Descubren un pueblo que no tuvo contacto con la civilización

Fue en la pluriselva de Brasil y pese a evitar el contacto con pobladores modernos estos los amenaza

Buenos Aires-(Nomyc)-En la frontera entre Brasil y Venezuela se extiende una reserva, tan grande como Portugal, en la que se protege al pueblo indígena de los yanomami y a su forma de vida que cuenta con unos 22 mil yanomami, algunos de los cuales todavía no han entrado en contacto con la llamada civilización.

La confirmación se realizó mediante imágenes tomadas por un sobrevuelo que ha realizado el organismo de protección de los indígenas de Brasil, el FUNAI, publicadas a mediados de noviembre por Survival International.

En la aldea fotografiada desde el aire viven más de cien personas que pertenecen a uno de los tres grupos de Yanomami de la reserva con los que aún se han entrado en contacto.

El análisis de las imágenes indica que estos Yanomami ni siquiera tienen algún contacto con los bienes industriales por mediación de las aldeas vecinas. Los científicos de FUNAI no encontraron ningún indicio de utensilios metálicos, machetes o ropas modernas.

Sin embargo, los miembros de esta comunidad, llamados los “Moxihatema”, están sanos y bien alimentados, como testimonian también los amplios huertos alrededor de su aldea circular.

Pese a lo aislado de la región, el futuro de este pueblo está amenazado, advierte el portavoz de la Asociación Yanomani Hutukara ya que varios miles de buscadores ilegales de oro han penetrado en los últimos meses en la reserva con el empeoramiento de la crisis económica.

Al mismo tiempo, el Estado redujo mucho el presupuesto del organismo protector FUNAI, que así solo puede ejecutar sus tareas inadecuadamente y los conflictos entre indígenas y buscadores de oro o leñadores, y a menudo acaban mortalmente, también para los intrusos, están en aumento. En las últimas semanas las flechas de los yanomami han matado a varios buscadores de oro.

También amenazan a los Yanomami las enfermedades invasoras y el mercurio, necesario para la obtención del oro. Junto con los militares y la policía, el FUNAI intenta desde octubre expulsar de la reserva a los mineros; han sacado de la zona ya a unas mil personas.

Estos éxitos, sin embargo, suelen ser efímeros: los buscadores de oro cuentan con el apoyo de políticos y empresarios locales, según dice las Asociación Yanomami Hutukara. La colonia de buscadores más cercana está solo a unos 25 kilómetros de la comunidad moxihatema y disfruta incluso de una pista de aterrizaje, lo que puede dificultar una supresión duradera de las actividades mineras.                                             Nomyc-27-12-16

 

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