Cuarentena: 4 de cada 10 fumadores reconocieron estar fumando más que de costumbre

Además, 8 de cada 10 encuestados experimentaron situaciones negativas, como temor, preocupación y angustia; el 35,6 por ciento informó estar comiendo de más y el 41,5 por ciento realizamenos actividad física que antes

Buenos Aires-(Nomyc)-Cuatro de cada 10 fumadores, es decir el  41,6 por ciento de los encuestados, reconocieron estar fumando más que de costumbre durante la cuarentena según los resultados de un relevamiento nacional de Consultora Julio Aurelio-ARESCO, a pedido del Centro de Investigaciones de Enfermedades No Transmisibles (CIENTA), en un trabajo, denominado “Estudio de Opinión sobre hábitos y tabaquismo en tiempos de cuarentena”, que incluyó la participación telefónica de 3.418 individuos mayores de 16 años de todo el país durante el mes de junio de este año.

Del total de encuestados, se observó que el 20,8 por ciento fumaba, de los cuales el 16,1 por ciento eran fumadores habituales y el 4,7 por ciento restante lo hacía ‘de manera ocasional’.

La 4a Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del Ministerio de Salud de la Nación, que se realizó en 2018 y presentada en 2019, muestra una prevalencia de tabaquismo del 22,2 por ciento en los mayores de 18 años y además, del total de los fumadores solo un 30 por ciento intentó dejar de hacerlo, pero sin éxito, un 48.1 por ciento lo pensó, pero no lo intentó y un 14.5 por ciento ni siquiera lo intentó.

Consultada al respecto, Corina Samaniego, Investigadora del Centro de investigaciones en Psicología y Psicopedagogía de la UCA. remarcó que “la alta proporción de fumadores que ni siquiera intenta dejarlo evidencia lo difícil que resulta terminar con esta adicción”.

Asimismo, se registró un mayor nivel de tabaquismo en el interior del país, con un 22,9 por ciento vs. el Área Metropolitana de Buenos Aires –AMBA-, con un 16,3 por ciento.

En general, el status de “fumador” fue más elevado en el sexo femenino, en los niveles socioeconómicos bajo y medio-bajo y entre los más jóvenes, mientras que en cuanto al tipo de cigarrillo, 8 de cada 10, es decir el 82 por ciento consumieron el cigarrillo tradicional a combustión, 7,4 por ciento cigarrillo electrónico, 2,7 por ciento ambos y ‘otros’ el 5,6 por ciento. 

“Es llamativo que, en plena cuarentena, con problemas para conseguir cigarrillos y un aumento considerable del precio, el número de fumadores no haya variado, aunque por otro lado, resulta curioso que 1 de cada 10 fumadores, entre los que consumen cigarrillo electrónico solo o combinado con cigarrillo de combustión, consuma un producto cuya venta está prohibida y por lo tanto llegue al país de contrabando sin ningún tipo de regulación, ni control”, destacó Marta Angueira, cardióloga especializada en Cesación Tabáquica y Presidenta del Centro de Investigaciones de Enfermedades No Transmisibles (CIENTA). 

Temor o preocupación por su salud o la de sus seres queridos, cambios en sus hábitos de sueño, angustia, ansiedad y estrés por encima de lo habitual, irritabilidad, dificultades para concentrarse e incluso agravamiento de problemas de salud preexistentes: todas éstas son las principales situaciones vividas durante la cuarentena que reportaron más de 8 de cada 10 encuestados, en un 84,1 por ciento de los encuestados.

Además, más de 3 de cada 10, algo así como el 36,4 por ciento manifestaron que desde el comienzo de la cuarentena su alimentación fue menos saludable que la habitual y el 35,6 por ciento informó que comió más que antes. 

“El encierro prolongado, la preocupación por el bienestar personal y de los seres queridos y la incertidumbre económica pueden ser cuestiones que predispongan a experimentar sensaciones de angustia, ansiedad o temores varios, tal como surgió del informe y todo ello puede propiciar en los fumadores un aumento en el consumo de tabaco, situación favorecida por la permanencia en el hogar”, explicó Angueira. 

“La situación de pandemia por Covid-19 y la medida sanitaria adoptada en consecuencia, el ASPO, han contribuido a construir en un marco social que ya era delicado, un contexto de alta vulnerabilidad general lo que individualmente se manifiesta a través de las preocupaciones, emociones y trastornos por ej. del sueño que los encuestados manifestaron y también se expresa través de las conductas como fumar más o comer más, como surgió del informe”, señaló Samaniego. 

La frecuencia de consumo de alimentos encontró en un extremo al nivel socio-económico medio alto y alto, en el que un 37,2 por ciento reportó estar comiendo más y en el otro a los individuos de nivel socioeconómico medio-bajo y bajo, que informaron estar comiendo opciones menos saludables, en un 43,1 por ciento.

En lo que tiene que ver con la actividad física durante la cuarentena, el 41,5 por ciento expresó que hacía menos que antes y el 21,1 por ciento, que no hacía ningún tipo de ejercicio y las razones tanto de unos como de otros fueron que no podían porque el encierro no se los permitía, en un 49,1 por ciento o que, si bien podían hacer algo, realmente no tenían ganas, en un 34,5 por ciento.

La falta de ejercicio adjudicada a la situación de cuarentena aumenta en CABA, de manera fundamental entre los hombres acentuándose en los más jóvenes, mientras que las mujeres, más que los hombres, manifiestan que podrían hacer algo, pero que no tienen ganas.

Además, entre los mayores de 65 años crece el porcentaje de los que nunca hicieron actividad física o no la hacen de manera habitual.

Frente a la escasez de cigarrillos, casi 4 de cada 10, es decir un  38,2 por ciento cambió de marca por la que hubiese disponible y el 70,3 por ciento manifestó que el precio de los cigarrillos incide entre mucho y bastante a la hora de pensar en dejar de fumar,  valores que se incrementaron en las mujeres, en los NSE más bajos y en los más jóvenes.

“Los fumadores encontraron diversas estrategias para sortear la falta de cigarrillos, y el número de fumadores se mantuvo. Pero la preocupación por el precio no condice con la realidad ya que, a pesar de eso, el mismo número de fumadores consumió más cigarrillos”, explicó Florencia Morales, del equipo de Sociología de CIENTA.

El sondeo investigó también sobre qué alternativas elegiría si decidiera dejar de fumar y la respuesta de los fumadores fue que acudirían a su propia voluntad, con un 60,7 por ciento, utilizarían herramientas como grupos de autoayuda, en un 8,6 por ciento; medicamentos, chicles o parches, en un 13,3 por ciento; las terapias alternativas, en un 7,2 por ciento o lo intentarían con el cigarrillo electrónico, en un 4,3 por ciento, entre otras.

“Esto coincide con las estadísticas de consulta médica para abandonar el tabaquismo: de manera histórica menos del 10 por ciento de los que deciden dejar de fumar buscan el apoyo de un especialista, lo que hace que pensemos en replantear la estrategia de control de tabaquismo buscando otras alternativas”, advirtió Angueira.

El tabaquismo juega un rol fundamental en las enfermedades crónicas no transmisibles, particularmente en las que el sistema circulatorio es el que se ve afectado, pero sin embargo, cuando se combina con otro factor de riesgo, como el exceso de peso, hipertensión, sedentarismo o mala alimentación, el riesgo se potencia.

“Mantener en el tiempo conductas poco saludables como una mala alimentación, poca actividad física, estrés y tabaquismo genera un cóctel explosivo que podría traducirse en un aumento de la enfermedad cardiovascular durante el periodo que se prolongue la cuarentena, tendencia que luego cueste enormemente revertir. No estamos en contra del aislamiento, pero debemos insistir en que se promocionen y faciliten conductas más saludables”, concluyó Angueira.

Sobre la encuesta: el relevamiento estuvo a cargo de la Consultora Julio Aurelio-Aresco a pedido de CIENTA y se realizó durante el mes de junio ’20 e incluyó una muestra de 3.418 casos a nivel nacional de individuos mayores de 16 años de edad residentes en el país en una proporción de 42,3 por ciento varones y 57,7 por ciento mujeres.

El instrumento de recolección de datos consistió en un cuestionario estructurado de aplicación telefónica y el diseño muestral fue probabilístico con selección de la unidad final al azar simple.

Nomyc-25-7-20

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