Descubren que Ötzi, el hombre de hielo, era muy diferente a lo que se creía: fue moreno de piel, con ojos oscuros y calvo

Su ADN señala, además, que estuvo aislado de las poblaciones del norte y oeste de nuestro continente, ya que los Alpes, donde vivió, jugaron el papel de barrera natural

Buenos Aires-(Nomyc)-Su momia natural es la más antigua de Europa y también una de las más estudiadas, aunque todavía revela nuevos secretos desde que en septiembre del 91 cuando unos excursionistas alemanes paseaban por los Alpes de Ötzal, en la frontera entre Austria e Italia y a una altura de 3.200 metros les sorprendió un bulto en el suelo y al acercarse, vieron el pequeño cuerpo de un hombre.

Pensaron, al igual que las autoridades cuando llegaron a la zona, que quizá se trataba de un antiguo alpinista que había perecido en la montaña, pero la sorpresa fue mayúscula cuando, al datar los restos momificados de aquella persona, se descubrió que tenía alrededor de 5.200 años.

No sería el único secreto que revelaría: se sabe que falleció por una muerte violenta, que iba vestido con piel de oso y cuero y hasta su última cena y ahora, más de tres décadas después, aún brinda nueva información y sus genes, indican que era más moreno de piel de lo que se pensaba, calvo y que su pueblo estaba mucho más aislado de lo que apuntaban las primeras teorías, según la investigación que fue publicada en la revista ‘Cell Genomics‘.

Bautizado como “Ötzi”, el hombre de hielo, es la momia más antigua de Europa, sus restos, que se conservan en el Museo Arqueológico del Tirol del Sur, Italia,y hasta ahora revelaron que se trataba de un hombre de unos 45 años que no llegaba a los 160 centímetros de altura y pesaba unos 50 kilos y las primeras reconstrucciones señalaban a que era una persona peluda, más bien blanca de piel y con los ojos claros.

Estudios posteriores señalan que tenía el iris marrón, pero este nuevo estudio, el más completo en lo genético, revela que tenía una cabeza calva y mostraba una coronilla reluciente y también, que el oscurecimiento de su piel no es debido al paso del tiempo, sino que seguramente fuese bastante moreno.

“Este es un resultado que también podría explicar por qué casi no se encontró cabello en la momia”, afirmó el antropólogo Albert Zink, coautor del estudio y director del Instituto de Investigación Eurac para Estudios de Momias en Bolzano.

“Además, se pensaba que la piel de la momia se había oscurecido durante su conservación en el hielo, pero ahora vemos que es en gran parte el color de piel original de Ötzi, lo que también es importante para la correcta conservación de la momia” continúa el investigador.

Por otro lado, el genoma del hombre de hielo contiene genes que predisponen a la obesidad y a diabetes tipo 2, aunque  estos factores no se activaron, de manera probable, debido a una vida activa y saludable.

Ötzi vivió en un lugar aislado: la composición genética de la mayoría de los europeos actuales es el resultado de la mezcla de tres grupos ancestrales: los cazadores-recolectores occidentales se fusionaron de forma gradual con los primeros agricultores que emigraron de Anatolia, la zona donde hoy está Turquía, hace unos 8 mil años; más tarde, hace unos 4.900 años, se les unieron pastores esteparios de Europa del Este.

El primer genoma, creado en 2012, revelaba rastros genéticos de estos pastores esteparios, aunque sin embargo, el nuevo estudio señala lo contrario, y achaca a una contaminación de las muestras con ADN moderno.

“Desde ese primer estudio, no solo las tecnologías de secuenciación han avanzado enormemente, sino que se han decodificado por completo muchos más genomas de otros europeos prehistóricos, a menudo a partir de hallazgos de esqueletos”, señalan los autores.

Esto permitió comparar el código genético de Ötzi con el de sus contemporáneos, por lo que entre los cientos de primeros europeos que vivieron al mismo tiempo que Ötzi y cuyos genomas y ahora están disponibles, el del hombre de hielo tiene más ascendencia en común con los primeros agricultores de Anatolia que cualquiera de sus homólogos europeos.

Es decir, este hombre vivió hace 5.200 años aislado de manera relativa, del resto de europeos de su tiempo que habitaron el norte y el oeste de los Alpes, seguramente porque esta cordillera montañosa ejerció de barrera natural, proponen los autores.

Debido a esto, los investigadores señalan que “Ötzi puede no representar a las personas que vivían hace cinco milenios en nuestro continente, aunque `para responder a esa pregunta, los estudios futuros deberán analizar más individuos de la misma región y periodo de tiempo´”.

La última cena y una muerte violenta: Ötzi es una de las momias más estudiadas de la historia, ya que las anteriores investigaciones revelaron que murió desangrado tras ser atravesado por la espalda por una flecha lanzada a gran distancia por lo que le seccionaron la arteria subclavia, por lo que falleció poco tiempo después, por lo que se sospecha de un asesinato a traición.

El hecho de que descansó y disfrutó de una buena comida antes de su muerte orienta a los investigadores a esa sospecha y se sabe que, en los días previos, sufrió una lesión en su mano derecha, por lo que existe la teoría de que, quizá, tuvo una pelea con alguien y su resentido enemigo le tendió una emboscada.

En cuanto a su “última cena”, luego de analizar los restos de su estómago, que fue hallado desplazado en el cuerpo, de manera probable por la acción del paso del hielo, se encontraron restos de “cabra montés, ciervo, cereales de escaña es decir un trigo antiguo y helechos tóxicos”.

Esa dieta rica en grasa pudo ser una excelente fuente de energía en el ambiente frío y de gran altitud de los Alpes, mientras que en sus tripas, también se halló presencia de Helicobacter pylori, una bacteria muy común que habita en la mitad de los seres humanos hoy en día y que al parecer, ya infectó a nuestros ancestros desde el comienzo de nuestra historia.

Además, Ötzi ya mostraba achaques por la edad: sufría de una enfermedad en el corazón, era intolerante a la lactosa y tenía una bacteria que causa la enfermedad de “Lyme”, mientras que se especula también con que intentara tratarse con tatuajes, ya que hay un total de 62 que muestran rayas paralelas y cruces, unos posibles dolores en las articulaciones.

Por si fuera poco, sufría periodontitis, caries con algunas graves y otra larga lista de problemas dentales, quizás por comer muchos alimentos con almidón, como el pan y la avena que se consumían con mayor frecuencia en el Neolítico, debido a la aparición de la agricultura y además, la comida era muy abrasiva, como demuestran sus dientes erosionados.

Además, pasado y presente se unieron al encontrar 19 parientes vivos en la actualidad de este cazador prehistórico, según un estudio genético realizado por el Instituto de Medicina Legal de la Universidad Médica de Innsbruck, Austria.

Para determinar esto, los científicos analizaron muestras de ADN de 3.700 donantes de sangre en la región austríaca del Tirol, donde descubrieron a casa una veintena de individuos que compartían una particular mutación genética con la famosa momia que no deja, por más que pasen los años, de revelar sorpresas.

Nomyc-27-3-24

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