul” usada para la disfunción eréctil. Si bien su acción disminuye ligeramente la presión arterial, se recomienda en pacientes hipertensos de alto riesgo, según los treat adenoma of prostate criterios definidos en el VI Informe del “Joint National Committee” realizar una evaluación cardiológica.

El peligro consiste es que se produzca disminución de la presión causada por la coincidencia con el uso de where can i buy Plavix drogas hipotensoras, o una reacción de hipertensión. Los hombres con afecciones cardiovasculares, hipertensos siempre deben consultar al médico para confirmar si pueden usar este tipo de medicamentos.

Reducción

Una de las mayores dificultades para determinar los mecanismos involucrados en el aumento de la presión arterial radica en el gran número de sistemas que contribuyen a su purchase Lamisil online regulación. Ello explica por qué en el 90 por ciento de los casos no se logra identificar la causa de la enfermedad y se la llama hipertensión primaria o esencial.

Factores que favorecen el desarrollo de hipertensión esencial
Pertenencia a ciertas etnias como por ejemplo la afroamericana
Sobrepeso u obesidad
Exceso de sal en la dieta
Antecedentes familiares de hipertensión arterial
Diabetes
Tabaquismo

Cuando la HTA es causada por alguna enfermedad, medicamento o droga se la denomina Hipertensión Secundaria y sus causas suelen ser:

Causas de hipertensión secundaria
1. Embarazo
2. Enfermedades renales
3. Consumo de cocaína
4. Tratamiento con corticoides con altas dosis y por tiempo prolongado
5. Tumores (feocromocitoma)
6. Medicamentos para la migraña, anfetaminas, aniticonceptivos orales o descongestiuvos

Tratamiento

El objetivo del tratamiento es reducir la presión arterial a las cifras normales y mantener estas cifras estables a través del tiempo. La primera acción a realizar es  adoptar hábitos de vida saludables: realizar actividad física, bajar de peso si corresponde y seguir una dieta con poca sal o empleando sales con bajo sodio;, además de suspender el consumo de tabaco y moderar la ingesta de alcohol.

Aunque existen numerosos medicamentos disponibles, debe ser el médico quien seleccionará el más adecuado para cada paciente; muchas veces es necesario tomar dos o más medicamentos, porque es mayor la eficacia de las combinaciones que las dosis elevadas de uno de ellos de manera individual.

Además, esta enfermedad tiene algunos mitos que los especialistas se encargan de aclarar:

Mito 1:“Puedo comer alimentos light libremente y no engordar”
Respuesta: Antes que nada, es importante aclarar que un producto light es aquel que ha sido reducido en al menos un 25 por ciento en el contenido de calorías o en algún nutriente como carbohidratos, grasas totales, grasas saturadas, colesterol y sodio.
El hecho de que un alimento sea “light” no significa necesariamente que sea reducido en calorías. Por ejemplo, el dulce de leche light ha sido reducido en grasas pero tiene el mismo aporte de calorías debido a que posee un mayor porcentaje de hidratos de carbono. Por eso, es necesario que en el rótulo se especifique si está reducido en calorías o en algún nutriente y cuál es el porcentaje de reducción.
“Es un error muy común sobrepasarse en la ingesta de productos light pensando que no engordan y, en esos casos, la persona termina consumiendo más calorías que si hubiera elegido la versión tradicional”, explica Sebastián Laspiur, director de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades No Transmisibles de la cartera sanitaria nacional.

Mito 2: “Para bajar de peso es necesario eliminar el pan y las pastas”
Respuesta: Este mito surgió a partir de la creencia popular de que los hidratos de carbono engordan y que los tenemos que suprimir si queremos bajar de peso.
Los hidratos de carbono son la principal fuente de energía y, al restringirlos, podemos sentir cansancio, fatiga, irritabilidad y menor resistencia cuando se realiza actividad física. Por eso, lo importante es controlar el tamaño de las porciones.

“En el caso de las pastas, por ejemplo, lo ideal es combinarlas con verduras cortadas en juliana, que pueden ser cocinadas al wok, o si las queremos consumir con salsa, es importante que sea liviana, de tomate, en lugar de las de cuatro quesos o de crema”, detalla Emilia Barrionuevo, nutricionista del equipo del Plan Argentina Saludable.

Mito 3: “Para bajar de peso no tengo que mezclar carne con papas o pastas”
Respuesta: Esta es una afirmación que carece de evidencia científica, ya que el aparato digestivo cuenta con enzimas capaces de digerir al mismo tiempo los hidratos de carbono y las proteínas y, por otra parte, al combinar estos nutrientes, la comida brinda mayor saciedad.

Mito 4: “Para bajar de peso tengo que abandonar todos los dulces”
Respuesta: Los alimentos, además de nutrientes, nos brindan placer, por lo tanto, no es recomendable eliminarlos completamente. Se pueden consumir productos dulces siempre y cuando sean en la porción justa y, para lograrlo, se deben seleccionar aquellos que se venden por unidad.
“Cuando prohíbo un alimento, aumentan mis deseos de consumirlo. Entonces, si en lugar de prohibirlo lo incluyo dentro de mi alimentación, el deseo disminuye porque sé que al otro día puedo volver a consumir una porción”, acara Barrionuevo.

Mito 5: “Tengo que comenzar la dieta el lunes”

Respuesta: Esta es la clásica frase con la que postergamos la acción, dejando para después algo que podríamos comenzar hoy.

“Muchas personas que quieren bajar de peso comienzan la dieta el lunes a la mañana y la terminan a la noche, o adelgazan de lunes a viernes y suben de peso los fines de semana”, analiza Barrionuevo y agrega: “un desafío que nos podemos plantear es tomar la decisión de cuidarnos a partir de la próxima comida. No es necesario comenzarla un lunes”.

Mito 6: “Si quiero bajar de peso tengo que pasar hambre”
Respuesta: Seguir dietas muy bajas en calorías, como las que están de moda, no se puede sostener en el tiempo, por lo que llevan a recuperar el peso perdido. Además, el gasto energético disminuye y el metabolismo de las personas se hace más lento.

En la misma línea, Barrionuevo explica que “cuando pasamos períodos de hambre, el organismo detecta esa falta de alimentos y para lograr su objetivo, que es comer, aumentan los niveles de una hormona llamada grelina, conocida como la hormona del hambre, que hace que tengamos ganas intensas de comer. Entonces, para que esta hormona se mantenga en niveles normales no deben pasar grandes períodos de tiempo sin ingerir alimentos”.

Además, estas dietas tienen como objetivo el adelgazamiento rápido, que lleva a la persona a perder más músculo que grasa. “Si se baja un 1 por ciento por semana, se pierde alrededor de un 75 por ciento de grasa y 25 por ciento de músculo. Si se supera esa velocidad, se pierde alrededor de 50 por ciento de cada uno”, detalla por su parte Jonatan Konfino, coordinador del Plan Nacional Argentina Saludable.

Mito 7: “Comer sólo frutas durante el día es una buena alternativa para bajar de peso”

Respuesta: Ningún plan basado en un solo grupo de alimentos puede tener éxito. La alimentación debe ser variada y completa. Para eso, es necesario consumir frutas, verduras, carnes y legumbres en proporciones equilibradas. 

Una dieta exclusiva en frutas, como por ejemplo la dieta de la manzana, debilita al organismo y provoca el efecto contrario al deseado una vez que se la deja de consumir.

Mito 8: “No debo cenar porque engorda” 
Respuesta: Esto no es así, ya que el motivo que realmente provoca un aumento de peso es consumir mayor cantidad de calorías que las que se gastan a lo largo de todo el día, y nada tiene que ver con el momento del día en que se come. Por eso, es importante no saltear ninguna comida, ya que esto disminuye el metabolismo –el organismo quemará menos calorías–, y hace que la persona llegue a la siguiente comida mas hambre.

Automedicación

La automedicación se define como el hábito de administrar o tomar medicamentos con intención de ejercer un efecto terapéutico, por decisión propia o por consejo de personas que no tienen conocimientos adecuados para indicar el uso de medicamentos.

El concepto abarca dos situaciones distintas como son el uso de medicamentos de venta libre y el uso de medicamentos de venta bajo prescripción llamado por algunos “autoprescripción” ya sea por irresponsabilidad del vendedor de la farmacia que no solicita la receta correspondiente o por “aprovechar medicamentos que quedaron guardados en el botiquín” o que otras personas “nos regalan”.

Existe, no obstante, la llamada “automedicación responsable” que consiste en utilizar “medicamentos de venta libre” para tratar síntomas menores y únicamente por un tiempo breve y en forma esporádica.

Sin embargo, tampoco estos medicamentos son 100 por ciento seguros, todos tiene efectos secundarios y a veces la automedicación retrasa el diagnóstico, aumenta el riesgo de realizar un diagnóstico incorrecto, o se enmascara, prolonga o agrava una enfermedad. Muchos medicamentos autoprescriptos pueden aumentar la presión arterial, en especial en personas que ya son hipertensas.

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