Cuatro de cada 10 chicos consumen leche de vaca antes del año de vida

Un estudio llevado adelante por el Centro de Estudios sobre Política y Economía de la Alimentación que se presentó en el reciente Congreso Argentino de Nutrición, mostró que en Argentina la dieta en esa etapa de la vida, en promedio, está por encima de lo recomendado en aporte de proteínas y sodio, y por debajo en ácidos grasos omega-3 esencial, zinc y hierro

Buenos Aires-(Nomyc)-Una de las principales conclusiones de un estudio sobre la dieta de los bebés de entre 6 meses y 1año, que se presentó en el XXII Congreso Argentino de Nutrición, que se realizó hace unos días en Mar del Plata, según el Centro de Estudios sobre Política y Economía de la Alimentación (CEPEA) es que “sostener la lactancia materna y una incorporación de alimentos complementarios más adecuados son claves en la nutrición del segundo semestre de vida”.

“En el contexto social actual de sobrepeso y baja calidad de dieta –afirmaron desde CEPEA– esta preocupación cobra mayor sentido en niñas y niños de hogares en situación de vulnerabilidad socioeconómica” agregaron.

El estudio, denominado “Alimentación en niñas/os de 6 a 12 meses”, tuvo una muestra de 1850 niñas y niños de entre 6 y 12 meses de la 2a Encuesta Nacional de Nutrición y Salud, en quienes se analizó la composición nutricional de su dieta una vez que comienzan a incorporar alimentos, determinando si cumplen o no con las recomendaciones sugeridas en la Guía de Práctica Clínica en Alimentación Complementaria (GPCAC), recientemente elaborada por el Ministerio de Salud.

“Los patrones alimentarios adecuados durante la primera infancia, además de contribuir al crecimiento saludable y al desarrollo del sistema inmunológico, son claves en la prevención de enfermedades crónicas futuras. Por eso, dada la 2a Encuesta Nacional de Nutrición, nos parecía relevante trazar un buen diagnóstico acerca de cómo las familias están estructurando los patrones alimentarios de los niños/as pequeños/as en tiempo en que incluso está en vigencia la Ley de los 1000 días” sostuvo Sergio Britos, Director de CEPEA.

Para esa etapa de la vida, las guías alimentarias sugieren complementar la lactancia materna con la incorporación progresiva de buenos alimentos.

El estudio demostró que eso no sucede como debería, lo que refleja que existen  oportunidades de mejorar, lo que redundarían en una mejor adecuación nutricional de la dieta en un momento clave de la vida. Nunca se vuelve a crecer, a desarrollar la inteligencia futura, el sistema inmunológico ni a formar hábitos saludables como en los primeros dos años de vida.

El análisis de los datos permitió establecer que la combinación de leche de vaca con o sin lactancia materna, sumada a un patrón de alimentación complementaria inadecuado, en términos de calidad nutricional, son factores determinantes de:

●      Ingesta elevada de calorías, grasas, azúcares y sodio.

●   Ingesta elevada de proteínas, que puede representar una mayor carga renal y riesgo aumentado de obesidad a largo plazo.

●      Baja ingesta de vitamina D y ácidos omega-3.

●      Baja ingesta de zinc, nutriente crítico para el desarrollo del sistema inmunológico.

En un ejercicio teórico de simulación que formó parte de la investigación, se reemplazó el aporte nutricional de la ingesta de leche de vaca por el de fórmulas infantiles adecuadas para la edad, según sugiere la Guía recientemente elaborada por el Ministerio de Salud, corrigiendo cantidades y eventualmente ingesta calórica. Al hacerlo, se halló que ese ajuste logra llevar todos los nutrientes deficitarios a niveles adecuados a excepción del hierro y moderando los excesos. 

Según Britos la mejor opción, fuera de toda discusión, “es que el componente lácteo de la dieta entre los seis meses y el año continúe siendo la lactancia materna, como recomienda el Ministerio de Salud, en los casos de niños y niñas que no la reciban, la opción debe ser una fórmula de seguimiento”,

“Estas fórmulas presentan un perfil nutricional superior a la leche de vaca y permite una mejor cobertura de las recomendaciones de las Guías de Práctica Clínica sobre Alimentación Complementaria para menores de 2 años, algo que no se logra con la leche de vaca, que no está indicada para esa etapa de la vida” agregaron.

“Solo en los casos sugeridos por las Guías oficiales, el uso responsable y guiado de manera profesional de fórmulas infantiles, puede contribuir al equilibrio entre aportes no excesivos de energía, proteínas y sodio, junto a grasas, azúcares y almidones e ingestas de buena densidad nutricional en nutrientes deficitarios como omega-3, vitamina D, hierro y zinc. Además, la ingesta y selectividad de determinados ácidos grasos poliinsaturados (araquidónico y DHA) es esencial en la nutrición de los menores de 1 año” continúaron.

“Confiamos en que esta investigación sume evidencia reciente que contribuya a mejorar los patrones alimentarios de los más pequeños y puedan lograr un crecimiento saludable”, concluyeron desde CEPEA.

Acerca de CEPEA: el Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación, se creó en 2009 y está conformado como un equipo de profesionales de nutrición con una fuerte vocación por estudiar los problemas y luego promover el diseño o transformación de las políticas que inciden sobre nuestro sistema alimentario, en una dimensión saludable y sustentable.

Nomyc-23-11-23

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