Descubren evidencias de interconección entre antiguas ciudades amazónicas

En una extensa área selvática de Ecuador, un equipo de arqueólogos consiguió localizar más de 6.000 montículos rectangulares, agrupados en diversos asentamientos, unidos por una amplia red de carreteras, con plazas y canales, en un entorno

Buenos Aires-(Nomyc)-Cuando el explorador extremeño Francisco de Orellana navegó por las extensas e interminables aguas del Amazonas relató que a ambas orillas del río más caudaloso del mundo se extendían grandes ciudades y señalado por sus contemporáneos de “cuentista”, debieron pasar más de cuatro siglos para que arqueólogos e investigadores tomaran en serio las palabras de Orellana y empezaran a documentar los asentamientos que se establecieron en la selva amazónica antes de la llegada de los europeos.

Ahora, hace poco tiempo, la historia del poblamiento de esta parte de América dio un nuevo giro gracias a una investigación de un equipo liderado por el arqueólogo francés Stéphen Rostain, del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS), quien el denso entramado de centros urbanos prehispánicos, conformados por edificios, pirámides, calles y plazas, que jalonan la vasta red de caminos que va desde Bolivia a Brasil, y que fueron identificados en 2016 gracias a la tecnología LiDAR.

La Red de comunicaciones: en el estudio, que acaba de ser publicado en la revista Science, Stéphen Rostain ha presentado pruebas de la existencia en la región de una sociedad con una economía basada en la agricultura que dio sus primeros pasos hace 2.500 años en el valle de Upano, en las estribaciones orientales de los Andes ecuatorianos, mil años antes que cualquier otra sociedad amazónica conocida.

Los trabajos de campo, que empezaron hace más de veinte años, y el análisis de las imágenes que se obtuvieron con la tecnología LiDAR, han permitido desvelar el urbanismo agrario de baja densidad más antiguo y extenso documentado hasta ahora en la Amazonía.

El estudio logró documentar más de 6.000 plataformas rectangulares y estructuras conectadas entre sí por una vasta red de “carreteras” que estaban rodeadas por extensos paisajes dedicados a la agricultura intensiva, con canales y sistemas de drenaje, todo ello dentro de una extensa área selvática de más de 300 kilómetros cuadrados. 

Mediante este sistema, los autores identificaron, al menos, 15 asentamientos distintos y según Mejía “el patrón de asentamiento se compone de sitios densos con grupos domésticos estandarizados de plataformas alrededor de plazas y arquitectura cívica monumental conectadas por calles”.

“Desde lo político, hablamos de uno o varios caciques locales que controlaban una gran cantidad de población”, comenta Fernando Mejía, otro de los autores del estudio.

Comparación con los mayas: las excavaciones arqueológicas indican que la construcción y ocupación de las plataformas se produjo alrededor de 500 a.C. y desde los años 300 al 600 d.C.

Este desarrollo tan extenso y temprano en el Alto Amazonas lo hicieron grupos pertenecientes a las culturas Kilamope y posteriormente Upano, y, según los expertos, podrían ser comparables a los centros urbanos mayas que abarcan el territorio de México y Guatemala.

“Estos descubrimientos son otro vivo ejemplo de la subestimación del doble patrimonio de la Amazonía: ambiental, pero también cultural, y por tanto, indígena. Es crucial revisar a fondo nuestras ideas preconcebidas sobre el mundo amazónico y, al hacerlo, reinterpretar contextos y conceptos a la luz de una ciencia inclusiva y participativa”, manifiestan los autores del estudio.

Mejía destacó la gran importancia que la tecnología LiDAR ha tenido en la investigación. Gracias a ella pudieron visualizarse montículos o “tolas” rectangulares, decenas de kilómetros de vías prehispánicas, una veintena de canalizaciones para llevar agua de un lugar a otro e incluso pequeños poblados con “algunas plataformas rodeadas por zanjas de protección semejantes a los fosos de los castillos medievales”, agrega.

Mejía, interpreta estos elementos defensivos como 2reacción a algún tipo de amenaza externa, lo que, según él, confirmaría que la vida en la Amazonía fue bastante diferente a como la habíamos imaginado hasta ahora”.

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