De roedores gigantes a vizcachas y chinchillas, científicos argentinos develan la evolución de estas especies locales

Un estudio realizado por investigadores del Conicet investigó la evolución de los “chinchilloideos” para conocer más sobre qué ocurrió con los ancestros de vizcachas y chinchillas, roedores típicos en América del Sur

Buenos Aires-(Nomyc)-“Lo primero que hicimos fue, en base a la recopilación de un registro documental muy amplio que llevó mucho tiempo, comparar la morfología de los dientes de una gran cantidad de chinchilloideos, tanto actuales como fósiles, para evaluar de qué manera va cambiando con el paso del tiempo por el desgaste”, explicó Luciano Rasia, primer autor del trabajo realizado por un equipo integrado por investigadores del Conicet en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y el Instituto de Diversidad y Evolución Austral.

El trabajo, que se publicó en la revista Journal of Anatomy, combinó datos morfológicos y moleculares para analizar las relaciones de parentesco entre estos roedores de los que se encuentran numerosos restos fósiles pero que en la actualidad solo se encuentran unos pocos ejemplares.

Rasia aseguró que esta recopilación “permitió establecer homologías dentarias, es decir la identidad de esas estructuras” y que han podido ver ejemplares “que presentan cuatro crestas que con el tiempo van disminuyendo, en algunos casos porque desaparecen y en otros porque se fusionan y entonces eso nos permitió ver el camino evolutivo que siguió cada diente en los respectivos grupos”.

El de los “chinchilloideos” es un grupo de roedores nativos de la región cuyos primeros registros fósiles datan del Oligoceno temprano, hace unos 34 millones de años, en sus orígenes, contaba con una diversidad muy amplia, que incluye formas gigantes como Josephoartigasia monesi, el roedor más grande que se conoce, hallado en Uruguay en los ’80, pero en la actualidad, la representación del grupo es escasa, ya que solo hay 4 géneros y 7 especies en total, y sus exponentes vivos son la Vizcacha, las Chinchillas, los Chinchillones y la Pacarana.

Una vez que los investigadores establecieron la identidad de las estructuras dentales, estudiaron las relaciones de parentesco combinando esa información morfológica con datos moleculares, algo que nunca se había hecho antes para los chinchilloideos.

“Nuestro análisis es el primero que incluye a las cuatro familias del grupo, dos con representantes actuales que son chinchíllidos, donde se ubican la vizcacha y la chinchilla y dinómidos, como la pacarana y dos extintas, los neoepiblémidos y cefalómidos y revela que muchos de esos géneros no clasificados estaban en la base de la familia de los chinchíllidos y nosotros decimos que son panchinchíllidos, un grupo expandido que incluye a todos los representantes tanto actuales como fósiles”, dijo el investigador.

Aunque no se sabe con certeza qué llevó a que queden tan pocos representantes actuales de un grupo que llegó a tener una variedad muy amplia en su origen, Rasia propone que eso se debió a dos factores, “cambios climáticos y el ingreso de fauna nueva”.

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