COP28: el futuro de la biodiversidad está en riesgo con el aumento de temperaturas marinas

Se identificaron 26 puntos críticos que podrían provocar cambios irreversibles en los mares, vitales para el equilibrio del planeta en un análisis es respaldado por más de 200 científicos internacionales

Buenos Aires-(Nomyc)-La cumbre de cambio climático en Dubai (COP28) no sólo es escenario de negociaciones y acuerdos, ya que en estos últimos 10 días se  conocieron varios informes que reflejan los impactos que el aumento global de la temperaturapromedio causa al planeta y a las personas.

Uno de los estudios más esperados es el que fue elaborado por más de 200 científicos de diferentes países, coordinado por la Universidad de Exeter que tras un análisis exhaustivo ha encontrado 26 puntos de inflexión o puntos de no retorno a los que conduce la crisis climática, pero ¿qué significa punto de inflexión: es un cambio en la dinámica natural de los fenómenos que provoca cambios abruptos en todo el sistema.

Los científicos identificaron cambios en la criosfera, en la biosfera, en el sistema Tierra y en los océanos, los pulmones del planeta, por lo que los mares, que hace poco fueron incluidos en estos debates internacionales, juegan un rol central en los potenciales cambios así como en la prevención de los mismos.

“Aunque los umbrales de muchos de estos sistemas son inciertos, su ruptura podría ser devastadora para muchos millones de personas. Estabilizar el clima, junto con minimizar otras presiones, como la contaminación por aerosoles y la degradación de los ecosistemas, es fundamental para reducir la probabilidad de alcanzar puntos de inflexión en el sistema océano-atmósfera”, indica el estudio.

“El calentamiento de los océanos, la modificación de los patrones de los vientos y la creciente afluencia de agua dulce procedente del deshielo pueden alterar los patrones de circulación establecidos. Encontramos indicios de puntos de inflexión en la Circulación Meridional de Oscilación del Atlántico (AMOC), el Giro Subpolar del Atlántico Norte (SPG) y la Circulación Antártica de Oscilación, que podrían colapsar en condiciones más cálidas y “más frescas” (es decir, menos saladas)”, dice el reporte.

Según explican los científicos que usaron registros paleoclimáticos, modelos informáticos e información directa, la ralentización o el colapso de estas circulaciones oceánicas tendría consecuencias de gran alcance para el resto del sistema climático, como los cambios en los monzones.

“Existen pruebas de que esto ya ha sucedido en el pasado, y que ha llevado a estados muy diferentes del Sahara tras cambios bruscos en el monzón de África Occidental, que también clasificamos como sistema de inflexión. Las pruebas sobre la inclinación de los monzones en Sudamérica y Asia son limitadas, pero la deforestación a gran escala o la contaminación atmosférica se consideran fuentes potenciales de desestabilización”, indica el estudio.

En abril los registros de la temperatura de la superficie marina tocaron un record: marcaron 21,1°C, su máximo histórico, según el último informe de Copernicus sobre los océanos.

Con el calentamiento de los océanos también se proyecta que muchas poblaciones de peces se moverán hacia los polos buscando aguas más frías; mientras que en los trópicos, muchas especies locales podrían extinguirse y también se observó que las corrientes oceánicas están cambiando, eso también podría tener consecuencias sobre la biodiversidad marina.

“Estas tendencias son importantes porque la vitalidad del océano está profundamente relacionada con la del planeta y toda la vida en él. El océano es un sistema dinámico que modela el clima de la Tierra, respalda la biodiversidad y sustenta los ecosistemas en todo el mundo”, asegura el informe.

Las olas de calor marinas, periodos prolongados de temperaturas oceánicas anormalmente altas, son fenómenos extremos que pueden tener efectos devastadores en la vida marina.

En los últimos años han recibido una gran atención científica y pública, y su evolución se ve afectada por el cambio climático, que hace que las olas de calor marinas sean más frecuentes y graves y su contrapartida, las olas de frío marinas, son periodos anormales y prolongados de bajas temperaturas oceánicas y también pueden causar cambios drásticos en la biodiversidad.

Según el informe, que detalla el estado del océano hasta 2021, las olas de calor marinas han aumentado en un evento adicional cada cinco a diez años. Al mismo tiempo, las olas de frío marino son cada vez menos frecuentes, con un episodio menos cada cinco años.

Otro de los impactos que se registraron en los océanos se da como consecuencia del derretimiento de los hielos, que se transforman en masas de agua dulce. Por caso, el hielo marino antártico se redujo drásticamente este año, alcanzando los niveles más bajos registrados en mayo y junio desde el inicio de los registros: perdió un área más de 7 veces el tamaño de Polonia (2,2 millones de kilómetros cuadrados).

Nomyc-12-12-23

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